27/12/12

Magia navideña a la gallega



Las circunstancias eran otras aunque similares. Susy abrió la puerta de su hogar por amor. Mandi para saldar una vieja deuda con un sentimiento retenido desde hacía más de cuarenta años.
Alberto, Hugo, Cristina y Mari. Son profesores de tango en su ciudad, Cádiz, una localidad de historia y puerto ubicada al suroeste de España,  y una de las ocho que componen la comunidad autónoma de Andalucía. Viajaron a Buenos Aires para perfeccionar su técnica en la tierra de esa danza por excelencia.
Gónzález en Cádiz. Comenzaba la magia
Es Navidad. Es el día más caluroso de un año más que especial en materia clima. El calor infernal va disipándose lentamente para abrir paso a una fuerte lluvia que tarda en llegar. Buenos Aires se está pareciendo a una ciudad tropical, como por ejemplo la del país más pequeño pero más poblado de América Central, San Salvador.
Esa no será la primera coincidencia de los anfitriones e invitados. Argentina y España tienen una historia en común. El tango, el clima, la cena de Navidad en familia y con los particulares invitados va coloreando una Noche Buena (Doc9) distinta.
Cádiz también tiene su equipo de fútbol. Héctor Veira, el gran delantero calvo Oscar Dertycia fueron algunos de los argentinos que por allí desfilaron… y en la charla, un dato atrae la mirada de los futboleros.
Antes de abrazar al tango y perfeccionarse, Alberto fue un asiduo jugador de tan popular deporte como el fútbol. Pero en su retina y en el baúl de los recuerdos, no están las dos estrellas argentinas que resumen la perfección de un país de fútbol como son Diego Maradona y Leo Messi.
Alberto lo dice sin anestesia ante esos argentinos que lo escuchan atentamente. El tango fue la antesala; es el momento de hablar de la pelota. Y el héroe se llama Jorge Alberto González Barillas… alias “Mágico”,el redentor de El Salvador, que supo brillar hacia fines de los ochenta e inicios de los 90 en Cádiz C.F, el equipo de los amores y ciudad de Alberto.
González forma parte de esa élite que tiño de exquisito fútbol a nivel internacional pos Pelé, el crak brasilero. Fue la era de Enzo Francescoli, Michael Platini, Carlos “El Pibe” Valderrama, Emilio Brutagueño, Rudd Gullit, Hugo Sánchez, Enzc Scifo, Paolo Rossi, Karl Rumenigge, Hristo Stoichkov  resumidos en un solo jugador: Diego Armando Maradona.
Pero a Mágico nunca le importó ser el mejor ni estar en los grandes clubes. Eligió Cádiz como su lugar en el mundo. Tal cual Alberto, Cristina y compañía habían elegido ese hogar argentino para pasar la Navidad en el año en que supuestamente se iba a terminar el planeta.
En el FAS en el 2000. Mágico a los 42 años en su retiro
Mágico, era la antítesis del futbolista metrosexual que conocemos hoy en día con tipos como David Bekam o Cristiano Ronaldo . Flaco, desgarbado, con el pelo desordenado, medias caídas y narigón, Mágico nunca se preocupó por su apariencia. El era lo que es. Entrenaba poco y mal, pero jugaba mejor que nadie.
Alberto cuenta que en Cádiz eran famosas sus salidas nocturnas, en las que compartía copas y baile hasta altas horas de la madrugada con la misma hinchada que lo aplaudía e idolatraba en cada partido.
Y Mágico no los defraudaba, como en aquel partido frente al poderoso de siempre, el Barcelona, por el Trofeo Ramón de Carranza de 1984. Fue el propio Mágico quien aportó todo para dar vuelta el 0-3 a favor del Barsa, marcando dos goles y asistencias para un 4-3 histórico e inolvidable. Alberto era un niño pero recuerda y lo cuenta con ansias el día que Mágico se adueño de su corazón como el de todo Cádiz.
Mágico en 201
En fútbol a veces están los huevos y después los pies y la cabeza. Mágico tenía de sobra todo más poseía nobleza y memoria. Porque cuando el Cádiz descendió en 1983 a la Segunda División y a pesar de tener múltiples ofertas de clubes más ricos, optó por quedarse para ayudar a su equipo a volver a la máxima categoría. Décadas más tarde, un tal Matías Almeyda haría hasta calzándose el buzo de técnico con River Plate en el peor momento de su historia en 2011. Volviendo a Mágico, sentía que en ningún otro sitio lo dejarían ser, tanto fuera como dentro de la cancha.
Alberto recuerda que un dirigente harto de las conductas indisciplinarías del Mágico lo hizo emigrar al Valladolid. Todo el año 1985 estuvieron separados. El club pucelano intentó reconducir la situación del salvadoreño pero Jorge no estaba para que nadie le dijera lo que tenía que hacer, así que un año después volvió a Cádiz, a su casa por cinco años inolvidables.  El fútbol es un deporte colectivo por excelencia. Un solo jugador no puede ganar siempre solo los partidos. El Salvador se quedó afuera del Mundial de México de 1986 en el que Diego Maradona (Doc9) alcanzaría la inmortalidad.
Mágico, de nuevo al calor de su gente, vivió esas intensas temporadas con todo su corazón. Su fútbol seguía siendo exquisito, pero los excesos comenzaban a hacer estragos en su físico.
En un amisto D10s vs otro Dios. Año 2006
Mágico, quien alguna vez dijo: “el fútbol para mi siempre fue un juego, por eso yo no soy profesional y el día que no me divierta más, lo dejo, porque lo que se dice trabajar, eso es otra cosa", fue un grande entre los grandes. Y a quien primero gambeteó fue a las empresas del capital financiero internacional que quieren hacer un producto millonario tal habitual hoy con el argentino Messi, Cristiano Ronaldo o el primero de todos, el inglés Beckham.
Se burló en la cara de esos dirigentes que le negaron formar parte del Barcelona de César Menotti y Diego Maradona. Que dupla hubiesen sido esos dos dentro y fuera del campo de juego.
Dijo Maradona dijo de el Mágico: “El era uno de los diez mejores futbolistas que he visto en mi vida”.


En el año 2001, el Cádiz homenajeó a su ídolo. Alberto, contento lo recuerda. Mágico, otro que demostró que el fútbol es el deporte peculiar que pone en escena el mito de la igualdad de oportunidades. Porque para pasar a la historia futbolera no se necesita un físico privilegiado, ni dinero, ni venir de una clase social pudiente. Que un gordito como Maradona (Doc9) o un desgarbado como Mágico, que serían descartados en cualquier otra deporte, fueron los mejores futbolistas. El petiso movedizo, el grandote torpe, el corredor sin frenos, la mole, el más vivo, el chicato, el más tonto, todos pueden jugar. Hay puestos para cualquiera, sólo hay que descubrirse. Como en el tango. Y a conclusión, de tantas, llagaron esos argentinos y españoles en la que sería una "mágica" noche de Navidad.














(Video de tantos del Mágico, clik)





*Feliz Fin de Año, que para quien esto apunta fue uno de los años más futboleros y de aprendizaje, como lo fue jugar en cancha de once y casi la mitad de 2012 con mis amigos todos esos miércoles.
Y un mejor 2013. A esta altura de la vida, me di cuenta que no hay años malos o buenos, sino que algunos con más movidos, otros más pensantes, otros de reflexión. La idea es siempre ser mejor persona, dudar y razonar. Darse el lugar de conocer sin pensar desde el prejuicio.
Abrazo grande de corazón.
Y a esos gallegos tangueros que en Navidad tanto nos reímos recordando a Maradona, Messi, mi referente Martín Palermo y al gran Mágico Gónzalez, el ídolo máximo del Cádiz Fc.

20/12/12

Prohibido olvidar




Las sociedades sin memoria están condenadas a repetir los mismos errores. Tropezar con la misma piedra. Fue y es así.
Las mismas calles porteñas y alrededores de la Plaza de Mayo, la principal de la Argentina, donde ayer dirigentes opositores realizaron una marcha, hace once años atrás fue centro de una epopeya teñida de sangre de argentinos que dijeron basta a un modelo de país que se había iniciado con la dictadura cívico/militar tras el golpe de 1976. Entiéndase la parte civil del derrocamiento de un gobierno democrático, cuando ayer, mientras se realizaba la marcha en la Plaza, la Justicia condenaba a prisión perpetua al ex ministro Jaime Lamont Smart, el primer civil sentenciado por crímenes de lesa humanidad, como muy bien destacó el portal del centenario diario La Nación, el matutino que fundó Bartolomé Mitre para justificar el genocidio del que fue protagonista de la guerra del Paraguay y custodiar desde sus páginas un relato histórico hipócrita.
Toda la historia es la historia. Todo el pasado es el pasado. Aunque a veces un Mitre prefiera quedarse con sólo una parte de ese pasado, seleccionando ingenua o engañosamente una época, una línea, unos personajes, y queriendo eludir tiempos, ignorar hechos y omitir actuaciones, como diría el gran pensador y recientemente fallecido Gustavo Cirigiliano, quien dijo: "los argentinos somos el conquistador y el indio, el godo y el patriota, la pampa privilegiada y el interior relegado, el inmigrante esperanzado y el gaucho condenado. Somos los dos, no uno de ellos solamente. Si nos quedamos con uno de los dos, siempre llevaremos a cuestas un cabo suelto sin anudar, siempre cargaremos un asunto inconcluso que no lograremos cerrar, siempre habrá un pedazo de nosotros que no lograremos integrar. Y todo aquello que uno no contacta ni incorpora y, por tanto, no cierra, eso no desaparece, continúa llamando, sigue siendo un mensaje en espera de ser recibido, reclamando, ser escuchado".
Contradicciones, como la de los dirigentes de la UCR, ayer presentes en la Plaza, sin un mea culpa de lo que sucedió once años atrás en ese mismo escenario. Una matanza. La dirigencia radical debería hacerse cargo y pedir perdón por la masacre con que se despidió su último gobierno, con cinco muertos en la Capital y otros treinta en el resto del país, en aplicación de un estado de sitio ilegal que nunca declaró el Congreso Nacional.
Los radicales siguen esa línea de no perdón, al aún no reconocer el crimen de fusilar 1500 trabajadores, en lo que se llamó a los ojos de la historia con el nombre de la Patagonia rebelde o Patagonia trágica, que fue la lucha protagonizada por los trabajadores anarcosindicalistas en rebelión de la provincia de Santa Cruz, entre 1920 y 1921, reprimida por el Ejército al mando del teniente Héctor Varela, autorizado y avalado por el entonces presidente radical, Hipólito Yrigoyen.

Un cuarto de siglo de políticas neoliberales significó el derrumbe del gobierno de otro radical, el cordobés Fernando de la Rúa por haber hecho lo contrario del mandato de las urnas contra la herencia de los diez años de gestión menemista. Menem fue un traidor al peronismo y De la Rúa a todos los argentinos por prometer que haría todo lo contrario.
Desempleo, recesión económica, pobreza, y marginalidad fueron el detonante de una sociedad agotada tras un modelo impuesto a sangre y fuego en 1976, que tuvo que necesitar del peor peronismo para desmembrar la industria, la educación, la salud, la soberanía argentina a partir de los años 90 hasta el 20 de diciembre de 2001. No alcanzaba con desaparecer personas, torturar, matar, robar los bebés de esos a quienes odiaban, tarea en las sombras alentadas en la superficie por empresarios y los medios de comunicación.
Once años se cumplen hoy de ese 20 de diciembre de 2001, día que explotó una crisis que un año atrás había dado muestras de que se trataba también de una crisis moral un año atrás con motivo de los sobornos en el Senado por la aprobación de la ley "Banelco", de flexibilización laboral.

Una acción que involucraba al propio De la Rúa, un personaje producto de un sistema político de punteros, dentro del que fue alguna vez un partido político mayoritario. De la Rúa fue el invento de los medios de comunicación hegemónicos, como el mencionado mitrista diario La Nación, un hombre descripto como un estadista que en realidad era un cínico perverso, un autista de la verdadera realidad nacional, un neoliberal sin preparación alguna, que detrás de una cara de boludo y una torpe movilidad física, se escondía un asesino. De la Rúa en todo momento veía desde las cortinas de la Casa de Gobierno como su policía mataba en esa Plaza hasta que se lo llevó el helicóptero de la verguenza y nada hizo para evitarlo siendo aún presidente, elegido ampliamente por las urnas dos años antes. Larga vida a De la Rúa, hoy procesado y futuro condenado. Que se pudra en la cárcel y sea todo lo que no hay que ser.
El 20 de diciembre de 2001, aquella crisis precipitó otra de carácter institucional, ya que al carecer de vicepresidente debió hacerse cargo el titular provisional del Senado, el justicialista Ramón Puerta. Demasiado peso para tan escaso chimango, Puerta convocó a una Asamblea Legislativa que designó a cargo del Poder Ejecutivo al entonces gobernador peronista de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá, en los términos dispuesto por la ley de Acefalía 20.972.
A Rodríguez Saá lo invadió el pánico en medio de las cacerolas y demás marchas. Tanto miedo que a los pocos días renunció por fax desde San Luis y abandono la Presidencia. Cobarde y mentiroso. A Puerta también le faltó lo que hay que tener en estas circunstancias lo cual obligó que se hiciera cargo del Poder Ejecutivo al titular de la Cámara de Diputados, el ex intendente de Quilmes, Eduardo Camaño, quien convocó nuevamente a la Asamblea para el 1º de enero de 2002.

Para completar el mandato de De la Rúa, la Asamblea designó al bombero de su propio incendio. El senador Eduardo Duhalde, el vice de Menem, el que fundió la Provincia de Buenos Aires en en casi diez años de desgobierno. Duhalde tampoco tuvo lo que hay que tener. Tras los crímenes de Kosteki Santillán, el 26 de junio de 2002, a manos de la Policía Bonaerense que en sus tiempos de gobernador nunca dominó, Duhalde precipitó la más rápida salida electoral.
El 20 de diciembre para quien esto apunta fue un antes y después en su vida. Estuve presente en esa Plaza repleta de dolor, sangre y muerte. Lo ví, no me lo contaron. Ese 20 de diciembre de 2001 desató la muerte de un modelo y la gestación de Néstor Kirchner, el nuevo presidente con sólo el 22 por ciento -su contrincante, Menem, que apenas había logrado dos puntos más, se bajó de la segunda vuelta- y, así, en la peor situación imaginable el santacruceño asumió la presidencia el 25 de mayo de 2003.
La historia en estos once años ya es conocida. Kirchner asumió varias luchas que se resumen en la batalla cultural contra las grandes corporaciones de los medios. Algún gobierno de la democracia tenía que animarse a enfrentar a un grupo de empresarios periodísticos que sacan y poner presidentes desde hace casi cuarenta años tras la muerte del entonces mandatario Juan Domingo Perón, el hombre que cambió la historia argentina. Y ya apuntaremos subjetivamente sobre él.
El 20 de diciembre ya es parte del almanaque de la historia. Cuando un pueblo dijo basta a los intereses de unos pocos.
Desde niños nos hicieron creer que los militares sanguinarios, traidores al legado sanmartiniano y belgraniano, eran los enemigos del pueblo. No, ellos son solo una herramienta más del verdadero enemigo, que tiene muchos motes: el Imperio, el poder Financiero Internacional,  las 200 familias que manejan el núcleo del dinero del mundo. Que no quieren un país que se los subordine y sea industrial y soberano. Lo quieren en la periferia.Traidores a la Patria son aquellos hermanos que juegan a favor de estas familias en desmedro de su propio país. Allí están los Marcelo Bonelli, los Chiche, los Lanata que se ponen contento porque a la Argentina, su país, le hacen un juicio los fondos buitres de esas familias, todo por estar en desacuerdo con un gobierno democrático que se elige o desecha en las urnas. Total, ellos se llevan la plata afuera.
Son voceros que la van de periodistas de los Magnetto, empresario argentino funcional esas familias que planifican la hambruna, la ganancia y el entorpecimiento del desarrollo de los Estados. Ellos necesitan que no crezcan ni manejen sus riquezas, ya que las reservan para ellos mismos de acuerdo a sus cálculos y sus planes de supervivencia.  Ellos que venden armas, las fabrican, fabrican guerras, se quedan con el control de sus países y sus riquezas, avanzan sobre sus culturas, su identidad, sus hijos y sus nietos. Sino, que pasa el viernes pasado en los Estados Unidos; otra masacre, otra inseguridad.
Por todo esto y más, a recordar, pensando, reflexionado este 20 de diciembre de 2012, a once años del día que cambió el modelo de país.


18/12/12

Atanasio, argentino


La luz de su estrella se apagó cuando murió su hermana. Nada fue igual para quien se sentía y era el número uno con las mujeres. El mote de "jabón Lux" lo heredó de su progenitor.Padre e hijo compartían el apodo porque decían que de diez chicas "lo usaban nueve".
Juan jamás reconoció a esos hijos. Estaba casado y mantenía una relación paralela y a escondidas con Juana.
Juancito nunca conoció a su padre. Tampoco María Eva, su hermana menor, quien décadas después sería el corazón latente del movimiento político que cambiaría la historia al convertirse en Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación. Pero esa es otra historia. Hoy toca a un Duarte.
Porque antes de Eva o de su hermano Juancito, el secretario privado de Juan Perón, el soltero más codiciado de la Argentina, estuvo Atanasio.
No hay registros consanguíneos que los aparenten en familia entre sí.
La historia revisionista de la línea porteña Mayo/Caseros que se impuso desde el poder dejó en el tintero un detalle particular que sucedió a siete meses de gestarse la Revolución de Mayo de ese año 1810 la cual se estaba propagando por todo el virreinato de Río de la Plata.
Aquí el Apunte:
Era una noche calurosa de diciembre de ese particular año.
En los cuarteles de los soldados revolucionarios se estaban brindando los festejos por las recientes batallas obtenidas. La principal atracción era la presencia del presidente de la Primera Junta de Gobierno, el militar Cornelio Saavedra.
El apellido Duarte comenzaba a resonar en la historia nacional. La primera vez fue cuando a esta fiesta ingresó el capitán retirado Atanasio...Duarte
Localidad de Luján, provincia de Buenos Aires
 Duarte, veterano de cuarenta años de guerras, al ofrecer un postre a doña Saturnina Otárola, esposa del presidente, agita unas palabras que sorprenden a propios y a extraños:  “La América espera que Vuestra Excelente empuñen el cetro y ciñan la corona”.
Hubo aplausos y hasta un apretón de manos por parte don Cornelio hacia quien decía esas palabras.
El propio Saavedra sostiene en sus Memorias que no dio importancia a esa idea de Duarte, pero la trascendencia del brindis debió ser mucha porque alguien corrió a informarle al secretario de Gobierno y Guerra, el abogado y periodista Mariano Moreno, enemigo puertas adentro del Presidente.
Moreno tomó riendas en el asunto. Primero, contra Duarte y luego contra Saavedra.
Atanasio, que era un hombre de edad para la época fue castigado a la pena de destierro perpetuo de la ciudad de Buenos Aires, asiento del poder.
Duarte se bancó el castigo y nunca más regresó. ¿Cuál fue el crimen del capitán retirado Duarte, que a juicio de un hombre de leyes como Mariano Moreno mereciera tal castigo?
Duarte , sin mediar las consecuencias, embebecido de alcohol, levantó la copa de repleta de agua argiente y ofreció a Cornelio Saavedra la corona de emperador de América.
Se sabía que Moreno no daba con vueltas. Cuatro meses atrás había ordenado sin miramientos el fusilamiento de un héroe de la Patria como lo era Santiago de Liniers. No iba a tener complacencia con un viejo militar que avivó a Presidente, mano derecha de Liniers durante las invasiones inglesas cuatro años atrás.
Monumento a la Bandera, Rosario
Duarte era un alcohólico. Esa noche festiva había tomado más que nunca pero no había postulado un cambio de la forma del gobierno existente: aunque de modo diferentes, Saavedra y Moreno impulsaban una Revolución contra el modelo en decadencia español en nombre del Rey depuesto que era  Fernando VII. Era una estrategia política. Y guerrera para comenzar a ser una nación.
El delito de Duarte era de lesa majestad contra los derechos de Fernando VII, a quien quitaba el cetro y la corona ofertándolos a Saavedra.
En síntesis, sumergido por los efectos de la borrachera, Duarte hizo visible lo que en realidad era un secreto a voces: La Revolución era un maquillaje cosmético. El sistema instalado siglos atrás y elaborado en 1776 con la creación del Virreinato debía seguir. Ya no bajo el mando del imperio español en decadencia aunque sí con la protección de una potencia como Inglaterra. Saavedra representaba los interes de las provincias y Moreno el de los porteños. Ahí estaba la interna, la gesta que luego continuaría entre "unitarios" y los "federales" del interior durante 200 años. La civilización de la ciudad/puerto o el salvajismo de los caudillos provincianos. Así fue y así es. El poder sigue radicando en Buenos Aires
La de Mayo fue una revolución sin tiros. Decían: "El pueblo debe saber de que se trata", entonces si el pueblo debe saber que pasa, enterarse, es que no es protagonista de la revolución. Una revolución debe ser  totalitaria porque viene a sacar a un gobierno del poder y poner a otro. Es la imposición de la voluntad a otros y la subordinación de otros a la voluntad reinante. Es dominar a otros y someterlos a la voluntad que se quiere imponer.
Pasaje Lanin, Barracas, barrio porteño
Duarte dijo a gritos una verdad que mejor era callar. Saavedra pudo entonces levantar la pena a Duarte; pero no lo hizo, tal vez para no comprometerse. Que la Revolución fue un cambio de administración; Buenos Aires por virrey. El sistema continuó siendo el mismo.
Duarte cumplió su pena, desterrado en la localidad de San Isidro, olvidado por Saavedra que nada hizo por él y al igual que los gobiernos que sucedieron, Triunviratos, Directorios, Asambleas, Congresos. A Duarte nunca le levantaron la pena por no callar esa verdad.
Poco o nada dicen los manuales de historia sobre él. Se sabe, que cada tanto armaba alguna pelea en una taberna cuando algún gallego de los que tanto quedaban lo provocaba. Atanasio revindicaba la causa patriota y peleaba a puño limpio a aquel que vociferaba sin argumentos contra ella.
La patria le debe un desagravio a quien declaró por primera vez su independencia en voz alta, quien defendió su aguantarse el castigo orgullosamente sin merecerlo.
Atanasio donde quieras que estés, este homenaje en el apunte. Por muchos Duarte  más, de los mejores, con alegría, porque nada se puede hacer sin tristeza.

Un apunte del pasado recordando en el presente a uno otro de los olvidados de la historia nacional. 

7/12/12

No hay otro igual

Son escasas las veces que se lamenta la muerte de esa persona que no se conoce pero se siente como propia, como si fuera un amigo, un familiar lejano o buen conocido. Es ese ser humano que se no se conoce físicamente, pero no es ajena.
Una persona que puede ser mil en otras, siempre del mismo lado, ese en el que pocos quieren estar y menos aún se destacan. Para tener mil máscaras, ser muchos,  el oficio de actor es el ideal, porque es "el quien interpreta", como sostenían los hoy tan vapuleados griegos hace miles de años.
Uno de esos decesos para quien esto apunta fue la muerte del actor Oscar Ferreiro, el "malvado"de las novelas y algunas películas argentinas.
Ferreiro nació en el mismo mes y año (agosto del 45) que la gran estrella de todas, Roberto Sánchez, alias Sandro, con quien seguramente habrán trabajo juntos en algún largometraje del Gitano.
Oscar en acción. Actorazo
Ferreiro falleción a mitad del año 2009. Eran tiempos políticamente convulsionados en la Argentina. Se venían las elecciones legislativas que finalmente fue vencedora la dirigencia opositora frente al Gobierno nacional. En el manual político argentino, cuando el oficialismo es derrotado en esa clase de comicios, se dirige a una derrota segura en el cargo de la Presidencia de la República. Esta vez fue la excepción, porque la actual mandataria argenta fulminó en votos en octubre del año pasado a los mismos que ganaron en ese 2009, año en que agonizaba Ferreiro tras una larga enfermedad.
Ese actor, que supo asustar a millones personas desde la televisión Argentina y de toda américa, cuando interpretó a ese rufián de Alberto Lombardo en la telenovela Montecristo que se proyectaba en tiempos de los primeros juicios a los genocidas de la dictadura militar de 1976-1981, una vez que el kircherismo impulsó políticamente que la Justicia anule leyes que los protegían y el Congreso Nacional las derogase. Es decir, las normas de Obediencia Debida y Punto Final que Raúl Alfonsín, el primer presidente democrático no pudo evitar aprobar tras los constantes levantamientos militares -la famosa frase "la casa está en orden" del presidente Alfonsín contra los "cara pintadas del soldado Aldo Rico, que por esas cosas cómicas de la Argentina, después fue elegido por los votos diputado nacional e intendente de la localidad de San Miguel, él que quiso derrocar a un Gobierno-; es decir que Ferreiro interpretó a un ex represor de la dictadura militar y apropiador de bebés,. Casi una década atrás, Ferreiro había sido en la novela Ricos y famosos, el asqueroso Luciano Salerno, un empresario corrupto vinculado a la política.
Ferreiro además participó en el ciclo Alta Comedia y en algunos capítulos del unitario Socias (2008), su último trabajo en la pantalla chica.ee
Pero sin lugar a dudas, en la película Tiempo de Valientes, del director Damián Szifrón, -el mismo que de muy jovencito gestó el gran programa Los Simuladores, que todos se pueden ver en youtube.com- fue el villano Lebonian, un agente de la SIDE argentina, mafioso, asesino y despreciable, de una excelente conformación actoral.
En el teatro protagonizó El deseo bajo los olmos de Eugene O'Neill, La muerte de un viajante de Arthur Miller y Un enemigo del pueblo de Henrik Ibsen, entre otras.
Que actorazo¡ quien esto apunta se volvió a emocionar como hace siete años atrás cuando con el querido Gusti se ingreso al cine y nos topamos con esa genial peli que es Tiempo de Valientes, que trata de esa yunta que compusieron para la inmortalidad Luis Luque y Diego Peretti, enfrentando a ese agente secreto nacional todo poderoso, que era Labonian.
Donde quieras que estes Oscar, este recuerdo, a tres años que te fuiste a otra galaxia o donde sea y en días en que alguna chupasangre quiere ensuciar tu recuerdo. No hay "actor" que haga de malvado como vos. Aún no surge y quienes apreciamos los excelentes trabajos, te extrañamos.


21/11/12

No hay derecho de huelga


El sindicalismo argentino en tiempos de Juan Domingo Perón -1946 hasta que las bombas lo quisieron en 1955- nada tenía que ver con el de ahora. Ni con la CGT oficial, ni la CGT opositora, ni la CTA afín al Gobierno ni la que no y ni con la CGT del impresentable de Luis Barrionuevo.
Los sindicatos eran pobres con dirigentes también pobres. Perón no les otorgó a esas asociaciones sindicales la caja de las obras sociales. Fueron esos gremios los que sostuvieron sobre sus espaldas la crisis económica de comienzos de los cincuenta. Hasta su prematura muerte, gran parte de los sindicatos sentían la influencia de Eva Perón.
Si el tiempo es buen ordenador para comprender los avatares del transcurso de la historia, se entiende porque José Espejo, el titular de la CGT en esos años peronistas, quería que Evita formara parte de la estructura de poder tras promover su candidatura a vicepresidente en la fórmula con Perón en las elecciones que se realizarían en noviembre de 1951. Fue el 22 de agosto de ese año, en "el cabildo abierto” realizado en la porteña más ancha avenida 9 de Julio.
Las tendencias de la historia indican que la conducción del peronismo desde la más alta magistratura y la conducción de la CGT funcionan en armonía sin que ninguna de las partes desatienda el clamor de sus representados.
Hugo Moyano es a los ojos de la historia sindical, uno de los dirigentes más poderosos. Un hombre que alguna vez entendió de los pasares del gremialismo pero que no entiende nada de política. Un Moyano, que supo con la creación del MTA en la década de los 90, proteger el último bastión ante un peronismo que traicionaba sus banderas desde la llegada del liberal converso Carlos Menem a la presidencia. Un Moyano, que hizo fuerte el sindicato camionero, fortalecido tras el desguace del Estado por el menemato, su aerolínea y los ferrocarriles, poblando las carreteras y rutas de tan amplio país como es la Argentina de camiones, convis, remises, bondis, furgones, que colateralmente han aportado a las muertes por accidentes de tránsito.
El sindicalismo debe ser parte de la estructura de un Gobierno peronista. Por eso le dolió tanto a Perón el crimen del que fue víctima José Rucci, titular de la CGT, el 25 de septiembre de 1973, dos días después de su categórico triunfo en las urnas en la que logró la tercera presidencia con el 62 por ciento de los votos.
Comprendió fácilmente esta lógica Néstor Kirchner al llegar a la presidencia en 2003, con el porcentaje más bajo de votos en la historia democrática argentina y en el mayor de los descréditos de la política por el fracaso de un modelo impuesto a sangre y fuego en 1976, moldeado por el menemismo en los 90 y incrementado de modo de traición a lo prometido por el radical Fernando de la Rúa, hoy procesado.
Cristina Fernández de Kirchner se equivoca al erectar en enemigo a Moyano. Y Moyano se equivoca al quedar del lado de esas corporaciones mediáticas que hicieron de él un monstruo. Moyano es odioso como Cristina para esa clase que solo lee el diario Clarín, se hipnotiza con  el canal TN, se babea con Tinelli y se carga de odio con Lanata. Que no piensa sino que es pensado por los intereses de ellos. No porque no pueda pensar, sino porque no quiere. Porque su autoestima está quebrada de generación en generación, en un ADN cargado de tristeza, de esa que no hace vencer a los pueblos. Que veraneaba en la locura del 1 a 1 entre el peso argento con el maldito dólar yanqui de espalda a los intereses de una Nación soberana y pujante, subsumida a ser una semicolonia con eje en el monocultivo de la soja
La historia no se repite pero suele transitar sobre procesos ya sintetizados.
En tiempos de Perón faltaba el derecho de huelga que la Constitución peronista de 1949 no tipificó. El gran constitucionalista que pergeñó esa Gran Ley que fue Arturo Sampay, asó lo dispuso. Aun así, los trabajadores en los dos gobiernos peronistas ejercieron su derecho de huelga.
Hoy, además del artículo 14 bis de la Constitución -lo único que la Revolución Liberadora, la que censuró, fusiló a los peronista, no tuvo otra que dejarlo en pié tras derogar la Carta Magna del 49 y volver a la liberal de 1853, en una convención que no tuvo a la mayoría peronista en 1957- , tiene el derecho de huelga también consignado en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, incorporado por la reforma de 1994 como todos los acuerdos sobre derechos humanos que poseen fuerza mayor al de una ley convencional.
Tuvieron que pasar décadas hasta que el gran paso normativo se consumó en 2004, durante la presidencia de Kirchner, al aprobarse la ley 25.877 que regula en uno de sus artículos el derecho de huelga en los servicios públicos.
A Perón, lo sacudieron con dureza varias huelgas, incluyendo aquellas emergentes de situaciones que desbordaban a los gremialistas de la época, la mayor parte alineados con una CGT obediente y disciplinada con la voluntad del jefe de Estado y creador de los sindicatos peronistas.
El sindicalismo esta dividido, confundido.El movimiento obrero no nació con Perón pero alcanzó con él su máxima organización, autonomía con relación al imperativo patronal, poder de expresión política y, en primer lugar, capacidad de protección de los derechos de los trabajadores. Primero, fue

la debilidad de los trabajadores la que generó el dictado del primer decreto 2669/43, inspirado, en poner en vereda al Departamento Nacional del Trabajo, un organismo dependiente del Ministerio de Interior, creado en 1912 y conocido en aquellos años como “el cementerio de elefantes” por su inutilidad.
Con el decreto 23825 del mismo año comenzó lo que luego se definiría como el “modelo sindical argentino”. Por entonces, Perón y Domingo Mercante eran dos funcionarios militares, ambos formados en ideales nacionalistas y el último, además, hijo de un maquinista afiliado al gremio La Fraternidad, creado en la clandestinidad en 1887.
Mediante el decreto 15074/43, la vieja dependencia pasó a denominarse Secretaría de Trabajo y Previsión de la Nación, que al poseer rengo de secretaría de Estado, salía de la órbita del Ministerio de Interior para pasar a depender de presidencia de la Nación. Perón quedó al frente de Trabajo y Mercante, de Previsión.
Actualmente, las relaciones gremiales se rigen por la ley 23.551, sancionada en 1988, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, resultado de un proyecto consensuado del entonces senador peronista Oraldo Britos. La consolidación del sindicalismo argentino sufrió un duro golpe con la Revolución Libertadora en septiembre de 1955 y la posterior intervención militar en la CGT.
Es una pena para quien esto escribe que la presidenta peronista y Moyano estén enfrentados en plena pelea por desmonopolizar a los medios de comunicación. Esa es la gran y verdadera batalla.
Los sindicatos peronistas fueron siempre el sostén del justicialismo en el gobierno cualquiera hayan sido los peronistas que ocuparan la presidencia de la Nación.
Eso tienen que comprender aquellos argentinos que dejaron ser indiferentes, que se largaron a la tarea de quitar "zonceras" a sus amigos, a sus familiares, a sus compañeros de trabajo. A pesar de los Moyano, los Micheti o los oportunistas, las momias malas como Luis Barrionuevo.


7/11/12

! El verdadero "Chila"¡



Hay crónicas de valientes y patriotismo que la historia oficial no quiso ni quiere contar. Están ahí, solo hay que desempolvarlas. Están ligadas a un camino que buscar nutrir una currícula histórica que necesita todo país para comprender su identidad. Es necesario conocerlos.
Una de esas crónicas se eternizaría hacia el final del caluroso día 3 de febrero de 1852, en los tiempos en que Justo José de Urquiza ingresaba triunfante por las gelatinosas calles de la gran aldea que era Buenos Aires, asiento del poder político y económico desde la época del Virreinato rioplatense, flaqueado por una tropa en su mayoría gestada de soldados brasileros quienes no precisamente defendían los intereses de una Argentina en formación.
Foto del 17/08/2012 en Palacio del Congreso Nacional.


Es la escena cinematográfica que se repite en postales a lo largo de la historia nacional, entre perseguidos, censurados, fusilados, ahorcados, colgados y despojados en la lucha por dos países; el industria, soberano y pujante y el subsumido al monocultivo y al venta de materias primas dirigido por una clase ociosa. El primero fue en Caseros, en 1852. Miente Urquiza cuando dice que no hay vencedores ni vencidos. No será la primera vez que ocurra a lo largo del la historia. El caudillo entrerriano ordena fusilar a los derrotados. Entre los vencidos, está un patriota que es respetado por propios y ajenos. Su nombre, Martiniano Chilavert.
Esta es la crónica de un valiente que el relato mitrista nunca difundió a fondo: un hombre cuya figura péndula entre en dos batallas que ofician de punto de inflexión en el lugar que les quepa en la historia. Las dos ocurren un caluroso 3 de febrero. El del año 1813, la batalla de San Lorenzo, la gesta epopeyita de José de San Martín para terminar con la flota española de elite de Montevideo y cuarenta años después, en la batalla de Caseros, escenario de una guerra imperialista contra la Argentina, guiada por el pro británico, Justo José de Urquiza.
Un Martiniano Chilavert quien también recorre el camino inverso de su futuro superior militar, José de San Martín; de acá para allá y de allá para acá. Se fueron como niños; regresan enfundados como guerreros. Son las espadas de la Revolución de Mayo. Chilavert es hijo de esta tierra. Lo acompañan su padre y su hermano mayor, José Vicente, los tres pasajeros del buque Canning. Todos soldados que combatieron en Europa ahora fondean en las aguas del Río de la Plata junto a su futuros jefes militares, San Martín,  Carlos María de Alvear y Matías Zapiola.
“En todas las posiciones en que el destino me ha colocado, el amor a mi país ha sido siempre el sentimiento más enérgico de mi corazón. Su honor y su dignidad me merecen un religioso respeto. Considero el más espantoso crimen llevar contra él las armas del extranjero. Vergüenza y oprobio recogerá el que así proceda; y en su conciencia llevará eternamente un acusador implacable que sin cesar le repetirá; ¡traidor! ¡traidor! ¡traidor!”, repetía a quien quiera oírlo, el soldado Chilavert, cuyo debut fue ser uno de los 120 granaderos que empujó a los realistas hasta el río Paraná en las barrancas de San Lorenzo. No siempre Chilavert estuvo del lado acertado en el almanaque de la historia como ese verano del 13. Peleó junto a Alvear y también en el ejército de  la espada sin cabeza de Lavalle.
Supo combatir a los brasileros nervosamente en la gloriosa jornada de Ituzaingó. Creyó en el unitarismo y no dudó en combatir a Rosas en cada escenario donde se encontraron;  Entre Ríos, Corrientes, Buenos Aires. Si en 1821 renunció al Ejército fue para completar sus estudios de ingeniería. Fue docente en un colegio secundario y en 1823 participó en la fundación del pueblo bonaerense de Bahía Blanca aportando sus conocimientos de ingeniería.
Un homenaje a la hermana República de  Bolivia
Se reincorporó a las armas en 1826 para luchar en la guerra contra el Imperio del Brasil, alcanzando el grado de Sargento Mayor en la artillería. Dirigió una batería sobre el río Paraná y combatió en el regimiento de infantería de Tomás de Iriarte en la campaña al sur del Brasil. Creyó en Lavalle cuando este fusiló al “padrecito de los pobres”,  Manuel Dorrego, en diciembre de 1828.
Hay un antes y un después en la vida de Martiniano. El momento es que se da cuenta que ha estado del bando equivocado. Justo él, que es un patriota.
“Hace tiempo que veo que la guerra que usted hace no es a Rosas sino a la República Argentina, ya que su lucha es una cadena de coaliciones con el extranjero. De resultas de ello Argentina ha sido ultrajada en su soberanía, favoreciendo esto a Rosas, ya que la opinión pública ve amenazada la Patria”, le escupió en la cara a Lavalle y sus demás jefes militares.
El punto de inflexión es cuando la escuadra inglesa/francesa tomó con su flota el puerto de Buenos Aires. No importaba que el destinatario de la bronca imperialista era porque Rosas no exceptuara a los ciudadanos de ese origen del servicio militar. En juego estaba la Patria. Como en 1812 cuando la Revolución mermaba y regresaron de España; igual que en 1813, en el convento de San Lorenzo (doc9/link), o en la Guerra contra el Brasil.
En julio de 1845, cuando las fuerzas navales de Francia y Gran Bretaña volvieron a bloquear el puerto de Buenos Aires, apropiándose de los buques argentinos capitaneados por Guillermo Brown y esparciendo el ataque más allá de las aguas hasta que en noviembre la flota invasora decidió abrir y violar el río Paraná, es otro episodio que merma en la vida de Martiniano. El día 20 de Noviembre, llegó a la Vuelta de Obligado, donde el general Lucio N. Mansilla había atado una pila de pequeñas embarcaciones con cadenas para impedirle el paso a los enemigos y para que los buques criollos, “Manuelita”, "Brown",“Mansilla” y “Rosas”, en desigual de condiciones, preparan la defensa de la soberanía nacional.
Las crónicas de aquellas épocas relatan que las tropas argentinas se batieron con alma y vida hasta quedar sin municiones y que los invasores vencieron por la superioridad numérica y por la tecnología de los nuevos barcos de guerra al calor de la Revolución Industrial. Los invasores lograron quebrar la resistencia argentina pero a un alto costo. Se adentraron en el Paraná, pero unos meses después debieron retroceder porque la hostilidad de los puertos interiores era insoportable. La epopeya de la Vuelta de Obligado significó, un orgullo nacional, un triunfo de Rosas, quien ostentaba frente a sus enemigos unitarios que apostaban por los extranjeros desde Montevideo y desde las ciudades del sur de Brasil.
Martiniano es un patriota. Entre los intereses del extranjero y la política particular rosista, opta por apoyar al Restaurador.  “Para la prensa de Montevideo, la Francia y la Inglaterra tienen todos los derechos, toda la justicia; puede entrar en los ríos, asesinar a cañonazos, destruir nuestro cabotaje; todo eso, y mucho más que falta aún, es permitido a los civilizadores”, dispara Chilavert desde su lugar –y vaya el nombre que tanto lo identifica¡- la ciudad de Pelotas, en el Estado de Río Grande do Sul, en Brasil.
Quien supo ser el Jefe del Estado Mayor de Juan Lavalle en su “Campaña Libertadora” hacía muy pocos tiempo, deja de ser un unitario. Sigue obedeciendo a San Martín, exiliado hacia tiempo en Europa. Acompaña el gesto del Libertador de apoyar a Rosas en su defensa de la soberanía nacional frente a las potencias extranjeras. Si el viejo general lega su sable, Martiniano, su valentía.
“Conducido por estas convicciones me reputé desligado del partido a quien servía, tan luego como la intervención binaria de la Inglaterra y la Francia se realizó en los negocios del Plata, y decidí retirarme a la vida privada, a cuyo efecto pedí al gobierno de Montevideo mi absoluta separación del servicio”, dice Chilavert (doc9/link).
“Todos los recuerdos gloriosos de nuestra inmortal Revolución en que fui formado se agolpan; sus cánticos sagrados vibran en mi oído. Sí, es mi Patria, grande, majestuosa", lo siente el soldado Martiniano.
Para 1847,  Chilavert ya se encuentra en Buenos Aires. El gobernador Rosas le da el alta en el Ejército de la Confederación y le mantiene el cargo de coronel. Hace casi 20 años que Martiniano no pisa suelo argentino. Sabe que los unitarios, sus viejos compañeros de armas que tanto lo admiran, lo desprecian. Los nuevos, los federales, desconfían de quien fuera el segundo jefe detrás de Lavalle. Otro mes de febrero nutre el legajo histórico de Chilavert. Ya como soldado federal, el 26 de ese mes de 1850, presencia junto a otros porteños los veinte cañonazos que la escuadra francesa e inglesa otorga a la Argentina en desagravio por la invasión en Obligado. Chilavert es ahora un federal, un patriota que defenderá las causas nacionales.
“No entremos como guerreros, entremos como comerciantes”, sentenciaba el político y asiduo ministro de Relaciones Exteriores inglés, George Canning en 1807. Los ingleses cuando quieren ejercen la diplomacia, y sino la complicidad a través de la astucia. Pedro II del Brasil, alias “El Magnánimo”, puede ser funcional a los intereses británicos. Hay que destruir a Rosas y abrir los ríos a las potencias. Urquiza ya esta comprado. Recibe 20 mil pesos. No es el único. El autor del Himno Nacional, Vicente López y Planes cobra 200 mil pesos y acepta asumir como gobernador de Buenos Aires; la lista sigue en los militares que acompañan al entrerriano: el Tte. Cnel. Hilario Ascasubi, 10 mil; Cnel. Manuel Escalada, 100 mil;  Gral. Gregorio Aráoz de La Madrid, quien supo pelear al lado del honesto Manuel Belgrano durante las gestas por la Independencia, recibe 50 mil; el gobernador de Corrientes, Benjamín Virasoro, 224 mil; el Gral José M. Galán , 250 mil y el porteño Cnel. Bartolomé Mitre, 16 mil. (x)
 Pedro II gobernó casi sesenta años el Brasil. Será el orquestador visible del Ejército Grande. El corrupto Urquiza su ejecutor. Inglaterra dirige de las sombras. La Confederación argentina debe ser destruida.
El mismo tridente de la batalla de Caseros de 1852, pergeñará la antesala de la Guerra del Paraguay una década después. Son Inglaterra, Pedro II y Urquiza. El argentino, tiempo antes de entregar la victoria a Mitre (1861) y más de una década atrás, el 29 de mayo de 1851 firmaba con los uruguayos colorados y Pedro II una Triple Alianza para vencer al presidente uruguayo, Manuel Oribe, y derrocar a Rosas. Es una traición al federalismo provinciano frente al unitarismo porteño. Ricardo López Jordán le escribe a su comprovinciano:
"Usted nos llama para combatir al Paraguay. Nunca, general, ese pueblo es nuestro amigo. Llámenos para pelear a porteños y brasileños. Estamos prontos. Éstos son nuestros enemigo”. Urquiza morirá asesinado por traidor en 1870. López Jordan lo ajustició.
Chilavert carga sus armas. Por la Revolución, regresó a su Patria en 1812. Va a morir por ella en 1852. También los anhelos de un país pujante se van con Martiniano.
“El deber de defender a la Patria es indiscutible. Yo no sabría dónde ocultar mi espada, la que la Patria puso en mis manos, si hubiera que envainarla frente al enemigo y sin combatir, rindiendo mi último aliento bajo la bandera a cuya honra me consagré desde niño”.
Son las últimas palabras frente a sus compañeros de armas, los soldados federales.
La batalla duró media hora. Por la noche del 4 de febrero de 1852, Rosas renunció y se escabulló en una corveta camino a Inglaterra. Urquiza, los unitarios y los brasileños son dueños de la Confederación Argentina. Chilavert es encarcelado. Urquiza pide hablar con él. Fue el último en rendirse, el último en escupirle al líder entrerriano en la cara que era un traidor, que había recibido 100000 pesos de los brasileños para volverse contra su país. Urquiza lo mandada a fusilar.
“Tirad, tirad al pecho, hijos de puta”, acribillaba con su voz a los matadores; “al pecho, cagones, ¡que así muere un hombre como yo!”. Martiniano no se entrega hasta caer muerto por la balacea que masilla de plomo todo su cuerpo.
Martiniano Chilavert resume dos batallas imprescindibles para comprender la historia argentina. Es un defensor de su bandera, un enamorado de su Patria. Estuvo en el bando equivocado mucho tiempo, víctima de las propias confusiones guiadas por los intereses de otros. Supo, dejar sus diferencias personales con Rosas cuando se permitió conocer, comprender, entender, saber que los proyectos de los extranjeros no son los propios.
La historia mitrista escondió el legado de Martiniano. Levanta estatuas y nombres de calles de quienes empuñaron sus armas contra la Argentina. Ahí está la figura de un Urquiza ecuestre en colosal monumento porteño incrustado en los antiguos dominios rosistas del barrio de Palermo.  Una pequeña calle en el barrio capitalino de Nueva Pompeya recuerda al soldado Chilavert. Contradicciones de esta Argentina que sigue buscando  su identidad.


Fuentes consultadas:
(x) Historia Argentina, de José María Rosa.




26/10/12

Desierto, hielo, y sueños.



Australia es un desierto con costa de punta a punta; Canadá es un hielo entre el polo y los yanquis y, además, es anglofrancesa. ¿Por qué la Argentina, que tiene todo, no ocupa el lugar que merece por su riqueza en el conglomerado mundial?
¿Falla su clase dirigente?. Manuel Belgrano fue enterrado por Rivadavia y José San Martín fue desterrado por él; Juan Manuel de Rosas, primera expresión popular en el gobierno fue extirpado por fuerzas extranjeras que tuvieron el apoyo de grupos locales, las mismas fuerzas de esta tierra que se someterían al imperialismo. Justo José de Urquiza le regala la victoria a Bartolomé Mitre, no pierde la guerra. Buenos Aires, una década separada de sus hermanas, comienza su camino de reinado por sobre el resto. La batalla de Pavón es la derrota más cuestionada de la historia. Ese fue el motivo por el cual Urquiza morirá por traidor en manos de un coprovinciano, Ricardo López Jordán, quien tenía entre sus espadas a José Hernández, el autor del Martin Fierro. La Argentina se subsume a un país agrícola, de las "vaquitas", de gran territorio, mal distribuido, sin industria. Julio Argentino Roca, quien en su juventud había peleado bajo el mano de Urquiza contra Buenos Aires crea de un lugar poblado por descendientes de los primeros habitantes de estas tierras un desierto que facilita la llegada de empresarios ingleses. Se reparten las tierras entre las clases oligarcas. Es el auge de la Revolución industrial y la aparición del frigorífico. Roque Sáenz Peña cumple el aforismo de que a la historia se entra traicionando. Escupe en la cara a su clase, a su padre, un ladero de Roca, Luis Sáenz Peña. Por el voto solo de los hombres, el radical Hipólito Yrigoyen llega al gobierno venciendo a los conservadores, quien, con la complacencia de su sucesor, Marcelo T. de Alvear, el hijo del primer intendente porteño, otro ladero de Roca, lo derrocarían en 1930 a poco de andar su segunda presidencia, con los ecos de la crisis económica mundial que comenzó en los Estados Unidos.
Plaza de Mayo (CABA) 2012

Hordas de migrantes del interior avanzan a la Ciudad. Gentes que no fueron lo que el padre de la Constitución argentina, Juan B. Alberdi, deseaba para el desierto que no lo era. "Gobernar es poblar", decía frente a su rival eterno, Domingo Sarmiento, que decía "no ahorren balas, mátenlos a todos". Una masa obrera al calor de las primeras industrias porteñas va tomando forma, entre ideas exportadas de Europa, la anarquía, el socialismo, el marxismo, el sindicalismo, el comunismo.
Década Infame, destrucción de la la voluntad popular del voto. Esta pertenencia que sumió de nuevo a Londres se interrumpiría por el estallido de la Segunda Guerra Mundial en Europa y la irrupción del peronismo en la Argentina. Juan Domingo Perón cambia el rumbo. Sin poder contar con el mezquino empresariado nacional, los obreros son el corazón de su gobierno. El obrero es peronista pero el peronista no es siempre obrero. Los chupamedias se suceden en el Gobierno del militar que cambiaría la historia. Presiona Estados Unidos el liberador de la amenaza nazi. También incalificable fue el golpe contra Perón y las bombas en 1955 como todo lo que acontecería después con el norte americano como el poder hegemónico de Occidente. Peronismo prohibido, perseguido, gobiernos débiles y cómplices, gestación de más odio. La violencia de arriba hace parir a la de abajo. Se afianza el ejemplo de Ernesto"Che" Guevara, solo que la revolución tiene que ser urbana, no rural. Perón, desterrado regresa para arreglar el barajuste. Es tarde. El viejo líder muere en ejercicio de la presidencia que jamás debió asumir. Su juventud maravillosa, en especial los Montos no comprendieron que junto al Delegado del Viejo, Héctor Cámpora, desde el gobierno, pasaba la oportunidad histórica.
Los asesinatos por doquier a jóvenes  policías que no comprendían la vaina no sirven. Justifican la peor cacería. Las fuerzas armadas de ataque exterior se traicionan. Vienen a terminar la tarea de las bombas iniciada veinte años atrás. Matan a todos, desaparecen a los mejores, roban a sus hijos. Estados Unidos, la Doctrina de la Seguridad Interior, el consenso de Washington, el FMI, la primavera alfonsinista, la traición menemista, la defraudación de la Alianza, la complicidad de Eduardo Duhalde, el nacimiento por y en la mugre política, dispara al presidente menos votado de la historia electoral argentina: Néstor Kirchner y una presidencia de cuatro años que no se traiciona en lo que propone. Es el primer mandatario que deja el poder con los más altos índices de popularidad desde el regreso democrático en 1983.
A cuatro años de cumplir 200 de la declaración de la Independencia, la Argentina está en otra encrucijada. También sostenía el pensador Arturo Jauretche que la clave está en la realidad. Pero ¿cuál es la realidad?
Los argentinos deberán buscarla juntos con especialistas comprometidos en esta causa. Seguir debatiendo, apuntando, escuchando, sin pensar desde el prejuicio como dice el filósofo Horacio González. Quizá, buscar el camino al margen de la dialéctica bipolar del gobierno y oposición de turno, de medios y contramedios funcionales a sus intereses. Pensar por derecho propio, con plena libertad.
Que la curiosidad nos lleve a la fe y la fe al descubrimiento de la realidad, de esas palabras de Jauretche.

10/10/12

El Reparador



La resignación y la indiferencia no son buenos caminos porque esconden lo mejor del ser humano que es el compromiso con sus semejantes.
Pensar, dudar, preguntarse el porqué de todo, es la esencia de las personas. Al igual que la resignificación de las cosas, de los días, de los hechos.
La Torre Inglesa; barrio Retiro, CABA, Argentina
En esa línea, la reasignación del significado histórico es el sentido de la norma que modificó los feriados en el calendario argentino.
Así, la declaración del Día de la Diversidad Cultural se consagró en lugar de un incierto “Día de la Raza”, nombre no oficial pero de uso durante más de noventa años, tal como si fuera un canto a los invasores.
El 12 de octubre, fue el día de año 1492 en que el empresario genovés Cristóbal Colón, con apoyo de los Reyes Católicos de España, se llevó con sus carabelas por delante un continente que no constaba en los mapas.

Pintura acrílico Néstor Kirchner. (está en venta)
Mediante decreto Nº 7112, en 1917, el entonces presidente radical Hipólito Yrigoyen dispuso su conmemoración cada año. Jornada equivalente a una Fiesta Nacional, así se la llamaba, que en, España, además, tomaba el nombre del Día de la Raza.
En la Argentina, el “Día de la Raza” era un abono a la teoría civilización o barbarie, que Domingo Sarmiento concibió como consigna para los nuevos estados americanos, una vez finalizadas las guerras por la Independencia.
Los vencedores de Caseros en 1852, además de establecer un nuevo orden político y económico, abrieron un camino de influencias racistas contra “el indio, el gaucho, el criollo y el mestizo”, percibidos como escollos para la “civilización europea” que anhelaban.
Cambiar ese sello -tanto en los almanaques como en la conciencia popular-por el de Día de la Diversidad Cultura fue también otra obra en el Bicentenario Argentino.
“El 12 de octubre no tendrá más esa denominación racista”, anunció la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, tomando como propia una vieja lucha de pueblos americanos.
La medida de reparación cultural es coherente con el compromiso del propio Estado de abrir los libros a nuevas lecciones de la Historia.
En adelante, los días 12 de octubre, serán apropiados para la reflexión histórica y el diálogo intercultural acerca de los derechos de los pueblos originarios y del genocidio de los que fueron víctimas.
Cuadro NK en venta. apuntesdeldoc9@yahoo.com.ar
La Constitución Nacional, en su artículo 75, inciso 17, reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas, garantizando el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural.
El 12 de octubre de 1492 fue el comienzo de un exterminio, el más grande cometido contra la humanidad, con más de 90 millones de muertos, a lo largo de cuatro siglos, imponiendo con la cruz y la espada un modelo político, cultural y económico, totalmente ajeno a los pueblos originarios.
La plata y el oro americano financiaron las guerras de la Corona, a los banqueros de Hamsburgo y hasta terminaron promoviendo el nacimiento de la industria en Inglaterra.
Tan injusto, tan arbitrario, que fueron hijos de españoles los que se alzaron desde la misma tierra que regaron con sangre en guerras que también fueron entre hermanos.
La declaración del Día de Diversidad Cultural es parte de una reparación, que comienzo por lo cultural.
Una reivindicación de lo nacional como método para razonar, aquello que decía el discípulo de Arturo Jauretche, Edgardo Goldar, fallecido el año pasado: “No venir más con recetas importadas, sino ajustar el traje al cuerpo y no el cuerpo al traje y así partir de la realidad para llegar a la realidad”.
Si con la misma pluma, los Reyes Católicos firmaron la aprobación de la expedición de Colón, el fin de la guerra con los moros tras la caída de Granada y la expulsión de los judíos de la península, la jefa de Estado argentina firmó la ley que pone en su lugar el significado del 12 de octubre de 1492, devolvió al pueblo la restitución de los días no laborales del Carnaval, cercenada de un plumazo por la dictadura de 1976, y consagró también no laborable el día 20 de noviembre, Día de la Soberanía Nacional, para subrayar la importancia de la decisión de un pueblo de enfrentar en 1845 a la poderosa flota anglofrancesa en la Vuelta de Obligado.
No son hechos equivalentes pero, hoy y aquí, conocer para saber, saber para querer; querer para ser, dan una misma suma: interés nacional por la Argentina.

18/9/12

"Dudo, pienso y luego existo", R. Descartes



Enojarse es perder. Quien no enriquece con argumentos sus acciones, y opta por el enojo, pierde. El mundo necesita reflexionar, es decir, utilizar el don más grande que los humanos tienen sobre los otros animales. La capacidad de dudar, de razonar. Ser pensantes. Dejando de lado el instinto más básico que tienen los otros seres vivos, que es el instinto primario de la fuerza física y no psíquica. Pensar, y sacar conclusiones.
Pensar, pensar, y salir. Se sale de ser personas pensadas por otros. Y en la Argentina hay muchos intereses, de personas que quieren que pensemos lo que otros dicen que hay que pensar por ellos. La distracción, cuyo vértice mayor es la televisión, es funcional a esas personas que quieren que los demás piensen en lo que ellos creen.

No se ama lo que no se conoce. Pensa en tu país. 
Para entender. Hay unas cien familias que sacan y ponen presidentes y líderes mundiales que sean afines a sus negocios. La mayoría radica en Inglaterra y los Estados Unidos y están dispuestos a lo que sea con total que nadie más crezca que ellos. Por algo, un Rockefeller, Nelson fue vicepresidente de los Estados Unidos, representando el Partido Republicano, apoyado por la familia Bush. Los parámetros para medir el accionar de esas familias no es decir si son “buenas o malos”; defienden negocios. Y tienen representantes en todo el mundo que están dispuestos a lo que sea para que todo siga igual.
Si el sueño revolucionario de Fidel Castro y el Che Guevara tuvo éxito, fue en gran parte porque a esas familias ya no les servía el dictador Fulgencio Batista. Los Estados Unidos no movieron ni un dedo para impedir la caída batistiana. Fueron esas familias que crecieron tras la victoria Aliada de la Segunda Guerra Mundial, y la imposición de la Doctrina de la Seguridad en toda América cuando se dieron cuenta que Castro no iba a cumplir lo que las familias mandaban. Los mismos que antes inflaron al líder alemán Hitler y luego se les fue de las manos. Si los Estados Unidos tiraron la bomba atómica a un Japón ya derrotado, fue para marcar la cancha a la otra potencia del entonces, la ex URSS.
Así, entre los 60 y los 70, las dictaduras militares coparon América. Videla en la Argentina, Bordaberry en Uruguay, en Brasil. Alberto Pérez fue corrompido en la Venezuela demócrata y engendró sin quererlo a Hugo Chavez, que vino a cambiar a fuego esa realidad. La democracia de los 80 fue frustrada y en los 90, vino lo peor desde el engaño: Los Menem, los De la Rúa, los Collor de Melo en Brasil, Fujimori en Perú, Bucaram en Ecuador, la crisis de Bolivia que llevó tres presidentes y bueno los cinco argentinos.

Analicemos el pensamiento:
Encuesta Doc9: Incrementar la industria nacional
Desde el momento que Cristóbal Colón, un empresario navegante dispuesto a emprender nuevos negocios descubrió accidentalmente la tierra que luego sería el continente americano, el mundo cambió. Primero, el occidental y luego el oriental. El entonces imperio español, de donde provenía Colón y el apoyo de ese reinado solo "vivió" a América. Nunca invirtió. Fue una invasión de hombres solos y desesperados, comandados por mercenarios mercaderes que venía con la espada en una mano de la conquista y la cruz del Evangelio del otro. La imagen del Cristo torturado al cansancio, colgado de la cruz fue más que suficientes para que la Iglesia mediante la Inquisición, destrozarán a los primeros habitantes de estas tierras. Fueron esclavizados los hombres y violadas las mujeres. Primera conclusión: Torquemada, el referente Inquisidor era el confesor de la reina Isabel, La Católica, quien financió económicamente la expedición de Colón. ¿Queda claro?
Mientras los viajes por el mar se sucedían entre el continente saqueado y la España que crecía y gastaba los recursos, Inglaterra, comenzaba a ser el imperio naciente que copa el mundo hoy, el único país que tiene su moneda -la libra esterlina- en una Europa que se cae a pedazos. La construcción de poder inglesa demandó 200 años en comparación con el descubrimiento español. Fue en 1642, cuando la Corona británica prohibió circular por sus tierras a los barcos extranjeros transportar mercaderías que no fueran de Inglaterra, del propio país. Segunda conclusión: 200 años son pocos para construir un país y que siempre hay que pensar en ser un Estados industrial y no sólo vender las mercaderías primarias. ¿Cerrar las importaciones?
Al gestar un fuerte poder, Inglaterra también construyó una Mercadería Mercante y otra Guerrera que copó todos los mares. Así, casa galeón español que venía era saqueado, tanto por los buques guerreros ingleses, como por los barcos "piratas". Poco o nada llegaba a esa España plagada de corrupción, que vivía la América sin invertir en su desarrollo y encima sufría los embates de las naves inglesas.
Pensar, dudar, razonar, no repetir lo que otros dicen. Ese fue el camino que tomó René Descartes y en 1637, casi al mismo tiempo que comenzaba a crecer  Inglaterra, al escribir el "Discurso del método", obra que estimulaba a pensar, a no repetir lo que otros decían por sus propios intereses. El objetivo: levantar el espíritu y el autoestima. ¿Va quedando claro?.
Tercera conclusión: entre 1637 y 1641, breve tiempo y contemporáneo para pensar que país se quiere, con una industria fuerte, con inversión y no malgastar los recursos primarios en beneficio de una pequeña dirigencia que crecía en desmedro de una mayoría que no pensaba, que estaba cómoda, más creyendo que el poder de los Reyes venía de Dios y así se justifica toda clase de porquerías y vejámenes.
Cuarto conclusión: Inglaterra supo construir poder porque sus habitantes creyeron en su país y sobre todo pensaron, escuchando más a aquellos que sueñan que los que se viven quejando y viendo solo lo malo. Los ingleses, incrementaron su industria y tuvieron su gran Revolución industrial, dirigida en dos etapas: la primera del año 1750 hasta 1840, y la segunda de 1880 hasta 1914.
Pero como todo lleva su proceso, dos revoluciones de pensantes se llevaron más de un siglo después de Descartes. La primera, en 1776, los ingleses que habían copado la parada en extremo norte de la América española, y sus hijos nacidos en esas tierras, se sublevaron contra los ingleses y declararon su independencia de Inglaterra. España trató de reaccionar para que en el extremo sur americano no pasara lo mismo, y en ese mismo año 76, puso en marcha el Virreinato del Río de la Plata.
La otra revolución, la de pensar y de la clase de la burguesía, es decir, los comerciantes que se plantaron a los señores feudales y a los Reyes, fue en Francia, en 1789. Fue la gran idea del pensamiento.
Con ideas como la igualdad, libertad, fraternidad, ambos sentidos revolucionarios, es decir, del cambio se trasladaron por todo el mundo. En 1810, hombres estudiosos de esas epopeyas, como Manuel Belgrano y Mariano Moreno, gestaron la Revolución de Mayo, que en realidad no fue un gran cambio como la Francesa o la de Nueva Inglaterra (es decir los Estados Unidos de América del Norte), sino que se cambió el vetusto y arruinado imperio español, ese que destruyó y no invirtió desde 1492, por el mismo sistema pero manejado desde Buenos Aires, la puerta (porteños) cuya vía era y es el Río de la Plata.
Los revolucionarios porteños pudieron hacerlo porque tuvieron el apoyo de Inglaterra que entendió que no debía directamente por las armas apropiarse ahora de la América del Sur, tras los intentos fallidos de 1806 y 1807, sino encararlo indirectamente por el comercio.
Quinta conclusión: Inglaterra apoyó a los americanos del sur para liberarse de España. Luego, el plan era seguir con las recetas que el inglés Adam Smith seguía aconsejando a los Estados Unidos de América del Norte, pero ahora par las Provincias Unidas del Sur, de que no abandonen su vocación agrícola. Adelantados fueron el secretario del Tesoro de George Washington, el primer presidente estadounidense, Alexander Hamilton de sugerir la profundización de la industria, con buenos productos y no importar sino exportar. Para 1861, en la guerra civil de ese país, el mismo camino tomó el general Ulises Grandt, sobre que su  país tenía que imitar a Inglaterra en lo que hace y no en lo que predica.
Sexta conclusión: se trata de pensar, de no repetir. Estas tierras, las americanas, las grandes, fueron, son y serán de gran interes por esas cien familias que manejaron y manejan presidentes y líderes mundiales. En su mayoría son inglesas y de su hijo natural, los Estados Unidos, el país sin nombre.

El secreto es pensar, estudiar los temas, conocerlos para saber, saber para quererlos y quererlos para ser. Nada se puede cambiar con tristeza, si nos creemos que “este país es una mierda”. La Argentina ha sufrido grandes desilusiones, traiciones de sus propios gobernantes que son el espejo del pueblo, quienes no cumplieron lo que prometieron en pos de esas familias que banca el FMI. No hay que comprarse esa idea de que hay una maldición y países que nacen buenos y otros malos, que llevan una cruz. Menos la Argentina con su riqueza humana, climática y territorial. Pero también es un territorio que siempre gustó, y que las familias indirectamente han colonizado. “No entremos como guerreros, entremos como comerciantes, colonizemos sus mentes”, dijo en 1808, el pope inglés George Canning. Siempre, en el mundo, hay un argentino/a que triunfa en algo, que descubre una vacuna, que sale campeón en algún deporte. El poder, de esas familias no quieren que otro país se les sume, como pasó con Estados Unidos, antes y ahora con China.
Dudar, pensar, y así existir. Siempre será mejor para la salud de uno, soñar, tener utopía, creer, que llenarse de broncas, de furia, y de pensar, lo que otros argentinos, por dinero, funcionales a esas familias, quieren que pensemos, para ser un pueblo triste, que nunca vencerá. Nacimos en la Argentina, y hay que pensar los intereses argentinos. Si hubiéramos nacido en Suiza, en Inglaterra, España, Bolivia, pensaríamos esos intereses, pero no es así. Dejar de ser un pueblo adolescente que culpa a otros de sus desgracias, al representante que sea –Cristina, Macri, Scioli, Alfonsín-y hacernos cargos, porque hay una generación que se muere de políticos, por edad, y ahora es nuestro turno. Abrazo

Otros Apuntes
No voy en tren, voy en avión

5/9/12

El viejo Archie

La realidad no siempre es la verdad. Tampoco son los hechos los que definen que es la veracidad de lo real. Son las interpretaciones de los hechos, y sus diferentes matices, las que forman opinión; de ahí que al poder, en el camino sinuoso para instalar una verdad, interprete los hechos desde los medios de comunicación.
Eduardo Galeano sostiene que los seres humanos además de estar formados por átomos, están hechos de historias. Y de ahí, las interpretaciones.
En este Apunte, quien esto escribe hace una interpretación de un hombre que tiene cientos de historias. Un hombre generoso, especialista en lo suyo, que murió poco recordado, pero tiene el récord de haber transitado el camino de otras grandes celebridades. Su nombre, Archibald Lee Wright, conocido como Archie Moore.
Escuela de Box, en la Capital de la Argentina, Almagro.
Cuando Diego Maradona, el mejor jugador de todos los tiempos, festejaba sus 14 años de vida en un tugurio de Villa Fiortio, en su país, -30/10/1974- en la otra punta del hemisferio, Archie acompañaba al entonces campeón del mundo de peso completo, George Foreman a Kinshasa en la ciudad capital de la hoy República Democrática del Congo (en ese momento Zaire), donde debería combatir con el legendario  Muhammad Ali, doc9, el que sería el o uno de los combates más emblemáticos de la historia del boxeo. Durante uno de los entrenamientos, Foreman sufrió un corte en un ojo, lo que le obligó a posponer el combate un mes más. Durante ese tiempo, Ali se dedicó a autopublicitarse y a buscar popularidad entre la población del Zaire, lo que dejó a Foreman la figura de malo. Finalmente, el veterano y siempre sorprendente Ali, contra todos los pronósticos, venció al invicto campeón Foreman, tras derribarlo en el octavo asalto. El Rey Alí había vuelto. ¿Porque Foreman no terminó por hundirse en una depresión y volvería alternadamente a boxear, hasta retirarse campeón casi a los 50 años de edad en 1999?
Archie Moore estuvo en la esquina de Foreman en esa noche lluviosa y ante más de cien mil personas, el día que Alí terminó con el invicto de su "chico". Moore había nacido el 13 de diciembre de 1913.

Estadio de fútbol de Temperley, provincia de Buenos Aires
No era fácil ser negro, pobre y huérfano en aquellos tiempos. Archie revindicaba las luchas que décadas después levantaría y sufriría en carne propia el propio Alí, quien su propio país, los Estados Unidos sancionaron duramente por negarse a apoyar a la guerra de Vietnam. Pero el viejo Archie ahora estaba con Foreman, era su pupilo, y debía apoyarlo.
¿Porqué Foreman llevó a este hombre a su esquina siendo el joven campeón mundial? Archie conocía todo del boxeo. Comenzó a transitar los cuadriláteros en 1936, logrando ser fue campeón mundial mediopesado en 1952 , ante Joey Maxim.
Archie transitó el camino de otros grandes. Con el título de campeón desafió a Rocky Marciano y, después de derribarlo, perdió por KO en 1955. Y a los 48 años no dudó en desafiar a la joven promesa, el campeón
Cassius Clay, antes de comenzar a ser Alí, y después de darle un buen trabajo perdió por knock out.
 Archie, el grande. El que supo transitar los caminos de grandes boxeadores como Sandy Saddler, Willie Pep, Ray Robinson o el propio Rocky Marciano.
Amó el boxeo y todas las aventuras del ring. Y a los 51 años, en ese año 74, en el Festival de la Jungla de Zaire, estaba en la esquina con Foreman.
Porque Archie tenía un estilo de ataque decidido y una personalidad envolvente. Y era peronista...
Foto del gran campeón -el del medio-Primo Carnera. Tomada en pizzeria Banchero de la Boca
Es que durante su reinado, entre1951 y 1953, Archie Moore no sólo sedujo por su estilo o por su contundencia, sino también por su generosidad. Esas actitudes lo convirtió en el preferido de Evita .


Archie estuvo primero en el Luna Park, y luego en las provincias de Córdoba, Tucumán y en la ciudad bonaerense de Bahía Blanca.
Juan Perón era un amante del boxeo. Seguidor de las peleas de José María Gatica, el entonces presidente argentino, presenció en compañía de su esposa Eva, el rotundo knock-out ante Alberto Lovell, en el primer round. Alberto fue familiar de Pedro Lovell, ex boxeador, quien ofició de actor -era Spider Rico-un pugilista que aparece enfrentando al personaje de Rocky Balboa en la película Rocky de 1976, y luego, en la Rocky 6 de 2006 haciendo el mismo personaje.


Arvhie Moore murió en 1998 a los 84 años. Desde 1974 estuvo apoyando a Foreman, quien se retiró en 1977, aún dolido por la derrota frente a Ali. Archie lo sostenía, lo cuidaba. Le hablaba del peronismo, de como había que aguantar. George volvió en 1987 y para 1997 era nuevamente campeón del mundo casi a la misma edad que Archie lo había acompañado en Zaire. 
Muerto Archie, Foreman se retiró definitivamente. Nunca pudo cumplir su sueño de enfrentar a Mike Tayson.
No fue el motivo de venganza por la paliza que Ali -aún era Clay- (ver pelea) le propinó al viejo Archie, la causa por acompañar a Foreman a Zaire. Tampoco fue la busqueda de la fama olvidada, porque el Viejo Archie nunca había perdido el reconocimiento. Archie decía que era peronista. Y como el peronismo, no hay que entenderlo, hay que comprenderlo, no odiarlo, sino situarlo e interpretarlo. Igual que a Archie. 

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24/8/12

Génesis



Si con los bombardeos del 16 de junio de 1955 intentaron matar a Juan Perón y terminar con el peronismo, con la masacre de Trelew del 22 de agosto de 1972 intentaron evitar su retorno triunfal y su consagración por las urnas.
Sapo en Feria Mataderos, CABA, Argentina
Los responsables provinieron de la misma fuerza militar: la Armada, clave en el golpe que puso fin al segundo gobierno de Perón y clave también en procurar que el Ejército, que comandaba la llamada Revolución Argentina, a cargo de Alejandro A. Lanusse en su último capítulo, abriera una salida electoral. Sabía que al margen de las propias aspiraciones de Lanusse, Perón sería el vencedor.
De allí, la determinación consumada esa madrugada del 22 de agosto de 1972, otra muestra de la dimensión del odio del terrorismo de Estado a tono con el antecedente inicial de los fusilamientos del 9 de junio de 1956.
Todos, hombres y mujeres, eran jóvenes. Todos habían depuesto sus armas en un acuerdo de palabra, con periodistas y otros exponentes como testigos al fracasar el intento de huir en un avión hacia Chile.
Todos eran miembros de organizaciones armadas peronistas y de izquierda, producto de una época signada por la violencia, iniciada precisamente en 1955.
Todos estaban presos en el penal de Rawson, desde donde en una operación parcialmente consumada habían conseguido escapar seis exponentes de las cúpulas de esas organizaciones: Roberto Santucho, Enrique Gorriarán Merlo y Domingo Mena (ERP), Fernando Vaca Narvaja (Montoneros) y Marcos Osatinsky y Roberto Quieto (ambos de FAR).
Diecinueve se sumaron después, viajaron en taxis hasta Trelew e intentaron hacerlo en otro avión, que a diferencia del anterior -y advertido de lo que estaba pasando en el aeropuerto- no aterrizó.
Fue en esa circunstancia que depusieron su actitud y registraron la postal de su inocencia por las acusaciones posteriores de sus asesinos: están los 19 en esa foto ante las puertas del viejo Aeropuerto con sus armas dejadas en el piso.
El compromiso adquirido era reintegrarlos a la cárcel de Rawson. No se cumplió: los llevaron a la base Almirante Zar, bastión de la Marina. Los garantes de la operación fueron bajados del ómnibus a poco de arrancar. Ese 15 de agosto se ponía en marcha el siniestro plan de matarlos a todos una semana después.
La pueril y absurda excusa fue que habían intentado huir: no alcanzaron a rematarlos a todos porque tres de ellos (dos hombres y una mujer) se salvaron por milagro pese a sus graves heridas. Las declaraciones posteriores de los tres -que tiempo después también serían asesinados- permitieron conocer los detalles de aquella carnicería de los marinos dirigidos por el capitán de corbeta Luis Emilio Sosa.
Palacio de Justicia, CABA.
Un hombre y su nombre que durante décadas estuviera amparado en una profunda reserva por parte de esa arma cuya mentira sobre lo sucedido tuviera también para ella un alto costo.
Evitas en el gremio Suterh. Julio 2012
Entre esos jóvenes estaba Mariano Pujadas, estudiante universitario, hijo del médico del pueblo de La Calera, en Córdoba. El reportaje que un canal de Trelew le realizó en el Aeropuerto cuando estaba tomado por los guerrilleros en espera del avión de Aerolíneas Argentina que nunca llegaría (fue advertido desde la torre de control) lo muestra inteligente y sereno.
Cuando Sosa ordenó a los detenidos que salieran de sus calabozos individuales al estrecho pasillo, él fue el primero en quedar de frente ante sus asesinos. Lo masacraron y, después, seguirían con su familia. El genoma antiperonista de aquella Marina mataba hasta la muerte; la génesis del golpe cuatro años después.




A Rodolfo Ortega Peña, link aquí