26/10/12

Desierto, hielo, y sueños.



Australia es un desierto con costa de punta a punta; Canadá es un hielo entre el polo y los yanquis y, además, es anglofrancesa. ¿Por qué la Argentina, que tiene todo, no ocupa el lugar que merece por su riqueza en el conglomerado mundial?
¿Falla su clase dirigente?. Manuel Belgrano fue enterrado por Rivadavia y José San Martín fue desterrado por él; Juan Manuel de Rosas, primera expresión popular en el gobierno fue extirpado por fuerzas extranjeras que tuvieron el apoyo de grupos locales, las mismas fuerzas de esta tierra que se someterían al imperialismo. Justo José de Urquiza le regala la victoria a Bartolomé Mitre, no pierde la guerra. Buenos Aires, una década separada de sus hermanas, comienza su camino de reinado por sobre el resto. La batalla de Pavón es la derrota más cuestionada de la historia. Ese fue el motivo por el cual Urquiza morirá por traidor en manos de un coprovinciano, Ricardo López Jordán, quien tenía entre sus espadas a José Hernández, el autor del Martin Fierro. La Argentina se subsume a un país agrícola, de las "vaquitas", de gran territorio, mal distribuido, sin industria. Julio Argentino Roca, quien en su juventud había peleado bajo el mano de Urquiza contra Buenos Aires crea de un lugar poblado por descendientes de los primeros habitantes de estas tierras un desierto que facilita la llegada de empresarios ingleses. Se reparten las tierras entre las clases oligarcas. Es el auge de la Revolución industrial y la aparición del frigorífico. Roque Sáenz Peña cumple el aforismo de que a la historia se entra traicionando. Escupe en la cara a su clase, a su padre, un ladero de Roca, Luis Sáenz Peña. Por el voto solo de los hombres, el radical Hipólito Yrigoyen llega al gobierno venciendo a los conservadores, quien, con la complacencia de su sucesor, Marcelo T. de Alvear, el hijo del primer intendente porteño, otro ladero de Roca, lo derrocarían en 1930 a poco de andar su segunda presidencia, con los ecos de la crisis económica mundial que comenzó en los Estados Unidos.
Plaza de Mayo (CABA) 2012

Hordas de migrantes del interior avanzan a la Ciudad. Gentes que no fueron lo que el padre de la Constitución argentina, Juan B. Alberdi, deseaba para el desierto que no lo era. "Gobernar es poblar", decía frente a su rival eterno, Domingo Sarmiento, que decía "no ahorren balas, mátenlos a todos". Una masa obrera al calor de las primeras industrias porteñas va tomando forma, entre ideas exportadas de Europa, la anarquía, el socialismo, el marxismo, el sindicalismo, el comunismo.
Década Infame, destrucción de la la voluntad popular del voto. Esta pertenencia que sumió de nuevo a Londres se interrumpiría por el estallido de la Segunda Guerra Mundial en Europa y la irrupción del peronismo en la Argentina. Juan Domingo Perón cambia el rumbo. Sin poder contar con el mezquino empresariado nacional, los obreros son el corazón de su gobierno. El obrero es peronista pero el peronista no es siempre obrero. Los chupamedias se suceden en el Gobierno del militar que cambiaría la historia. Presiona Estados Unidos el liberador de la amenaza nazi. También incalificable fue el golpe contra Perón y las bombas en 1955 como todo lo que acontecería después con el norte americano como el poder hegemónico de Occidente. Peronismo prohibido, perseguido, gobiernos débiles y cómplices, gestación de más odio. La violencia de arriba hace parir a la de abajo. Se afianza el ejemplo de Ernesto"Che" Guevara, solo que la revolución tiene que ser urbana, no rural. Perón, desterrado regresa para arreglar el barajuste. Es tarde. El viejo líder muere en ejercicio de la presidencia que jamás debió asumir. Su juventud maravillosa, en especial los Montos no comprendieron que junto al Delegado del Viejo, Héctor Cámpora, desde el gobierno, pasaba la oportunidad histórica.
Los asesinatos por doquier a jóvenes  policías que no comprendían la vaina no sirven. Justifican la peor cacería. Las fuerzas armadas de ataque exterior se traicionan. Vienen a terminar la tarea de las bombas iniciada veinte años atrás. Matan a todos, desaparecen a los mejores, roban a sus hijos. Estados Unidos, la Doctrina de la Seguridad Interior, el consenso de Washington, el FMI, la primavera alfonsinista, la traición menemista, la defraudación de la Alianza, la complicidad de Eduardo Duhalde, el nacimiento por y en la mugre política, dispara al presidente menos votado de la historia electoral argentina: Néstor Kirchner y una presidencia de cuatro años que no se traiciona en lo que propone. Es el primer mandatario que deja el poder con los más altos índices de popularidad desde el regreso democrático en 1983.
A cuatro años de cumplir 200 de la declaración de la Independencia, la Argentina está en otra encrucijada. También sostenía el pensador Arturo Jauretche que la clave está en la realidad. Pero ¿cuál es la realidad?
Los argentinos deberán buscarla juntos con especialistas comprometidos en esta causa. Seguir debatiendo, apuntando, escuchando, sin pensar desde el prejuicio como dice el filósofo Horacio González. Quizá, buscar el camino al margen de la dialéctica bipolar del gobierno y oposición de turno, de medios y contramedios funcionales a sus intereses. Pensar por derecho propio, con plena libertad.
Que la curiosidad nos lleve a la fe y la fe al descubrimiento de la realidad, de esas palabras de Jauretche.

10/10/12

El Reparador



La resignación y la indiferencia no son buenos caminos porque esconden lo mejor del ser humano que es el compromiso con sus semejantes.
Pensar, dudar, preguntarse el porqué de todo, es la esencia de las personas. Al igual que la resignificación de las cosas, de los días, de los hechos.
La Torre Inglesa; barrio Retiro, CABA, Argentina
En esa línea, la reasignación del significado histórico es el sentido de la norma que modificó los feriados en el calendario argentino.
Así, la declaración del Día de la Diversidad Cultural se consagró en lugar de un incierto “Día de la Raza”, nombre no oficial pero de uso durante más de noventa años, tal como si fuera un canto a los invasores.
El 12 de octubre, fue el día de año 1492 en que el empresario genovés Cristóbal Colón, con apoyo de los Reyes Católicos de España, se llevó con sus carabelas por delante un continente que no constaba en los mapas.

Pintura acrílico Néstor Kirchner. (está en venta)
Mediante decreto Nº 7112, en 1917, el entonces presidente radical Hipólito Yrigoyen dispuso su conmemoración cada año. Jornada equivalente a una Fiesta Nacional, así se la llamaba, que en, España, además, tomaba el nombre del Día de la Raza.
En la Argentina, el “Día de la Raza” era un abono a la teoría civilización o barbarie, que Domingo Sarmiento concibió como consigna para los nuevos estados americanos, una vez finalizadas las guerras por la Independencia.
Los vencedores de Caseros en 1852, además de establecer un nuevo orden político y económico, abrieron un camino de influencias racistas contra “el indio, el gaucho, el criollo y el mestizo”, percibidos como escollos para la “civilización europea” que anhelaban.
Cambiar ese sello -tanto en los almanaques como en la conciencia popular-por el de Día de la Diversidad Cultura fue también otra obra en el Bicentenario Argentino.
“El 12 de octubre no tendrá más esa denominación racista”, anunció la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, tomando como propia una vieja lucha de pueblos americanos.
La medida de reparación cultural es coherente con el compromiso del propio Estado de abrir los libros a nuevas lecciones de la Historia.
En adelante, los días 12 de octubre, serán apropiados para la reflexión histórica y el diálogo intercultural acerca de los derechos de los pueblos originarios y del genocidio de los que fueron víctimas.
Cuadro NK en venta. apuntesdeldoc9@yahoo.com.ar
La Constitución Nacional, en su artículo 75, inciso 17, reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas, garantizando el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural.
El 12 de octubre de 1492 fue el comienzo de un exterminio, el más grande cometido contra la humanidad, con más de 90 millones de muertos, a lo largo de cuatro siglos, imponiendo con la cruz y la espada un modelo político, cultural y económico, totalmente ajeno a los pueblos originarios.
La plata y el oro americano financiaron las guerras de la Corona, a los banqueros de Hamsburgo y hasta terminaron promoviendo el nacimiento de la industria en Inglaterra.
Tan injusto, tan arbitrario, que fueron hijos de españoles los que se alzaron desde la misma tierra que regaron con sangre en guerras que también fueron entre hermanos.
La declaración del Día de Diversidad Cultural es parte de una reparación, que comienzo por lo cultural.
Una reivindicación de lo nacional como método para razonar, aquello que decía el discípulo de Arturo Jauretche, Edgardo Goldar, fallecido el año pasado: “No venir más con recetas importadas, sino ajustar el traje al cuerpo y no el cuerpo al traje y así partir de la realidad para llegar a la realidad”.
Si con la misma pluma, los Reyes Católicos firmaron la aprobación de la expedición de Colón, el fin de la guerra con los moros tras la caída de Granada y la expulsión de los judíos de la península, la jefa de Estado argentina firmó la ley que pone en su lugar el significado del 12 de octubre de 1492, devolvió al pueblo la restitución de los días no laborales del Carnaval, cercenada de un plumazo por la dictadura de 1976, y consagró también no laborable el día 20 de noviembre, Día de la Soberanía Nacional, para subrayar la importancia de la decisión de un pueblo de enfrentar en 1845 a la poderosa flota anglofrancesa en la Vuelta de Obligado.
No son hechos equivalentes pero, hoy y aquí, conocer para saber, saber para querer; querer para ser, dan una misma suma: interés nacional por la Argentina.