Puede ser una obsesión, un ataque de paranoia, algo patológico para tratar con un profesional de la mente. Lo cierto es que conozco a alguien que le estorba, le produce ribetes de ferocidad que hasta termina, incluso, en violencia… la causa: la pronunciación de ciertas palabras, en la boca de otras personas. Según este alguien, esos términos “suenan mal”, rogando que las saquen de cuajo de los diccionarios en español.
¿Esta bien este alguien de la cabeza, o esta loco?... lo cierto que palabras como: vanitori, vetustez, panderetas, perezosa, zoquetin, poro, bazofia, aderezo, escarpín, pélela, peineta, sorbete, alacena, crepúsculo, dátiles, cojinete, ventolina, pestilente, pasquín, sobaco, pesquiso, gárgara, brulote, chalina, por nombrar algunas, lo saca de sí, transforma a este alguien en una persona que se siente molesta.
Este alguien dice que cuando la persona está hablando y reproduce algunos de estos términos, sobre todo los terminados en ín, siente como que los labios de su interlocutor se derritieran. Es gracioso ver su repentino cambio de humor, cuando por ejemplo, este alguien entra a un restaurant y el mozo le pregunta: - señor, desea un café?
- Buena idea, traigame un cortado
- En jarrito o en pocillo?... pregunta el mozo… esa palabra¡¡¡, porque tuvo que decir pocillo?¡¡
Recuerdo un día, estar con este alguien y un automovilista, pedir si le podíamos empujar su auto con el nuestro, ya que se había quedado sin bateria. La ayuda fue inmediata, pero este alguien explotó mal, cuando el dueño del otro auto, agradecido, dijo: -Gracias amigos, por este… aventón… aventón, dijo, …tenía que agregar algo mas?, …no alcanzaba con decir sólo gracias.
Es difícil de comprender, es verdad. Pero este alguien es precisamente alguien muy cercano. Quienes convivimos con él, fuimos sus víctimas y ha producido de algún modo, que observemos por mutuos propios, palabras que suenan mal, que imaginariamente, hacen de los labios y la boca de quien las mencione, esa sensación de que les caen… particularmente tengo un desprecio por palabras como cremallera y pegatina.
A vos te pasó esto, de odiar la pronunciación de ciertas palabras?... en lo particular odio cuando el mecánico dice, “tenes rota la homocinética”, que¡¡¡
¿Esta bien este alguien de la cabeza, o esta loco?... lo cierto que palabras como: vanitori, vetustez, panderetas, perezosa, zoquetin, poro, bazofia, aderezo, escarpín, pélela, peineta, sorbete, alacena, crepúsculo, dátiles, cojinete, ventolina, pestilente, pasquín, sobaco, pesquiso, gárgara, brulote, chalina, por nombrar algunas, lo saca de sí, transforma a este alguien en una persona que se siente molesta.
Este alguien dice que cuando la persona está hablando y reproduce algunos de estos términos, sobre todo los terminados en ín, siente como que los labios de su interlocutor se derritieran. Es gracioso ver su repentino cambio de humor, cuando por ejemplo, este alguien entra a un restaurant y el mozo le pregunta: - señor, desea un café?
- Buena idea, traigame un cortado
- En jarrito o en pocillo?... pregunta el mozo… esa palabra¡¡¡, porque tuvo que decir pocillo?¡¡
Recuerdo un día, estar con este alguien y un automovilista, pedir si le podíamos empujar su auto con el nuestro, ya que se había quedado sin bateria. La ayuda fue inmediata, pero este alguien explotó mal, cuando el dueño del otro auto, agradecido, dijo: -Gracias amigos, por este… aventón… aventón, dijo, …tenía que agregar algo mas?, …no alcanzaba con decir sólo gracias.
Es difícil de comprender, es verdad. Pero este alguien es precisamente alguien muy cercano. Quienes convivimos con él, fuimos sus víctimas y ha producido de algún modo, que observemos por mutuos propios, palabras que suenan mal, que imaginariamente, hacen de los labios y la boca de quien las mencione, esa sensación de que les caen… particularmente tengo un desprecio por palabras como cremallera y pegatina.
A vos te pasó esto, de odiar la pronunciación de ciertas palabras?... en lo particular odio cuando el mecánico dice, “tenes rota la homocinética”, que¡¡¡