Un Noel para Lucia

No eran los días más aptos para festejar. El ministro de Economía de la Nación, Alfredo Gomez Morales tambaleaba en su cargo y la Presidenta, Isabelita de Perón no corría suerte distinta. La Triple A era amo y señor de la muerte en las calles, una organización formada por policías, sindicalistas, miembros de las fuerzas de seguridad y delincuentes comunes, que operaba bajo la batuta de un sinistro personaje del poder llamado López Rega y borraba a todo aquel que pensara distinto a ellos, que fueron la antesala del infierno que vendría después con la dictadura militar del golpe de 1976.
Pero para las navidades del 74, en la casa del Negro y Angelita, en Quilmes, el clima era otro. Allí no había olor a política. Y eso que el Negro había sido años atrás un fuerte defensor de sus compañeros en la fábrica textil. Ahora, al Negro y a su esposa, los derretía su nieta de 4 años. En esa Navidad, Laurita le daría otro color a esa casa de Quilmes, siempre repleta de adultos, porque en realidad la casa se subsumía en otra casa donde vivía la hermana de Angelita con sus hijos. Y sumados a los de Negro con su mujer, eran muchos. Ahora el interrogante era: ¿ quien iba a hacer de Papá Noel para Laurita? El Negro no porque se jactaba de ser el pater familis supremo. Sus sobrinos Fredy, Daniel y el padre de estos, Alfredo, se hacían los distraídos. La mamá de Laurita hacía años que se había divorciado… Mandy no estuvo escapatoria; mucho menos cuando mostró el pijama rojo que había comprado en una de sus viajes por el mundo en busca de alguna nota...pasaron más de 30 años. El Negro y Angelita ya no están. Tampoco el pijama rojo. Eso sí; la casa de Quilmes sigue siendo el mismo escenario. En ella viven Laurita con sus hijos y su pareja. Lucia, la más grande tiene 4 años. Alguien se está preparando para volver hacer de Papá Noel, y a Mandy el pelo blanco le sienta excelente... pero al hijo de Mandy, la abuela de Lucia le esta buscando un pijama rojo.