27/1/08

Palabras que matan



Puede ser una obsesión, un ataque de paranoia, algo patológico para tratar con un profesional de la mente. Lo cierto es que conozco a alguien que le estorba, le produce ribetes de ferocidad que hasta termina, incluso, en violencia… la causa: la pronunciación de ciertas palabras, en la boca de otras personas. Según este alguien, esos términos “suenan mal”, rogando que las saquen de cuajo de los diccionarios en español.
¿Esta bien este alguien de la cabeza, o esta loco?... lo cierto que palabras como: vanitori, vetustez, panderetas, perezosa, zoquetin, poro, bazofia, aderezo, escarpín, pélela, peineta, sorbete, alacena, crepúsculo, dátiles, cojinete, ventolina, pestilente, pasquín, sobaco, pesquiso, gárgara, brulote, chalina, por nombrar algunas, lo saca de sí, transforma a este alguien en una persona que se siente molesta.
Este alguien dice que cuando la persona está hablando y reproduce algunos de estos términos, sobre todo los terminados en ín, siente como que los labios de su interlocutor se derritieran. Es gracioso ver su repentino cambio de humor, cuando por ejemplo, este alguien entra a un restaurant y el mozo le pregunta: - señor, desea un café?
- Buena idea, traigame un cortado
- En jarrito o en pocillo?... pregunta el mozo… esa palabra¡¡¡, porque tuvo que decir pocillo?¡¡
Recuerdo un día, estar con este alguien y un automovilista, pedir si le podíamos empujar su auto con el nuestro, ya que se había quedado sin bateria. La ayuda fue inmediata, pero este alguien explotó mal, cuando el dueño del otro auto, agradecido, dijo: -Gracias amigos, por este… aventón… aventón, dijo, …tenía que agregar algo mas?, …no alcanzaba con decir sólo gracias.
Es difícil de comprender, es verdad. Pero este alguien es precisamente alguien muy cercano. Quienes convivimos con él, fuimos sus víctimas y ha producido de algún modo, que observemos por mutuos propios, palabras que suenan mal, que imaginariamente, hacen de los labios y la boca de quien las mencione, esa sensación de que les caen… particularmente tengo un desprecio por palabras como cremallera y pegatina.
A vos te pasó esto, de odiar la pronunciación de ciertas palabras?... en lo particular odio cuando el mecánico dice, “tenes rota la homocinética”, que¡¡¡

19/1/08

De etílicos, amigos y "regalitos"


Al momento de chupetear, beber, ingerir alcohol, hay puntos que son de manual y deben respetarse. Uno de ellos es no mezclar el “chupi”, es decir si se está tomando vino, no tragar inmediatamente sidra o cerveza, y muchos menos de las “blancas”, es decir vodka, anís, caña, u otras de este extirpe. Esa Navidad de 1995, el amigo Becky –elegimos unos de sus tantos apodos al azar para identificarlo- no respetó esa máxima del chupi, de no mezclar. Quizá porque nunca había sido, hasta ese momento, uno de los “borrachos” de la barra. Lo cierto es que la cena había comenzado con cerveza, y mucho antes que sean las 12 y los regalos y todo, Becky ya iba por abrir la segunda sidra. Porque su papá, -a quien cariñosamente se lo denomina Homero, por ser igual al de la seria yanqui- siempre fue un hombre de poca bebida etílica, y Becky heredaría esa costumbre de mantener el paladar seco, hasta esa noche que ni él ni sus amigos, casi todos menores de 20 en aquel entonces, jamás olvidarían. Terminada la teatralización de la ilusión sobre la llegada de Papá Noél para su hermano Claudio, que era mucho más chico, Becky sucumbió rápidamente al timbre de la puerta de su casa. Eran Walter y Ale; así, estos Tres Mosqueteros se lanzaron en busca de su Dartagnanes, Emiliano y Eduardtito, amigos/vecinos que vivían pegados en la calle Jovellanos. En esa noche de festejo familiar, mucho no había para hacer sin dinero encima; eso sí, abundaba el chupi. Es que todos trajeron sus brebajes etílicos. Pero Becky seguía tomando sidra, aferrado a su compinche de ocasión Walter, que para aquel año que finalizaba era casi un experto en borracheras. Vale aclarar: todos estaban copeteados, algunos más que otros. Y pasaba de todo; Emiliano se ponía a hacer ejercicios sin sentido, Eduardito imaginaba que todas las paredes eran mujeres sabrosas, porque besaba todo picaporte o puerta que veía, Walter imaginaba ver un milagro que sólo seis años después ocurriría: ver a Racing campeón. Pero fue en Becky en quien fermentaba las santas bebidas. El paso de un camión de bomberos fue el inicio.
- Vamos a salvar a la humanidad, gritó Walter en medio de su mundo.
- Eso, amigo, rescatemos a los que menos tienen, añadió Becky.
Y sin más, siempre aferrados a sus botellas, los dos se trenzaron en una carrera maratónica siguiendo al camión cisterna que se perdía en esa noche habitual de cohetes y petardos.
Unas cuadras de mini maratón bastó para que Becky sintiera que su cuerpo se revolucionaba. El chupi comenzaba a hacer estragos y se apoderaba el Demonio.
- No puedo parar, boludos, jaja,¡¡¡ maullaba Becky, que daba vueltas como un trompo. Hasta que devolvió todo. Pensamos que ese charco de émesis (por no decir vómito) frenaría su estado. Nada que ver. Siguieron otras seis (si 6¡¡¡) émesis y una total pérdida de conocimiento.
- Hay que llevarlo a la casa¡¡, gritó uno.
- Pero que le decimos a Homero y a mamá Susana?, aclaró Alejandro.
- La verdad;. que se tomó todo el hijo de puta, improvisó otro amigo.
- No, no podemos entregarlo así. Conozco a los viejos. Se enojarían, expresó Emiliano
Las horas se acumulaban. Tras idas y venidas, Becky seguía desmayado, hecho un zombi. Sus amigos no lo abandonarían…y lo acomodaron de la mejor manera en la puerta de su propia casa...de pronto, milagro... Becky se puso de pie sin ayuda, lograba recomponerse tras tantos intentos de traerlo de vuelta a la “vida”, que iban, desde baldazos de agua helada hasta obligarlo a tomar café negro... la cosa empeoró cuando el Becky sintió ganas de improvisar un baño y liberar un supuesto dolor de estomago producto de tanto alcohol…pero en la puerta de su casa¡¡¡…
La historia termina con una advertencia de un patrullero, un policía que sentenció “o lo llevan a su casa o lo llevamos nosotros a la comisaría”… no tuvimos otra… mamá Susana se despertó, fuimos mentores y testigos del enojo de Homero al tener que limpiar, bueno, la puerta de entrada de la casa por el “regalito” que dejo el Becky en el palier… y nuestro susto, que con los años, se transformó en una de las mejores anécdotas… Becky nunca recordó nada…eso sí, si hoy por hoy alguien le ofrece sidra, la rechaza de cuajo…jajaja. El hipotálamo del cerebro no olvida. Y quienes fuimos testigos, las risas, tampoco.
Ojo con el chupi¡¡

14/1/08

Que ves, que ves, cuando..., por Doc 9


A pesar que el flaco siempre estaba atento, está vez el colectivero del 126, sin proponérselo, lo exponía a una mala jugada. El flaco venía de Caballito; era tarde; es que todavía no se ajustaba a los tiempos del bondi y eso que en noviembre se habían cumplido casi seis meses de no tener más el auto. Sin plata para un taxi, tomar el 126 era la única que quedaba; del 25 y el 53 olvidarse. Esa noche calurosa, el verano del final del año 2005 se preanunciaba lluvioso. El bondi 126 viene de Estación La Tablada y en el tramo final baja por la avenida San Juan, corazón de San Telmo; este flaco vive cerca; Barracas está pegado a Telmo. Sólo había que caminar 6 cuadras, pensó. De pronto, la doblada abrupta en Defensa, le quitó esa percepción para adelantarse a los problemas. ¿Si la parada es en Bolivar, como dobla así, un día miércoles, doce de la noche de noviembre?...el flaco no tuve escapatoria, desde arriba del 126 vio como ese chavon lo marcaba con los ojos. No había marcha atrás. Ya había tocado el timbre y meterse más adentro de Telmo no era la mejor decisión. ¿Por qué me gaste toda la guita?, ¿Por qué no me tomé un taxi?, murmuraba el flaco para si mismo.
El 126 lo despachó y se perdió en la noche. El flaco cruzó Defensa. El chavon también.
- Eh, muchacho, ¿no le sobra una moneda; déle amigo, nose me ponga la gorra que se pudre todo?..repetía el chavon envuelto en un aliento etílico.
El chavon, con la mirada perdida, disparó cien frases a la vez. El flaco sabía que ese era el entre.
- Muchacho, me escucha?; mire que estoy poniendo pecho en la yeca, loco. Y si pinta la taqueria, el cobani, que pinte, acá, se pudre todo, fleco... en segundos; la boca del chavon disparaba preguntas, afirmaciones, respuestas. Así el flaco, mirando a ese chavon a los ojos, le contestó:
- Macho, vos comiste?, porque yo no. Y tengo un hambre…
El chavón no entendía. Esas palabras parecían hacer añicos su plan. Sin proponérselo, el flaco conseguía que el chavón lo mirara a los ojos...eso obliga a ir más allá.
- Muchacho, amigo, yo le venía a robar a usted?, me entiende, loco. Yo… estoy lastimado; la yuta y los otros giles… perdí el documento… extraño a mi mamá… El chavon se iba aflojando, soltando.
Fue raro. Cenar con este chico de 15 que parecían 30. El flaco estaba asustado, pero logró sacar el lado positivo que tenía ese chiquito, lastimado, que daba miedo con ese fierro en la mano…el chavon no había tenido oportunidad en esta vida… así lo entendió el flaco, que tuvo siempre miedo, pero también algo de reconocimiento con él mismo, porque ese chavon, ese nene disfrazado de ladrón, esta vez, tuvo una oportunidad de que alguien lo mirara a los ojos una vez.

10/1/08

La Vieja del Viejo


Navidad del 91. La inflación ya no carcomía los bolsillos, aunque seguía latente. Además, en enero del próximo año, el ministro de Economía anunciaría con bombos y platillos el regreso al Peso, y con él, la impensable novedad de la paridad de iguales con el dólar. En esa casa de Quilmes no abundaban los platos cargados de comida, pero la cosa zafaba bien. Laurita ya transitaba por los 21 no obstante algunos de los demás primos eran niños todavía. Salvo Emiliano que tenía 14, y Mato e Ito que acariciaban los 10, los demás eran purretes ansiosos por la llegada de Papá Noél. Nico desde sus 8 cumplidos y el Lolo y Lucho que se estaban despidiendo de los 5, no dejaban de mirar todo rincón donde podría aparecer Noel. Años atrás, cuando sólo existía Laurita, un pijama rojo inflado de su tío Mandi oficiaba del gordo barbudo repleto de regalos. Pero en ese diciembre caluroso, Mandi y sus primos no querían saber nada de pijamas. Atenta a esta situación, observadora por demás, a la abuela Angelita se le ocurrió algo novedoso; justo ella, que era la anfitriona y de algún modo el corazón de la de la familia: disfrazarse de la MAMA de Papa Noel¡¡… para que sea un éxito recurrió a extraños elementos: una media femenina en la cabeza –lo cual le deformaba los rasgos faciales- una peluca de los tiempos en que su hermana, Ñata, era peluquera; un vestido viejo; unos guantes de cocina gastados y lo más interesante, era que alrededor del cuello colgaban retazos de muñecas sin cabezas o sin brazos que habían pertenecido a su hija Marta, la madre de Laurita.
Sin vacilar, Angelita salió por el ventanal de atrás, entrando sigilosamente por el jardín al patio donde estaba el resto y balbuceó en pregunta desde una voz gastada:
- Hola chicos, chicos, donde esta mi hijo, donde esta mi bebé?, soy la mamá de Papá Noél, donde esta?....
Los llantos de los primos más chiquitos, mezclados con las risas de los primos más adolescentes y de los adultos, fue el puntapié inicial para una Navidad inolvidable.
Es que con esas ropas, y el timbre de la voz cambiada, la abuela era un monstruo.
A quien se le podía ocurrir disfrazarse de la madre de Papá Noel?...a  Angelita, que un poco lo era en esa familia de Quilmes, porque cuantas veces Mandi, con el pijama rojo a cuestas se había disfrazado de Noel para Laurita a risas de sus primos y tíos?, pero esa ya es otra historia.

5/1/08

De música ligera...


Treinta y pico, casi cuarenta. Sí, esa era la edad que tendría Omar, el profesor de Música de ese cuarto año del Echeverría. Omar era distinto; tenía onda con los chicos y las chicas del curso. Siempre hablaba de Sumo, de que tocó en un ensayo de Los Redondos, que conocía a Cerati. Un día, el interesante de Omar fue un poco más allá. Se quedó hablando con dos de sus alumnos; Ema y Vidi. Los dos eran muy divertidos, y por ende, perseguidos por los docentes. Pero ese día, participarían de una rareza: Omar estaba serio, e intercambio un diálogo con estos dos chicos que fue más o menos así:
Omar: - Les voy a dar un trato de hombres, no de nenes… saben, tengo un secreto:… para producir necesito tomar cocaína. Un buen pase me libera la mente.
Las caras de los adolescentes se transformaron. En aquel año de la reforma constitucional y del Mundial de Fútbol yanqui poco se hablaba de la cocaína. Lo sorprendente era la confesión de su profesor de Música hacia ellos. Felices, Ema y Vidi sentían que el secreto los igualaba en el trato. Eran tres hombres hablando de algo prohibido. Omar, siguió con detalles, que como se pisaba, como se armaba el pase, que la birome, que tiene corte, que la nariz.
- ojo chicos, eh?, miren que es secreto. La gente no comprende y me matarían.
- quédese tranqui profe, somos grandes nosotros, fue la contestación a coro de Ema y Vidi
Pasaron dos días. Faltazo de la profe de Matemática. Dios existe. Hora libre… pero ocurre algo milagroso: también falta la profe de Historia. Dos horas libres… y seguidas. La directora Gentile no podía permitir esta situación. El 4 grado B era terrible. Tanto tiempo y solos, podía convertir al propio Colegio en un volcán. En ese milagro de libertad, Ema y Vidi se miraron. Querían sorprender a los demás. Uno de ellos agarró una tiza y la hizo polvo con el borrador. El otro, agarró la birome Bic de Carolina y su tarjeta de videos juegos Sacoa… querían demostrar que tenían calle… que conocían secretos. De pronto, irrumpe la escena Omar, el profe de Música que venía a adelantar su hora a pedido de Gentile y llenar el vacío de los profes faltantes
- Ema, Vidi, que están haciendo?, salgan del aula, ya, se van ¡ gritó Omar, al sentirse traicionado por los dos purretes.
- Pero profe, no estábamos haciendo nada…
- Son dos giles, dos pendejos, yo les cuento algo personal, los trato como hombres. Se van de mi clase, no los quiero ver más. Afuera¡¡¡…
El rugido de Omar se sintió…peor fue ver su cara, cuando Gentile entró al aula y preguntó con esa cara de poker que tenía:
- Disculpe, profesor Omar, porque estos alumnos están afuera de la clase?
¿Qué iba a decir el profe, que echó a los chicos porque jugaron con la confesión de su adicción?, debía decir la verdad, Omar?, pero así, no inmolaba su reputación?
- Por nada, señora directora, estábamos trabajando en una producción nueva… Ema y Vidi son excelentes alumnos y sobre todo … son muy DISCRETOS.

2/1/08

El 1nico


Casi siempre está en soledad, pero vela por la seguridad de sus compañeros. Será quien los contenga en las malas y proteja el marcador. Es el de reglas distintas, y el más expuesto a la vez. Es el primero … el 1. Amo y señor del área donde se convierten goles... el arquero; también llamado golero, guardameta, portero o guardavalla. Su función principal es la protección del arco. La tarea no sencilla. Además de enfrentar a los delanteros rivales, están los fantasmas del error propio; las posibilidades de salir bien librado a veces pueden ser escasas. Por todo eso, es un puesto para valientes, para cojudos. No es fácil ser arquero…20 años atrás había un muchacho que tenía condiciones. A los 10 años de edad casi es fichado en San Telmo. No pudo ser. Es que el arco se lleva en la sangre o no. No hay grises. Eso es ser arquero: quien tendrá más sin sabores que sabores. Y no sólo si recibe un golazo. Puede sacar mal desde el arco, puede tener cien buenas y con una mala tirar toda por la borda. La responsabilidad es gigante… por eso, este muchacho, como otros, no pudieron tolerarlo. Ser jugador de campo siempre es más fácil, porque habrá otros. El arquero es único. Es el que da tranquilidad en los momentos malos. El que siente en carne propia al gol; el que lo sufre; quizá es por ello que muchos arqueros si tienen que elegir un puesto en el campo, eligen jugar de delantero, de 9 de área. Porque será el 9 quien convierta goles y conocerá como se puede mover un arquero ¿Algún requisito para ser golero o puede serlo cualquiera? El sentimiento, sólo eso. Las condiciones vienen solas… y eso de que el gordito va a al arco?. Habría que preguntarle al mismismo Maradona… quien le salvo las papas en el Mundial de 1990?... un arquero. Es que en el fútbol argentino hubo grandes en el puesto del 1: Filliol, Amadeo Carrizo, el Loco Gatti, Goycochea, Luis Islas, el Tano Roma, Santoro, Tocalli, por nombrar algunos…ese chico de grandes condiciones físicas, hoy adulto, suele atajar en los partidos ocasionales, combinando con la 9, cuando le toca jugar en el campo. El fútbol no es su fuerte…pero eso sí, en la vida, con sus amigos, familiares o compañeros, piensa como Arquero.