28/11/10

El legado del Pelado



Gusty y Osky escuchan atentamente. Hay que aprovechar. Es primavera del año 2010. Lugar, el Museo de Ernesto Che Guevara, en Alta Gracia, provincia de Córdoba, Argentina. Seguramente para los argentinos que nacieron entre 1910 hasta este año 2010, algunos días son difíciles de olvidar, resumidos bajo la preguntas como, ¿dónde estabas, que hacías, por ejemplo el día 29 de junio de 1986, cuando la Argentina y ese brillante Diego Maradona obtuvieron el campeonato mundial de fútbol?; o en ese sorprendente día 11/09/2001 y las Torres Gemelas, o ese fatídico día del golpe de Estado y la noche genocida de la dictadura militar del 24/03/1976? o tristes como el 01/07/1974 cuando murió Juan Domingo Perón.
Gusty y Osky también creen que el 27 de octubre de este año 2010 será recordado por la muerte inesperada y fulminante de Néstor Carlos Kirchner, ex presidente constitucional en el período 25/05/2003-10/12/2007. Esposo de la actual presidenta argentina, Cristina Fernández, Presidente del Partido Justicialista y secretario General de la UNASUR sudamericana.
Ese día, ese 27 del fallecimiento de Kirchner, también se llevó a cabo el éxito que fue el Censo Nacional (link/Doc9) en todo el territorio de la República Argentina. Fue Gusty, quien mensaje de texto mediante por celu, avisó a algún censista del deceso de ex presidente.
A un mes esta muerte y de la realización del Censo, Dco realiza un homenaje, a ese gran estadista, tan polémico como encantador y a todos los que trabajamos como cencistas, y a los censados. El dato es en el recuerdo de Rodolfo Ortega Peña, un hombre, abogado y político argentino, que de no haber sido asesinado por la Triple AAA, esa organización para policial de la década del 70, seguramente hubiese seguido batallando en las mismas luchas que profesó quien tranquilamente podría ser su buen alumno, Néstor Kirchner.
Bajo la mirada de los cuadros del Che, en el museo, montado en la casa de la infancia del revolucionario, Gusty y Osky miran la tapa del libro la "Ley y las Armas, Bibliografía de Rodolfo Ortega Peña", editorial Aguilar, año 2007, obra de los periodistas, treintañeros, Felipe Celesia y Pablo Waisberg.
El libro arranca con la muerte de Ortega Peña por las armas y la impunidad de la Triple AAA, la agrupación de mercenarios adiestrados por la Organización Armada Secreta de Argelia (OAS), dirigida por el entonces ministro de Bienestar Social, José López Rega, ladero de Juan Domingo Perón. Es otoño de 1974. El 1 de julio de ese mes, muerte Perón, quien antes de asumir por tercera vez la presidencia de la Nación, sufrió en carne propia el asesinato de José Rucci (link/Doc9), entonces titular de la siempre poderosa Confederación General del Trabajo. El último día de ese mes, Ortega Peña es fusilado en pleno centro de la ciudad Capital Federal argenta. Así, pasa a convertirse en la primer víctima política de centenares de personas, fruto del Plan de Eliminación del Enemigo que parte de la historia sostiene tuvo el aval omitido del propio Juan Perón, que dejó hacer.
Ortega Peña era hijo de una acomodada familia antiperonista que rompió el molde con su clase, como alguna vez lo hicieran José de San Martín, Adolfo Alsina, Roque Sáenz Peña (doc9), Marcelo De Alvear, Liborio Justo (doc9) y tantos otros. Se convirtió en abogado de sindicato, defensor de presos políticos, historiador revisionista, militante del peronismo de izquierda vinculado con organizaciones armadas, peronistas y no peronistas, periodista denunciador y diputado nacional, cargo que al asumir, juró bajo la consigna : La sangre derramada no será negociada.
El libro es altamente recomendable, dando a conocer la vida de este hombre militante político y al mismo tiempo recrea uno de los períodos más intensos de la vida política, sindical, social y cultural argentina que abarca desde la llamada Década Infame hasta la última presidencia de Juan D. Perón.
Este apunte resume las páginas y temas que valen la pena apuntar, que abarcan además: el relato del primer desaparecido, el obrero metalúrgico Felipe Vallese, el nacimiento de Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA), el genocidio del 15 de junio de 1955, Augusto Vandor, el cordobaza de 1968, el legado de Raúl Scalabrini Ortiz, el origen de las Revistas Sudestada y de Militancia, La Hora de los Hornos de Pino Solanas, la creación de la Asociación Gremial de Abogados, el Camarón, la Masacre de Trelew, la vuelta de Perón, los libros de historia escritos junto a su amigo Eduardo Luis Duhalde, actual secretario de Derechos Humanos, sobre Felipe Varela, y la deuda con la inglesa Baring Brother, los curas Mugica y Benitez.
Bien escrito, interesante, el libro es un gran apunte para entender que pasaba en los años 70 y cual fue el origen y los motivos para que una generación de los mejores argentinos sea arrasada y desaparecida, sobre todo para aquellas personas que nacieron en años de dictadura militar -1976/1983 y en el regreso de la democracia.Abrazo al querido Felipe y su amigo Pablo, autores de este libro y del reciente "Firmenich, la historia jamás contada del líder Montonero".

8/11/10

Febo asoma





Los padres de su propio monstruo fueron ellos. Nunca hubiese nacido, ni aparecido, ni para quedarse para siempre en la historia, sino fuera por ellos.
El modelo del país abastecedor de materias agrícolas y ganaderas, para el beneficio de unos pocos, desde 1810 al 2010 tuvo distintas caras y un mismo objetivo: una clase dominante, terrateniente y rica sobre otra esclavizada, dependiente y pobre. Fue esa misma clase que creó sus propios monstruos, primero el radicalismo y décadas más tarde, el peronismo.
Esa clase terrateniente, dueña de campos y estancias en su mayoría, amiga de dueños de medios periodísticos de turno y políticos corruptos, nunca pudo llegar al poder central sino era acudiendo a los cuarteles de los militares, principalmente el Ejército Nacional argentino. Nunca logró ganar el poder en las urnas democráticas.
Fue así, que se gestó el primer golpe de Estado contra el entonces presidente radical, Hipólito Yrigoyen, en el año 1930, abriendo el camino a otros golpes que vendrían en distintos momentos de la historia argentina, siendo a dos gobiernos peronistas, el de 1955 a Juan Perón y el más terrible genocidio, de 1976, a la entonces viuda de Perón, Isabelita, los que dejaron las peores consecuencias.
El 4 de junio de 1943, por el contrario, se gestó el segundo golpe de Estado de la historia argentina, que mal que le pese a más de uno, fue de algún modo, la salvación de un país destinado a ser vejado para siempre, por esa clase domínate…de este accionar militar trata este Apunte.
Es que el gobierno destituido en ese 1943, era el de un presidente, Ramón Castillo, legítimo en cuanto a la conformación de las instituciones, corruptas en su mayoría, pero ilegal en los métodos de llegar al poder.
Castillo, era el último eslabón de una década –llamada infame- que interrumpió la incipiente democracia trece años atrás, cuando derrocó al radical Yrigoyen, líder popular que había llegado al poder en 1916, con las primeras elecciones presidenciales democráticas celebradas bajo la denominada ley Sáenz Peña.
Impotente por su incapacidad de vencer en las urnas, esa clase terrateniente, que calificaba como “la chusma radical”a la mayoría de los argentinos, y mismo calificativo -“aluvión zoológico” al peronismo-, se empeñó en retornar al poder como sea. Lo lograría, el 6 de septiembre de 1930 derrocando al Hipólito Yrigoyen, quien había sido reelecto en 1928.
Lo paradójico es que ese golpe de Estado contra la democracia, fue convalidado por la entonces Corte Suprema de Justicia. Y eso que los militares, también habían disuelto el Congreso Nacional. La clase dominante, burguesa, consiguió su cometido, e incluso, realizando el fraude que el 5 de abril de 1931 obtuvo la fórmula vencedora de la Unión Cívica Radical, Honorio Pueyrredón-Mario Guido. Los comicios fueron anulados.
El dictador José Ubiruru, convocó a elecciones presidenciales, las cuales en el peor de los fraudes de toda la historia argentina desde la instauración del voto secreto y obligatorio, otorgó un triunfó cómodamente al binomio Agustín P. Justo-Julio A. Roca -(link/Doc), hijo del matador de los pueblos originarios. Nacía la década conocida como infame.
En las presidenciales de 1938, tan fraudulentas como todas las elecciones que se celebraron en ese período, “triunfó” la fórmula Roberto Ortiz-Ramón Castillo.
Ortiz era de origen radical y el vice Castillo, un prestigioso abogado catamarqueño del conservadurismo más recalcitrante, decidido a mantener el régimen fraudulento con el que Ortiz quería terminar. El vicepresidente siempre conspiró contra el presidente, práctica muy seguida en la Argentina actual.
Tras los duros tiempos que debió soportar Ortiz, asediado por su vice Castillo, presionado por sus complejos problemas de salud, terminó renunciando, luego de solicitar licencia, falleciendo muy poco tiempo después.
Dueño Castillo y los conservadores de la situación, con el salteño Robustiano Patrón Costas como presidente provisional del Senado y por ende continuador en la cadena de mando, comenzó a pergeñar otras elecciones, tan o más fraudulentas que las otras, para las presidenciales de 1944.
La poca visión política de Castillo, la Segunda Guerra Mundial en pleno auge y la demanda, por ende, del mundo por las materias primas argentinas, fueron el hartazgo para un grupo de militares y el resto del pueblo.
Es decir, para el pueblo argentino y para sus fuerzas armadas, resultó intolerable el absoluto desprecio de la voluntad popular en democracia. Así nació el golpe de Estado de 1943, que terminó con un régimen producto del fraude y la violencia, que apuntaba a asegurar el poder en manos de esta clase dominante, probritánica y antidemocrática.
La Corte Suprema de Justicia también convalidó esta liberación de la Argentina. En febrero de1946, uno de los heroicos militares, Juan Domingo Perón, vencería en democracia a la fórmula José Tamborini-Carlos Mosca, de la Unión Democrática, integrada por el radicalismo, el socialismo, el comunismo, algún otro partido y los propios conservadores, de la clase dominante.
Esos militares de 1943, no dieron un golpe como sí lo fue el del 29 de marzo de 1962, al radical Arturo Frondizi, perseguido por recibir a Ernesto Che Guevara y convocar a elecciones en marzo de 1962, en las que triunfó el peronismo, cuya proscripción se había levantado casi totalmente. Frondizi fue forzado por los militares a anularlas, no obstante igualmente lo derrocaron. Este radical, había llegado al poder, votado en su mayoría por peronistas perseguidos y a merced de un pacto con el exiliado Juan Perón.
Tampoco, el de 1943 fue un golpe como sí lo fue el de 1966, cuando fue derrocado el radical Arturo Illia, que más allá de llegar al poder sólo con el 22% de los votos y con un peronismo proscrito y perseguido, como lo había sido el radicalismo en la mencionada década infame, era un presidente elegido democráticamente.
Un párrafo aparte es el genocidio de 1976. Lo cierto es que la clase dominante, abanderada del modelo agroexportador de las vacas, de un país sin industria y trabajo para todos, golpeaba las puertas de los cuarteles para derrocar presidentes radicales o peronistas, elegidos por el voto democrático de la gente.
En 1943 hubo una liberación. Hoy, año 2010, no están más los militares para ser utilizados, pero sí son fuertes las corporaciones, como los medios monopólicos. Así como hubo entre las fuerzas armadas, patriotas que cambiaron el régimen de la oligarquía, entre los monopolios de los medios, deben existir periodistas que se jueguen, aún rompiendo con su explotador patrón que lo obliga a escribir mentiras. La mayoría no es la basura golpista que es Mariano Grondona o un estúpido profesional como Luis Majul.
Aquí el Apunte, este aporte, para seguir apuntando y analizando que modelo queremos para el país, adelantando el debate tras la muerte de ese gran estadista, a pesar de sus errores, que fue Néstor Kirchner (link/Doc9), presidente de la Nación entre el 2003 y el año 2007.

2/11/10

Checho y techo




El evento todavía no era un recuerdo y él asomó como su sucesor. Condiciones tiene y mejor oportunidad también. El último Mundial de fútbol, este de Sudáfrica, comenzaba a transformarse en pasado y Apuntes del Doc9, en su encuesta número 10 –¡vaya coincidencia¡- en el mes del tercer aniversario de este espacio, apuntó el interrogante “¿Quien debe ser el DT de la Selección Nacional en miras al Mundial 2014 en Brasil?”.A lo largo de este mes, el resultado apuntado sintetiza lo que en la mayoría de los medios, o casi todos, resumen. En esta encuesta, de una totalidad de 90 votos, el primer lugar, con 25, fue para Sergio Batista, el candidato tanto del poder, el mafioso Julio Grondona, como del resto de los dirigentes funcionales al mandamás de la AFA.
El segundo lugar dejó una sorpresa. Se trata del ex referente del club Argentinos Juniors –compartió el plantel campeón de 1985 con Batista- y actual técnico de Boca Juniors, Claudio Borhi, desde 24 votos, sólo un menos que Batista. Parace que muchos xeneises o bichitos colorados, siguen este espacio de Doc9.
Con 12 votos, el tercer lugar fue para el ex Boca y Vélez, campeón de todo, Carlos Bianchi. El astro y técnico saliente, Diego Maradona, quedó en el cuarto lugar, vaya paradoja, con 10 –¡otro 10¡votos. El quinto peldaño, empatado en siete votos cada uno, quedaron Diego Simeone y el actual técnico de Chile, Marcelo Bielsa.
En sexto lugar, con seis votos cada uno, fueron para Jorge Valdano y el actual DT de Racing, Miguel Russo, seguidos por Ramón Díaz. En último lugar quedó, a pesar de su estirpe ganadora, Américo Gallego.
Desde hace tiempo, varios sectores sostienen que Sergio Batista, tal como quedó apuntado en estos 90 votos, será definitivamente técnico de la Selección en lugar de Diego Maradona.
¿Podrá Batista seguir el camino sembrado por Maradona, ese de la recuperación de la mística aún a pesar de ser un equipo plagado de jugadores multimillonarios, obligados de algún modo a correr por la bandera de un país que no conocen?. ¿Messí encontrará ese lugar de figura, esquivo en las grandes circunstancias sean Copas América o Mundiales?. Lio Messí, estigmatizado con ser el heredero del más grande jugador de todos los tiempos, el DT saliente en tiempos de jugador, es un jugador que emigró a Europa a los 12 años, la cara de la Argentina de la crisis del 2001, la fuga de cerebros. Mientras que Maradona profesa el otro país, el que se podía triunfar de abajo, Fiorito para conquistar el mundo después. Hoy los técnicos argentos son sólo seleccionadores de jugadores que ganan millones en otros países. En esta Selección del Mundial pasado, sólo cinco jugadores desempeñan en la Argentina.
Así pasó este Mundial, de lo peor futbolísticamente. El fútbol pertenece a esos clubes millonarios que cada cuatro años prestan a sus figuras, sean Messi, Ronaldo. Kaká, Forlan, Robben. Diego Maradona, a diferencia de Pelé conoció este fútbol globalizado y triturador, con la diferencia de un amor patrio que nunca más se conoció. Quizá en los jugadores de rugby de los Pumas del 2007 asomó una pizca. Ningún otro argentino, en 200 años del país, profesa ese sentimiento de Patria que emana Diego Maradona a nivel mundial. Ninguno.
Que el azar o el destino iluminen a Sergio Batista, quien se ha mostrado moderado, silencioso e incluso respetuoso del saliente Diego Maradona (link/doc9), compañeros del último campeonato obtenido en 1986 y quien lo había promovido para las selecciones juveniles. ¿La traición es moneda en la Argentina, tal ese Julio Cobos (link)?. Mientras los destinos del fútbol argentino sean comandados desde hace más de tres décadas por un mismo personaje cuestionado, es difícil que la selección argentina vuelva a repetir otro título como el de 1986.
Faltan cuatro años para la próxima competencia, cerca de casa, en Brasil, país hermano. Cuenta regresiva para Sergio Batista y los argentinos/as futboleros.