28/8/08

Goeth; dos caras


Monika no tenía consuelo. Aún no había cumplido 20 años pero la imagen de su padre se le hacia añicos. Justo su papá, su ídolo, la persona que ella tanto admiraba, que sentía en cada caricia, en cada consejo, en su enseñanza y en su ejemplo abocado al trabajo y al esfuerzo.
Monika amaba a su padre, lo adoraba. Hasta que la cruel guerra terminó, cuando todo salió a la luz, cuando el rumor se convirtió en verdad. Su mamá, no lo soportó y se quitó la vida, dejando de lado el amor por su esposo, ese que todos los días volvía del trabajo con una sonrisa, un regalo; hasta a veces le hacia el amor.
Se habían conocido en Viena, la ciudad capital de Austria, cuando él militaba en agrupaciones paramilitares de muy jovencito y a poco de nacer Monika, se mudarían a la Alemania descontenta con el Tratado de Versalles, al que sentía como dueño de las desgracias germanas ante el mundo tras finalizada la Primera Guerra Mundial. Esas furias engendrarían al político que poco a poco fue ganando popularidad germana: Adolf Hitler y su partido (Nacionalistas de los Trabajadores (Nazi).


Con Monika en sus brazos fue que Amon Goeth se afilió a varios grupos paramilitares nacionalistas. Al fallecer el presidente Hindenburg, el mandamás del Partido Nazi, Hitler, tomó el poder proclamando el Tercer Reich persiguiendo a los opositores, militarizando el país y creando el peor de los genocidios. Seis millones de judíos, miles de gitanos y negros, fueron asesinados en campos de concentración especialmente creados. Al llamado campo de Plaszow-Cracovia, en septiembre de 1941 fue designado Goeth. Allí eran designados los prisioneros destinados a los trabajos forzados y a la preselección para conducirlos, luego, a los campos de exterminio de Auschwitz, Treblinka y Sobibor, al sur de Alemania.


Amon no sólo era infiel a su mujer, la mamá de Monika. Le ocultaba su verdadera tarea asignada en Plaszow. Incluso el apodo que tenía entre sus camaradas, de “Verdugo de Plaszow” por su preferencia de disparar por las mañanas con un rifle de francotirador contra los prisioneros, sin importar si eran niños, mujeres o ancianos. Hasta hizo con ellos un séquito de personal esclavo para atender sus necesidades domésticas en la casa asignada para él los lunes a viernes. Los fin de semana estaba con su esposa y su Monika, quien amaba a su padre, y quien desconocía su verdadera tarea.
Bajo su mando fueron asesinados casi 10.000 personas. Sólo el empresario nazi, Oskar Schindle logró persuadir al Verdugo y al realizar tratos comerciales en busca de mano de obra barata para su fábrica, se pudieron salvar unos 1.200 judíos.


En enero del 45, Goeth fue capturado por tropas del Ejército aliado y enviado para ser juzgado en Polonia. Fue condenado a morir en la horca, -la soga falló dos veces- ejecutado en las mismas instalaciones de Plaszow.
Su esposa no toleró la defraudación de su amado marido y se suicidó. Su hija Monika, -con los años devenida en ferviente defensora de los derechos humanos-, a poco de morir su padre, escribió un libro (Doc 9) titulado "Yo adoro a mi papá y llevo su apellido, ¿debo odiarlo?". La obra está basada en las opiniones de profunda admiración que tenía ella y su madre sobre Amon Goeth como esposo y padre de familia. Las dos caras de unos de los monstruos del Holocausto alemán.

22/8/08

Caliente como una pava


Las escenas eran fuertes, calientes. El director holandés Paul, lo sabía, pero lo entusiasmaba la idea de combinar suspenso con una alta cuota de erotismo y de belleza. Sucede que la actriz coprotagonista de la película era simplemente una hermosura. Atrás había quedado el malestar y bronca que tragó Paul, cuando la gran rubia de principios de los años 90, Kim Bassinger, se negó a participar de su film.
Por suerte para él, su amigo Kirk pudo convencer a su hijo, Michael para que acepte ser protagonista. Paul y Kirk se conocían en los tiempos en que el primero obtuvo el Globo de Oro por su films Soldaat van Oranje (Eric, oficial de la reina) estrenado en 1977.
En las cenizas del año 1989, el guión armado por el eterno amigo de Paul, Joe Esteras, -trabajaban juntos desde el éxito Robocop-estaba terminado.
Basic Instinct, (Bajos instintos) se estreno a mediados de 1992. El film, arrancaba con una insinuante escena de sexo y un posterior crimen en la cama. El hijo de Kirk Douglas, interpreta al policía Nike Curran encargada de investigar esa muerte cuya principal sospechosa es Catherine Tramell, una mujer rubia, hermosa y muy sensual que escribe novelas policíacas, y que había mantenido una relación con la víctima. Así arranca la trama con un alto contenido sexual que dura toda la película. El film obtuvo un apabullante éxito, en especial por la mezcla de suspenso y sexo agresivo. Paul se olvidó de la Bassinger y estaba feliz por haber elegido en el casting previo, a la rubia preciosa Sharon Stone.
Durante la filmación (youtoube) varias veces se ensayaron algunas escenas. Sobre todo el sexo fuerte que tenían que tener los personajes Curran y Tramell. Paul, el director pedía realismo y Sharon sabía como darlo; es que la rubia conocía bien a fondo como calentar a un hombre. Su cruce de piernas sin ropa interior en la escena del interrogatorio policial, causó sensación en todo el elenco y ni hablar de los futuros espectadores.
Paul Verhoeven, el director confiaba en Michael, -y en sus genes como hijo del gran actor Kirk-, de 48 años cumplidos, con una larga trayectoria en sus espaldas con películas como La guerra de los Rose, Lluvia Negra y el premio Oscar obtenido por Wall Street en 1987.
Pero esas constantes escenas con Sharon… algo sucedió en Michael (por El Criticón)… en las últimas escenas sólo quería poseer a su compañera, tocarla, besarla. Los gritos de corten¡¡ de Paul eran sordos para Douglas. Algunos hasta confesaron que las escenas sexuales eran reales, que Michael estaba loco por Sharon, una dama que radiaba belleza desde sus 34 años cumplidos.
Muchos hasta vieron masturbándose a Douglas…estaba loco por Sharon…la llamada hipersexualidad o adicción al sexo es una necesidad incontrolable por tener relaciones todo el tiempo, sea con otras personas hasta masturbación o consumo de pornografía. Quienes padecen esta adicción sienten necesidad de acudir frecuentemente a prostíbulos, comprar artículos pornográficos, realizar con frecuencia llamadas a líneas eróticas y mantener relaciones sexuales con desconocido. El sexo lo es todo. Y eso le estaba pasando a Michael, que ya conocía de adicciones. Por esos años estaba recuperándose de su gusto por el alcohol y el cigarrillo…y tras Sharon volvía el fantasma de la adicción sexual otra vez.
Michael ya había pasado por esto cuando terminó de filmar Atracción fatal, en 1987. Aunque es verdad, Sharon Stone no es Glenn Close, su compañera en esta película.
Lo que en un momento comienza como un desorden aislado se tornó una enfermedad. Michael no tenía control de sus actos. Perdió su matrimonio. Quería hacerle el amor a todas las mujeres que veía. Siempre pensando en Sharon, quien casi lo demanda por lesiones e intento de violación.
Si bien a partir de realizar esas altas escenas con Sharon, Douglas no pudo dejar el mundo de las drogas y el alcohol, con el tiempo lograría superar su adicción al sexo.
Un año después de Bajos Instintos, el director Joel Schumacher lo convoca para protagonizar el film Un día de Furia… y dicen que tuvo que pasar varias pruebas para cuando encaró en 1994, el film Acoso, ese que compartía cartel con la infartante Demi Moore, quien interpretaba a una jefa que acosaba sexualmente al inocente personaje de Douglas…Y papá Kirk, el amigo Paul, la propia ex compañera laboral Sharon, invocaban a los dioses para que Michael no se tentará, volver a ser adicto al sexo, que tan malo será?

1/8/08

Chicos...¿que onda entre ustedes?


Mario, Gusti, Clau y Roxi, un grupo de amigos de tantos, tenía una peculiar forma de divertirse, al menos los días viernes a la noche. Se juntaban en la casa de uno –preferentemente en lo de Mario ya que los padres salían- y se veían unas buenas pelis en video. El videoclub de Luis, no era aún del tiempo del DVD, pero los chicos se divertían con los films alquilados. Compraban gaseosas, una picada. Así, todos los viernes de un mes veían películas del género de acción, otro mes, comedias, otro, dramas.
El hermano mayor de Mario, que aún vivía en la casa paterna, solía salir esos viernes y al volver al hogar, presenciaba como el grupo de amigos disfrutaba de la peli de ocasión. Siempre el mismo escenario: los cuatro sentaditos, una picada, la TV y la video. Vaya sorpresa notó cuando escucho gadeos y gritos propios de un acto sexual emanados del televisor. Es que al grupo, que en cantidades de viernes pasó por todos los géneros fílmicos, les llegó el cine porno. Parece que la cosa comenzó cuando, Gusti(por Doc 9), el más entrador del grupo, y el que retiraba las películas acompañado por las dos amigas –Mario odiaba alquilar videos y más condicionadas- siempre recomendadas por Luis, se le ocurrió alquilar una erótica, y luego una bien porno. Mario, noviaba con Clau, un amorío que un año atrás había nacido en la escuela secundaria. Pero eran todos amigos. Nada pasaba entre ellos; bueno salvo dicha pareja cuasi formal; salían los cuatro como cualquier grupo.
Mientras se sucedían los viernes de género porno, caminando junto a Gusti, el hermano de Mario, presenció como Luis en medio de un encontronazo cálido en la calle, lo saludó al grito de: “Grande, Gusti, como estas ídolo”.
Luis no era muy dado, pero demostraba un gran cariño por Gusti, como una devoción. Así fue como el hermano de Mario se dio cuenta de la situación: Gusti iba con Clau y Roxi a alquilar pelis; la misma naturalidad de siempre, no se alteró cuando alquiló las pornos… pero a Luis no le pasó lo mismo. Su imaginación volaba: “que envidia, de este chico, las fiestas que se armará con estas dos bebés”
El hermano mayor le comentó esto a Mario.
- Mari, cuando puedas, acompáñalo a Gusti a alquilar las pornos que ustedes ven; creo que Luis se imagina cualquier cosa.
- Yo te agradezco, pero no. Son giladadas, Luis es un tipo grande y a mi, me da vergüenza cuando Gusti pide pornos, se quedando mirando, delante de todos junto a las otras dos.
Pasaron dos meses. Un día, Mario le dijo a su hermano que tenía razón, que él discutió con Clau. Que nunca más alquilaron pornos ni nada en lo de Luis… que había pasado?
Sucede que un viernes de esos, Luis, que atendía personalmente y más a Gusti, no pudo más. Se acercó a él y a las dos amigas que siempre lo acompañaba y les dijo:
- Disculpen chicos, pero no puedo más. Tengo fantasías, casi no puedo dormir… que onda entre ustedes??
Parece que el Luis se hacia la película, hablaba de fiestas, soñaba con sexo, idolatraba a Gusti, deseaba a las dos chicas…
Los años pasaron. Luis sigue con su local, ahora con los DVD. El grupo se separó… pero la fama de Gusti inventada por el dueño del video en el barrio no… y la bronca de Mario tampoco.