12/5/13

Las 25 revisadas




Hace un tiempo que la historia argentina es un campo de batalla cultural, encaminada a saber quién es quién, método clave para saber el desarrollo de una identidad nacional. Aquí el Apunte. 



Casa de Gobierno 2013. Escenario histórico I
Durante su primer gobierno, Juan Domingo Perón no impulsó ese revisionismo histórico incipiente como lo muestra la tantas veces recordada nominación de los ferrocarriles argentinos -Roca, Belgrano, Mitre, Urquiza- una vez adquiridos de Inglaterra, tras la hábil mano del entonces ministro de Economía del primer gobierno peronista en la historia, Miguel Miranda. Después del golpe de 1955, la insistencia de la dictadura del tándem Pedro Aramburu-Isaac Rojas en profundizar la línea de Mayo con Caseros luego de la caída de Juan Manuel de Rosas en 1852 y la instalación del modelo agroexportador pro inglés, obligó a fortalecer la adhesión peronista al revisionismo. Ese peronismo no tardó en advertir la importancia de identificar al movimiento en la resistencia con una tradición que comenzaría a transitar en toda la historia argentina.
Así, el revisar la historia comenzó a tomar forma. Y apareció FORJA con Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz,  la influencia de pensadores de izquierda, las obras de Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde y de José María Rosa.
“Toda la historia es nuestra historia. Todo el pasado es nuestro pasado. Aunque a veces preferimos quedarnos con sólo una parte de ese pasado, seleccionando ingenua o engañosamente una época, una línea, unos personajes; queriendo eludir tiempos, ignorar hechos y omitir actuaciones”, auguraba el maestro de maestros, el filósofo Gustavo Cirigliano, fallecido el año pasado.
Los acontecimientos del 25 de Mayo de 1810 están en esa sintonía. Con la llegada de Néstor Kirchner y Cristina Fernández a la Casa Rosada, por primera vez el revisionismo como corriente histórica pasó a contar con el apoyo de un gobierno nacional.
Explanada del Riachuleo, La Boca 2012. Escenario II
Una decisión política que orientada a saber quién es quién sin quitar a nadie, al contrario, conocer todo y a todos. De ahí la creación del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego en noviembre de 2011.
Revisar la historia hacia el trayecto de construcción de una identidad nacional implica asumir un nuevo patriotismo continental, “deseducarse”, dejar de lado recetas europeas y comenzar a pensar de acá para allá y no de allá para acá. Pensar en idea de una Argentina ligada al conjunto de los países de la UNASUR o de la CELAC; recobrar el sueño sanmartiniano y bolivariano de la Patria Grande.
Hay que conocer para saber y saber para comprender que aquellos revolucionarios de Mayo reconocerían en Juan Bautista Túpac Amaru Monjarrás (pariente del guerrero Túpac Amaru II) al verdadero ícono de la revolución americana. La postura de Manuel Belgrano de persuadir a los diputados del Congreso de Tucumán que declararía la Independencia en julio de 1816 de adoptar políticamente un sistema de monarquía constitucional que retome la tradición de los Incas también fue ocultada de la historia.
Porque Belgrano, Mariano Moreno y Juan José Castelli eran abogados que estudiaron en la Universidad de Chuquisaca –actual Bolivia-y pensaron, comprendieron las pecuarias indígenas, que defendían como letrados y no dudaron en ponerse al frente del Ejército patriota tras el 25 de Mayo para defender la Independencia y los ideales de la Revolución.
En esa línea, otro “escondido” por la historia mitrista es el abogado y periodista Bernardo de Monteagudo, el redactor de la proclama de Chuquisaca del 25 de mayo de 1809 –que tanto influenciaría en los hechos de Buenos Aires un año después-  quien estuvo en todos los movimientos revolucionarios americanista hasta su asesinato en 1825.
Volver a los ideales de Mayo en el año del bicentenario de la Asamblea General Constituyente iniciada en enero de 1813 es un debate ideológico que los argentinos se deben. Porque de algún modo la libertad de imprenta sancionada por esa Asamblea late en la actual Ley de Medios que busca desmonopolizar a los medios hegemónicos y que la Justicia no permite actuar.
Costanera norte porteña, escenario III
La Asamblea no logró alcanzar su objetivo central de sancionar una Constitución republicana y declarar la Independencia de España y pereció ante el centralismo porteño pergeñado por su presidente, el pro británico Carlos María de Alvear, aunque asentó un manto de luz en toda América latina camino a la voluntad de abolir la esclavitud, declarar la igualdad de razas y terminar con las torturas como método de disciplina por parte de los sectores dominantes.
En síntesis, no hay entonces posibilidad de construir una única y finiquitada mirada del pasado. La historia continúa. Es presente como el presente es futuro.
“Pensar desde sí, para ser uno mismo, es liberarse. Despojarse de lo ajeno, deseducarse. Hay que pensar lo nuestro desde nosotros mismos”, sostenía el mencionado filósofo Cirigiliano.
Conocer para querer, querer para ser en pos de encontrar una identidad nacional tras 203 años de la los hechos de Mayo, periodo que vale remarcar se extiende hasta 2016. Para ver el futuro, nada mejor que comprender el pasado.