31/12/11

Unidos o dominados, adiós 2011

Y se siente que será unidos. Porque este año que se termina 2011, es el año de la unidad latinoamericana, el viejo sueño de José de San Martín y Simón Bolivar, manifestado en las ideas de ese gran hombre, el visionario Manuel Belgrano -Doc9 está dedicado a su memoria y legado-. Los llamados países periféricos deben pensar dede la perifieria para salir de la periferia. Y eso sólo se puede lograr si se trabaja juntos, si todos tiramos para el mismo lado. Para eso hay que conocer, estudiar, pensar, dudar. No ser pensados por otros sino por nosotros mismos.
Por eso es importante un país industrial y un pueblo con autoestima alto, porque a los Estados, como a las personas, se los trata como se los vé.
En lo personal, este 2011, fue un año de mucho aprendisaje, de tratar de ser mejores persona, de escuchar más, de hablar lo justo, de hacer reir, de ayudar, de militar. Porque no hay años malos o buenos. Hay años más estáticos, más movidos, más de aprendisaje, más difíciles, pero se trata de seguir andando, porque somos las decisiones que tomamos y en lo único que estamos seguros que podemos ejercer control, es en nosotros mismos, en nuestras acciones.
Un abrazo a todos los Apuntadores, lectores, de este espacio. A todos. A los amigos, a los conocidos, a los ciber conocidos, a los que putean por putear, a los que construyen, a los que critican todo por deporte, a los que no, a todos, porque de eso se trata: de conocer para saber, saber para querer y querer para ser, ser mejor persona. Lo que no se conoce, no se quiere.
Feliz despedida del 2011 y bienvenido 2012 que hay muchas cosas lindas por hacer¡

20/12/11

Esa Plaza...ese día


Hoy, un muchacho de poco más de treinta años, como tantos otros se acercó a la Plaza de Mayo, depositó una flor, recorrio las fotos que reflejan lo ocurrido hace 10 años, que resumían la matanza y represión tras el fracaso de un modelo de país, destructor de sus conquistas que comenzó con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, continuó con la frustación radical de Raúl Alfonsín, se perfeccionó con el menemismo y culminó,tras la traición de Fernando de la Rúa -quien decía en los spot de campaña televisivos que iba a modificar las cosas- ese 20 de diciembre de 2001.

Ese mismo muchacho, estuvo ese día en esa Plaza. A partir de los suceos que vivió, padeció y sufrió en esa Plaza, cambió sus opiniones, su parecer, estudió, quiso conocer, saber, querer. Aquí se adjunta el Apunte de ese día, publicado a comienzos de este Doc9, en octubre de 2007...Mi primea plaza (link/Apunte)

El principal orgullo como argentino, en el balance de estos 10 años, es entender que la crisis que explotó el 20/12/2001 no se resolvió con golpes de Estado sino que fueron los mecanismos de la democracia, en Asamblea Legislativa reunida en el Congreso de la Nación, quienes ayudaron a salir del pozo. Un sistema democrático que retornó el 10 de diciembre de 1983, no por la presión de los militantes y la política como en 1972, sino concedida por el último suspiro de una dictadura militar tras la rendición en la guerra de Malvinas un año y medio antes.
Con la democracia volvió a funcionar el Congreso de la Nación, el único poder republicano que comprende al oficialismo y a la oposición en sus dos cuerpos legislativos: Diputados y el Senado.
El 20 de diciembre de 2001, aquella crisis precipitó otra de carácter institucional, ya que al carecer de vicepresidente -tras la renuncia un año antes de Carlos Chacho Alvares por los sobornos en el Senado- debió hacerse cargo el titular provisional del Senado, Federico Ramón Puerta.
Demasiado peso para tan escaso sostén Puerta convocó a una Asamblea legislativa que designó a cargo del Poder Ejecutivo al entonces gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá, en los términos del artículo 88 de la Constitución y lo dispuesto por la ley de Acefalía 20.972.
A los pocos días, el puntano renunció por fax desde San Luis y abandono la presidencia. También Puerta había declinado, lo cual obligó que se hiciera cargo del PEN al titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, quien convocó nuevamente a la Asamblea para el 1º de enero de 2002.
Para completar el mandato de De la Rúa, la Asamblea designó al senador bonaerense Eduardo Duhalde, quien no llegó a la meta.
Tras los crímenes de Kosteki y Santillán, el 26 de junio, a manos de la policía bonaerense, Duhalde precipitó la más rápida salida electoral.
Así, la crisis pergeñó a Néstor Kirchner, el nuevo presidente con solo el 22 por ciento -su contrincante, Carlos Menem, que apenas había logrado dos puntos más, se bajó del balotaje- y, así, en la peor situación imaginable el santacruceño asumió la presidencia el 25 de mayo de 2003. Lo hizo tras un largo discurso comparable en extensión y propósitos con el que treinta años antes en ese mismo lugar y en similares circunstancias había pronunciado Héctor J. Campora.
Con una firme política en derechos humanos y una fuerte decisión de atacar el problema económico promoviendo la producción nacional, más un estilo informal y desinhibido, Kirchner logró insuflar ilusión a jóvenes que precozmente la habían perdido.
Muchos de ellos fueron los que escoltaron el cortejo fúnebre tras su muerte inesperada, el 27 de octubre del año pasado, desgarro que no detuvo, sino lo contrario, una marcha que se transformaría en su legado.
Yo soy uno de ellos. Y hoy, mientras otros países son un triste espejo de esa Argentina derruida de hace diez años, la Nación afronta hoy el período de crecimiento más largo en sus 200 años de historia. Cuidar y extender esos logros es tarea de todos nosotros.

Dedicado al recuerdo de las víctimas de la represión del Estado -y en democracia- a sus familiares y los que trabajan y sueñan por una Argentina mejor para todos.

10/12/11

¡Alegría¡



Los días 10 de diciembre tienen un particular sentido para los argentinos. Porque hoy se festeja el Día Internacional de los Derechos Humanos. Porque recientemente la presidenta de mi país, la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner reasumió el mandato tras ser elegida democráticamente por casi el 60% de los votos del pueblo el 23 de octubre pasado.
Una asunción ruidosa y alegre, una fiesta por los 28 años de democracia ininterumpidos, por una presidenta popular y nacional, por la alegría en desmedro de la tristeza que sentiamos hace sólo diez años atrás y porque este es el Apunte número 200 de este Doc9... estas líneas apuntan sobre el rol del Congreso de la Nación, la casa de la democracia y los derechos humanos.

El sistema democrático retornó el 10 de diciembre de 1983 pero no como diez años antes por la fuerte presión de Perón desde el exilio y un pueblo movilizado en primer lugar por su juventud, sino concedida por una dictadura militar en retirada.
Con la democracia volvió a funcionar el Congreso de la Nación, el único poder republicano que comprende al oficialismo y a la oposición, según la representación concedida en las urnas.
En aquel año, también un 10 de diciembre, Raúl Alfonsín (doc9) asumió la presidencia de la Nación, impulsando una política de reivindicación de esos derechos y en la que ese primer Parlamento puso en palabras la dimensión del horror sufrido.
Un Congreso de la Nación que tenía por oposición a un peronismo derrotado y dialoguista. Y a un radicalismo en el gobierno que poco después contradeciría esa política sobre derechos humanos que abría.
Ese fue el comienzo: anular la ley de facto con la cual la dictadura pretendió cubrir sus espaldas (1983), luego modificar al ahora inexistente Código de Justicia Militar para juzgar a las tres primeras juntas (1984) y, después, las leyes de Punto Final (1986, final a los juicios, tras un plazo perentorio para presentar las denuncias de un mes que los legisladores duplicaron) y otra reforma al ya inexistente Código de Justicia Militar(1987) para decir que todo lo cometido se había hecho en cumplimientos de órdenes (o sea los crímenes, desapariciones, torturas, violaciones y robos).
Ahora, vale recordar el tramo final.
Ese fue el tramo encabezado por el radicalismo y sus aliados, incluyendo sectores de la derecha peronista.
En marzo de 1998, el Parlamento sancionó la ley 24.952 de nulidad de las leyes de Punto final y Obediencia debida y el 21 de agosto de 2003, con Néstor Kirchner en la Casa Rosada, el Parlamento las declaró "insanablemente nulas". Con esta determinación, se terminaron los efectos protectores de esas normas sobre los culpables, que persistían luego de la derogación de cada una de ellas.
El año pasado, el del Bicentenario, la Cámara de Diputados declaró por unanimidad "política de Estado" esa decisión.
En resumen, no fue un camino fácil porque insumió muchos años.
La historia recordara a Alfonsín y al primer Parlamento por la sanción del juicio a las tres primeras juntas militares de la dictadura (no la cuarta, que fue la que entregó el gobierno), a Carlos Menem por sus indultos a los procesados (que son también los juicios que hoy trascurren) y el despilfarro del patrimonio nacional con las privatizaciones y a Fernando de la Rúa por los sobornos en el Senado.
Hasta que llegó el cuarto presidente elegido por el pueblo, tras la debacle política e institucional de hace diez años. Fue con Néstor Kirchner que la Argentina pasó a la vanguardia en el siglo nuevo en el campo de los derechos humanos.
Entre el 2004 y 2006, el Congreso sancionó la ley 25.974 de creación del Fondo de Reparación Histórica y Restitución de Niños Secuestrados o Nacidos en Cautiverio y se declaró, el día 24 de marzo, Día Nacional de la Memoria, por la verdad y la Justicia (ley 26.085). También se adoptó la Convención Internacional para la Protección de las Personas contra la Desaparición Forzada (ley 26.298).
Según un reciente informe de la Unidad Fiscal de Seguimiento de Causas por Violaciones a los Derechos Humanos, son 802 los procesados en todo el país por crímenes de lesa humanidad.
Mucho, demasiado dolor pero, al final, Justicia.
Otros países, en cambio, enterraron su memoria.

2/12/11

Lo nuevo


En un nuevo mundo que se viene, es necesario apuntar algunas preguntas:
¿Qué hizo Japón para dejar de ser una isla corrupta y miserable para transformarse en una potencia mundial?; ¿cuáles fueron los pasos que convirtieron a la pequeña Corea en un fuerte país agrícola y tecnológico?
La primera respuesta es la siguiente: dejaron de escuchar y adoptar las propuestas de países fuertes como Inglaterra sobre cómo ser una potencia. Los ingleses no revelan sus secretos.
El politógolo argentino Marcelo Gullo (youtube) se dedicó por años a estudiar los fenómenos políticos sobre la creación de poder de los Estados. Y llegó a esta conclusión tras años de investigación: el secreto es dejar de ser un país subordinado para pasar a ser subordinante, es decir un Estado sujeto y no objeto de las cosas. Para ello, hay que insubordinare ante los demás Estados; sacar lo propio ante lo ajeno; adaptarse con lo que es de uno en lugar de adoptar lo de afuera.
¿Porqué motivos Inglaterra decidió devolver Hong Kong a China? Porque China ha construido un gran poder, desde un fuerte impulso estatal, una gran industria y una burguesía nacional que acompaña al país, y fomentando el conocimiento nacional para conocer, luego así saber, para querer y finalmente, tratar de ser.
En cada momento histórico de la humanidad, los Estados, tratan de posicionarse. Todos tienen un “denominador común”. Principalmente, Inglaterra, el gran país subordinante y experto fomentador del “pensamiento nacional”.
Gullo se pregunta si los argentinos somos estúpidos al venderle por décadas materia prima en bruto a los ingleses y luego comprarles zapatos, ropa, confeccionados con ella misma.
Porque hasta la llegada de Isabel I en 1600, Inglaterra era la tonta de Holanda.
Fue esa reina que prohibió la exportación de materia prima como la lana mediante dos caminos; el primero, jugarse a todo o nada; o se funde el país del todo o sale a flote. Porque los productores de las materias primas no querían saber nada con la prohibición de su exportación. En segundo lugar, la idea es fomentar un fuerte impulso estatal que ayude a esos comerciantes a realizar una industria con esa materia prima.
Así, Inglaterra también comienza a construir barcos fuertes, pensando que debía tener una poderosa flota mercante. En poco tiempo, se produce en ese país, la Revolución Industrial.
Pensadores como Adam Smith y David Ricardo comienzan a hablar del “proteccionismo económico” y el impulso del Estado. Nace lo que Gullo denomina el “umbral del poder” que determina el poder mínimo necesario para superar la condición periférica, es decir lograr convertirse en países efectivamente autónomos
¿Cómo evita Inglaterra que otros Estados la imiten en busca del umbral del poder y la creación de un país poderoso?
Inglaterra, con el prestigio de su realidad y de pensadores como Smith, crea lo que se denomina “una ideología cultural”, es decir que no sólo no revela los secretos de esta Inglaterra pujante, industrial y poderosa, sino que inventa, con la intención que otros países no se convierten en poderosos, lo que se conoce como la división general del trabajo y que no se proteja la industria nacional, diciendo que el librecambio es la mejor medida económica entre los pueblos.
Sin embargo, poco después del año 1776, en que los Estados Unidos declararon su Independencia de Inglaterra, el economista, periodista y abogado, Alexander Hamilton, entendió que si un país decidía ser poderoso no debía seguir las recetas que su ex madre Patria decía que había que hacer y ella no hacia. Hamiltron, secretario del Tesoro del entonces nuevo país de América del Norte, supo aconsejar al entonces presidente George Washington que había que rechazar el librecambio y crear una fuerte industrialización desde el Estado. Ese fue él éxito de los Estados Unidos que tiempo después encaró la misma fórmula cuando en la Guerra de Secesión, el Norte industrial venció al Sur librecambista, esclavista y agrícola, apoyada bélicamente por Inglaterra.
Alemania también tuvo su “insubordinación fundante”. El Estado alemán era una desgracia, a tal punto que ni la dirigencia argentina a lo largo de su historia fue tan penosa como la alemana. Treinta y tres estados divididos en un territorio germánico que dependía su economía de una única actividad: la exportación de carne humana, es decir esclavos.
Alemania cambió, creyó en su estima. Porque no hay pueblos mejores que otros.
La Argentina está en ese camino a cumplirse 10 años de la peor crisis económica de su historia, porque también fue una crisis de identidad.
El 25 de Mayo de 2010, en el Bicentenario de la Revolución, los argentinos salieron a las calles. Y eso que para Gullo, el legado de la Independencia declarada el 9 de Julio de 1816, fracasó: se cambio de collar, pero la Argentina aún sigue siendo un perro, decía el gran Arturo Jauretche. Antes de España, ahora de Inglaterra y los Estados Unidos.
La quita de los subsidios, la creación sobre revisionismo histórico del Instituto Manuel Dorrego(web/Página 12), son algunas medidas para aplaudir del Gobierno argentino actual de Cristina Fernández de Kirchner.
La tesis central de la obra "La insubordinación fundante", es que todos los procesos emancipatorios exitosos resultaron de una conveniente conjugación que nace de un eficaz impulso estatal con actitudes de insubordinación ideológica hacia el pensamiento dominante, es decir el inglés. Para comprobar esa tesis central, Gullo analiza casos de construcción del poder nacional en los Estados Unidos, Alemania, Japón y China.
En síntesis, este Apunte sugiere leer la obra de Marcelo Gullo, “La insubordinación fundante. Breve historia de la construcción del poder de las naciones", Editorial Biblos, publicada en 2008 y hacer el ejercicio de pensar como y en qué la Argentina puede insubordinarse y erigirse en el nuevo mundo, como una nueva potencia mundial