28/5/09

Conocer a un político culpable



Fue hace 21 años atrás, a principios del año 88, días en que Felipe cursaba la escuela primaria. El país, para no perder la costumbre, estaba convulsionado. Hacía menos de cuatro meses la oposición peronista vencía en casi todos los rincones del país en las elecciones legislativas y de gobernadores de 1987, al oficialismo radical.
Quien había sido ex ministro de Comercio de Juan Perón y de Economía de Isabelita , había derrotado al candidato Juan Manuel Casella y se convertía en el gobernador del principal Estado provincial argentino: la provincia de Buenos Aires.
Desde varios años el Gobierno nacional no pegaba una y la hiper inflación comenzaba a pronunciarse. Las clases en las escuelas no comenzaron hasta mediados de abril, los docentes reclamaban más salarios, los aprietes de la CGT se sucedían, el campo rechiflaba en la Rural al presidente de la Nación y el futuro grupo Clarín se peleaba con los huéspedes de la Rosada –cualquier diferencia con ahora es pura coincidencia, o no?- El flamante gobernador Antonio Cafiero (Doc 9) se encaminaba como el gran sucesor de Raúl Alfonsín. No únicamente por los desaciertos del Gobierno y su gran triunfo en la Provincia; a Cafiero lo catapultaba a ganar las futuras elecciones presidenciales de 1989 varios motivos. Primeroo, desde hacía dos años atrás, luego que los radicales ganaron los comicios de 1983, Cafiero era la cara visible del peronismo renovador que se sacó de encima al derrotado de Italo Luder, que esfumó al dirigente metalúrgico vandorista Lorenzo Miguel, que mandó a la cola a Herminio Iglesias heredando el aparato.
Al amo y señor de esa oposición, el niño Felipe lo conoció ese mismo año. Fue en el Congreso de la Nación. Se lo presentó su padre que era un destacado periodista desde hacia tiempo.
- Los compañeros nos damos la mano, le dijo el gobernador a ese chico de 9 años. Cafiero estaba en campaña las 24 horas del día.
¿Qué se defenía realmente en esa Argentina? El recién llegado a la gobernación bonaerense y Raúl Alfonsín, el mandatario que veía caer pedazos de su gestión, tenían todo decidido. Ambos sabían que en 1989 el próximo Presidente sería un peronista. Cafiero le garantizó a Alfonsín que terminaría el mandato el 10 de diciembre de ese año. Luego, los dos equipos de transición se pondrían a trabajar una vez que Cafiero venciera al candidato radical, el cordobés Eduardo Angeloz que ya había vencido en su interna.
Por primera vez en la historia argentina se daban muchos fenómenos. Por ejemplo, era la primera que el principal referente de la oposición, era el peronismo. Que ese movimiento no estaba proscripto mientras los radicales eran gobierno. Y que la cara visible de esa oposición, es decir Antonio Cafiero, tenía buena relación con el Presidente Alfonsín. Los intereses del país serían salvaguardados. Los además abogados Cafiero y Alfonsín, que incluso eran los jefes de sus partidos, PJ y UCR, se respetaban mucho, aún más que como gobernador de Buenos Aires y presidente de la República. Pero dentro del peronismo uno de sus dirigentes, de patillas y carismático, gobernador de una provincia litoralence, quería cambiar esa historia y desafiaba a Cafiero. Carlos Menem recorrió cada rincón del país, la mayoría de sus ciudades, todas las provincias. Se definía el candidato justicialista para 1989.
- Puedo armar un Congreso del PJ y ganar ampliamente en las internas mi candidatura a presidente de la Nación. Total, gano por paliza.
Las palabras de Cafiero se escucharon en cada rincón de la Argentina. Mientras el gobernador de Buenos Aires jugaba al fútbol, su par de La Rioja, Menem, hacia campaña. Mientras Cafiero dormia la siesta, el riojano andaba con el Menem-móvil por todo el país, revoleando su poncho, haciendose el Facundo Quiroga.

El 6 de septiembre de 1988, en uno de los actos más democrácticos de la historia, el peronismo elegió por primera vez con votos de sus afiliados la fórmula. Otra vez de la mano de su padre, Felipe presenciaba un hecho histórico que cambiaría para siempre a la Argentina. La fórmula Carlos Menem-Eduardo Duhalde vencia a la de Cafiero con José De la Sota. Dicen que el gobernador bonaerense lloró toda la noche. Que el presidente Alfonsín no durmió encerrado en mil pesadillas. La historia es conocida: Menem venció a Eduardo Angeloz en las presidenciales del 89, eyectó a los radicales del Gobierno que se caían solos. No hubo transición de gobernabilidad. Cerró filas con la Bunge&Bor. Luego puso de ministro de Economía a Domigo Cavallo.
Decían los más cercanos a Italo Luder, el primer peronista derrotado por los radicales de en 1983, que siempre se culpó por ir a dormir la siesta mientras el candidato Raúl Alfonsín caminaba cada rincón argentino profetizando el Preambulo de la Constitución Nacional. Cafiero nunca comprendió a Luder aunque desde hoy, sus actuales 87 años, llore por las noches pensando en su culpabilidad, por no haber jugar con todo, por ser un “pecho frio” como se dice en la jerga del fútbol dejando que Carlos Menem lo venciera… la historia es conocida. En democracia, porque Menem ganó tres elecciones presidenciales se entregó y destruyó un país ¿Qué hubiese pasado en la Argentina si Menem nunca llegaba al poder?... Felipe, ese niño, que hoy tiene casi 32 años, hace más de 20 conoció a su primer político, a ese culpable. Que lástima Antonio, que lástima.

14/5/09

El ejemplo de Emilio



Emilio siempre fue curioso. De chico, preguntaba todo y por todo. Libro que caía en sus manos era devorado en lectura. En la adolescencia su búsqueda por el saber y su apego a la historia se acrecentó. Emilio abrazó el oficio del historiador con la misma pasión que el del periodista. No hay periodista que no sea algo historiador. Emilio a la vez entendió que la Argentina es un país creado por personas del Derecho, por abogados . Emilio se recibió de letrado mientras trabaja de reportero.
En su amor por la historia argentina, Emilio estudio el marxismo de los socialistas Enrique del Valle Iberlucea y Juan B. Justo. Precisamente este último, el médico Justo, fundador del partido Socialista argentino, creador del diario La Vanguardia, mentor de las viviendas de casas cooperativas el Hogar Obrero, de la Biblioteca Obrera y la Sociedad Luz, todas ubicadas en el barrio porteño de Barracas al lado del de La Boca donde se destacaría de la mano de Justo un abogado bigotudo, Alfredo Palacios.
Emilio que había nacido en los comienzos del gobierno peronista era un intelectual que buscaba enganchar permanentemente sus conocimientos académicos con su compromiso con la realidad social y política argentina. Emilio escribió muchos libros como La masonería y El Opus Dei, en la que investigó el totalitarismo de la Iglesia Católica. También investigó sobre los nazis en la Argentina.
Emilio, se transformó en doctor en Derecho formando parte del Instituto de Ciencia Política y Derecho Constitucional de la Academia Nacional de Ciencias, mientras mechaba su trabajo en diversos medios periodísticos como las revistas íconos de los 70, Confirmado y Primera Plana y en los diarios Tiempo Argentino, La Opinión, La Nación y Sur, entre otros.
Tanto amó la historia argentina, que a mitad de esos años fue jefe de redacción de la revista de Félix Luna, Todo es historia. Al doctor Corbiere le gustaba saborear la historia y la conflictiva política argenta. Siempre al lado de la militancia, Emilio revindica desde sus libros al primer peronismo. También se dio el gusto de investigar sobre El mito alfonsinista, El mito de la globalización capitalista: socialismo o barbarie y su gran obra: “Mamá me mima, Evita me ama. La educación argentina en la encrucijada”en la que Emilio observa cómo se ha ido pasando de la influencia sarmientina –el liberalismo, el positivismo– hacia una pedagogía que con el personalismo del primer peronismo se inició la ruptura en los modelos educativos tradicionales.
Hace casi cinco años atrás, el corazón de Emilio comenzó a fallar. Abanderado de todo lo que sea público, en el gran Hospital Fránces, fue sometido a un transplante. Pero el nuevo corazón no soportó tanta pasión y le falló al historiador, abogado y periodista Emilio Jorge Corbiere, estaba por cumplir 61 años. Hacia años que luchaba –sin claudicar ni resignarse– contra sus problemas cardiovasculares y había pasado por cuatro by-pass obstruidos, necesitaba un trasplante urgente para seguir viviendo y reflexionando sobre la historia de la izquierda en la Argentina, como ya lo había hecho en Orígenes del comunismo argentino.
A quienes lo leyeron les queda por esperar que su hijo concluya el estudio sobre los nazis.
En este Apunte te recordamos Emilio, por ser un modelo para este Doc 9 como lo fueron Manuel Belgrano y el socialista Juan B Justo para vos, por tu lucha, tus ideales, por ser un socialista que reconoció lo mejor del peronismo, por quedarte siempre con lo bueno de cada persona dejando lo malo de lado. Un abrazo Emilio.

3/5/09

Despedida


El hombre nació entre diarios. En la adolescencia fue un gran lector de Manuel Belgrano, ese periodista y abogado devenido en armas tomar por un sentimiento patriótico de una nación que no aún no existía. Apenas terminó la escuela media se abocó a su oficio de periodista. Quizá siguiendo a Belgrano, se recibió de grande de abogado. Aún no tomó armas. No lo descarta aunque no se asociaría con la muerte jamás. Nació durante la peor dictadura militar; se crió en ese sistema político que es el menos malo por no decir el mejor, la democracia

En periodismo trabajó en deportes. Dice que la primera vez que fue a una revista a pedir trabajo, una mañana como a las 10, un portero lo paró y le dijo: "Pibe, los diarios se hacen a la tarde. Volvé después de las 5".


Estuvo en Informacion General, luego en política. Su fuerte, el Congreso de la Nación, el edificio donde se hacen las leyes, el Poder Legislativo de la Constitución Nacional, ese donde conviven representantes del gobierno de turno y de la oposición. Siempre le gustaron los temas judiciales, ligado a la Historia.

El periodismo, ese oficio tan particular, se profesa las 24 horas del día. La noticia no tiene freno y buscar la primicia es una de las grandes metas.
El arte de informar, es una profesión tan interesante como mal paga, repleta de rutinas siempre por la búsqueda de información por temas de interés público.

Manuel Belgrano no tuvo reparos. Había que fundar un país, independizarlo, crearlo. Esa fue la bendición y estigma del creador de la bandera argentina. En cambio, el inspirador de este Apunte tiene que que articular abogacía con periodismo. Que sea cabina -para ver el panorama y mirar a lo lejos- pero no timón porque a veces lleva a donde no conviene, le dijo un viejo periodista, experto en este oficio. Cuantas veces una persona se encierra en sus miedos, límites o reparos?. Como en este Apunte, hay veces que uno mismo se pregunta como encarar algun cambio. En este caso, si ser el abogado que quiere ejercer el periodismo y despedirce de la abogacía incipiente... te paso alguna vez que tenías dudas de cambiar o de despedirte de una actividad que recién conoces? Abrazo de gol