Aquel viejo edificio...

En Barracas, un barrio bien al sur de la ciudad capital de la Argentina, sobre la avenida Martín García, a una cuadra del Parque Lezama, un edificio casi centenario lleva el nombre del médico Juan B. Justo, fundador del partido Socialista en la Argentina, del diario La Vanguardia y mentor de la Biblioteca Obrera.
En ese inmueble, junto con su amigo y colega Nicolás Repetto, impulsó el sistema de viviendas colectivas que dio lugar a la creación de la Sociedad Obrera de Socorros Mutuos y a la Cooperativa El Hogar Obrero. El mismo Justo lo inauguró el 9 de Julio de 1913.
En este mismo edificio se concibió lo que sería la Sociedad Luz, la universidad popular del socialismo, ubicada en las calles barraquenses de Suárez y Ruiz Díaz de Guzmán. Hace veinte años atrás, el gobierno de Menem confiscó los depósitos a plazo fijo, pero la Cooperativa El Hogar Obrero devolvió el dinero a sus ahorristas. Lo que sobrevino formó parte de la Argentina perdida… traición menemista a los peronistas; traición de Fernando de la Rúa a los argentinos; crisis, caos.
En el año 2001 la Argentina estaba destinada a desaparecer. Hubo un milagro (Doc9), impulsado por millones de argentinos que tomaron el legado que casi un siglo atrás forjaron hombres como Juan B Justo, quien es olvidado por los actuales representantes socialistas en la Legislatura porteña, como Raúl Puy, Veónica Gómez, Roy Cortina, Julian De Angelo o por el mismísimo gobernador santafesino, Hermes Binner. A todos ellos ni les va ni le viene; no les importa ni el estado en ruinas de la tumba de Justo y su mujer Alicia Moreu; mucho menos ese edificio, que parece una casa tomada en ruinas y fue pensado un siglo atrás para que los trabajadores tengan además de la cooperativa, vivienda. Tampoco parece importarles a los peronistas, cuando Juan Domingo Perón sea a los ojos de la historia el heredero natural del socialista Juan B Justo (carta en Clarín) por la defensa de las conquistas laborales.
De esos argentinos que resistieron en el 2001 están los fabricantes de una legendaria tradición que no se termina: la fabricación de bolitas de vidrio argentinas, la única en ese país del tango, Maradona, el Che, Borges, el colectivo, el asado y las mujeres lindas (Doc9). Tinka es el nombre de esta empresa que se encuentra en la localidad santafesina de San Jorge y construye las bolitas para toda América del Sur, dando trabajo a más de cien personas.
La fábrica produce 400 mil unidades diarias y funciona en esa ciudad desde los años peronistas de 1952 y 1953. Tinka, con las bolitas de vidrio hace frente a los tiempos de juegos cibernéticos y de videogames, Play Station y otras yerbas.
Víctor Chiarlo es uno de los fundadores y contó que todo comenzó cuando desde Italia se trajo una máquina para hacer las bolitas. La fábrica acapara a todo el mercado interno argentino desde San Jorge, pero exporta poco. Encima tiene que competir con bolitas fabricadas en China y en México, que tienen un precio más barato y son de un material berreta.
Las bolitas Tinka subsisten. Les hacen frente a todos incluso a la paranoia de la Gripe A, porque las ventas tradicionales de bolitas van desde el mes de marzo hasta noviembre, durante el ciclo lectivo donde los chicos acuden a la escuela.
Puede que el edificio que construyó el fundador del partido Socialista, Juan B Justo este abandonado. Pero su mensaje late con fuerza en la fábrica Tinka.
Quien no jugó alguna vez, en un óvalo, cuyo objetivo es golpear las bolitas de los rivales para sacarlas del perímetro?; o al llamado “hoyito”, ese que se hace en la tierra y en él hay que embocar?; o al gallito, que es un hoyo, pero menos profundo?
La Asociación para Campeonatos de Bolitas Argentinos (ACBA) viene organizando desde 1993 torneos para todas las generaciones, de nietos a abuelos. La gente se organiza, cooperan todos con todos. Porque no en todos lados entran los servidores de unos pocos, los Tinellis, los Clarín, la Sociedad Rural, los Néstor Kirchner, los Macri, los De Narváez, los miserables como Julio Cobos, la indiferencia de los socialistas, los Telefe, los Susana Giménez, el fútbol coimero y Julio Grondona… no, hay veces que impera el legado de personas como Juan B Justo, Manuel Belgrano o Juana Azurduy. La fábrica de bolitas argentina, Tinka, es un espejo de del cooperativismo y la esperanza.