23/2/10

Paredón



Las churrerías son las preferidas de cientos de jóvenes que las eligen para desayunar o cenar luego de ir a bailar. Hace años que funcionan en las ciudades de la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires, en la Argentina. En los años oscuros de la dictadura militar, muchos militantes se escondían en ellas. Los veintisiete años de democracia permiten que estos locales, generalmente regentados por los vecinos que habitan las ciudades, contengan a los chicos
En el partido de Villa Gesell, sobre el extremo este de Buenos Aires, que agrupa las localidades de Colonia Marina, Mar de las Pampas, Las Gaviotas y Mar Azul y fuera culminado por Carlos Gesell en 1978, funcionan ampliamente estos comercios.
La racha se cortó en este verano 2010. Duelen los motivos, en el año del bicentenario argentino. El apunte es el siguiente.
La empresa McDonald, sin lugar a dudas junto con Coca-Cola los voceros naturales del poderío yanqui, instaló una sucursal en la calle peatonal -Avenida Número 3, entre 104 y 105- a contramano del pedido de los vecinos dueños de las churrerías. Así en este 2010, luego de batallar por casi dos décadas, la empresa norteamericana logra pisar suelo gesellino. ¿Cómo fue?, quien ayudó el enemigo?, quien traicionó a los vecinos de la ciudad balnearia?
Muchos recuerdan las maniobras fraudulentas que hicieron perecer a la nacional Pumper Nic y la presión de los medios de comunicación, a principio de los años noventa, en pleno menemismo, para que McDonald acapare las principales ciudades argentinas, comenzando por capital federal. Fueron las mismas agachadas que se hicieron en empresas nacionales como YPF; Gas del Estado, ENTEL, Aerolíneas, tanto desde adentro como hacia fuera. En estos días, la Argentina reclama ante el mundo la presión de Inglaterra por explotar petróleo en las Malvinas en desmedro argento.
El actual gobierno ncional propone políticas y una constante diferencia de esas propuestas de los noventa que vaciaron patrimonio nacional y fuentes de trabajo. Esto no se da en Villa Gesell. El actual intendente, el kirchenrista Jorge Rodriguez Erneta, no parece seguir ese camino.
El actual jefe comunal de la ciudad, venció al intendente saliente, el radical Luis Baldo, en la misma boleta y mismo día que Cristina Kirchner se convirtió en Presidenta argentina. Prometió defender y seguir trabajando por sus vecinos. Mintió.
A fines del año pasado, Erneta autorizó el modus operandi legal para que la empresa yanqui se adueñe de la peatonal veraniega. Consciente de que las churrerías iban a seguir siendo elegidas por los comensales, entra gallos y medianoches, dio forma a una especie de ordenanza que acortaba la carga horaria y apertura de las churrerías, todo a espalda del Consejo Deliberante de la ciudad. No sólo eso, Erneta fue personalmente a la inauguración del local norteamericano, con el corte de tijera incluido. Encima, el local esta armado para cobrar e irse a fines de febrero, ya que reposa en un trailer de camión. El poder aprieta por todos lados, pero no cambia a la gente, la delata: Erneta al paredón; traicionó a sus vecinos.
Por cuestiones menos duras que estas, treinta años atrás se acribillaba a balasos o se le quemaba a la casa. Traidor a la Patria (doc9). La democracia es el mejor sistema a pesar de sus fallas. Un abogado presentó un recurso de amparo ante la Justicia, que es una garantía de rango constitucional.
Por ende las churrerías pudieron seguir trabajando, pero perdieron mucha plata. McDonald siempre estalla de gente, personas que desconocen todo, que ni les va ni les viene. No son culpables si los medios sólo muestra a Tinelli o a "Roque" Fort. Seguro que los hijos de Erneta van a comer ahí. El y su familia debieran agradecer que no es la década del 70. Lo mismo Tinelli y Fort.
Llama la atención que un hombre del mismo partido que el gobernador y la presidenta de la Nación haya desilusionado a sus votantes. Y más que ningún funcionario de alto rango diga algo. En los medios grandes como Clarín o La Nación, nada se publicó de esta historia, salvo la conquista en Gesell de McDonald.
Doc 9 seguirá de cerca como culmina esta tilinguería del intendente Erneta, el papel que juega el Consejo Deliberante, la Justicia, que medida adoptarán en la lucha los vecinos y dueños de las churrerías. Nada hay que esperar de tipos como este Ernerta, que serían fusilados por traidores en otros tiempos. Ojala el intendente se ilumine, pero es tarde. La Argentina (doc9) no quiere más, a 200 años (de dejar de ser?) colonia, desilusiones y traiciones como esta.



*Foto de Mar de las Pampas (Villa Gesell, febrero 2010)

17/2/10

Herramienta auxuliar




Dicen que a la mayoría de hombres no les gustan las mujeres decididas, seguras, esas que sin perder las mieles de lo femenino saben imponerse. Laura es una de esas. Una mina sin vueltas, que sabe lo que quiere, que obtiene lo que quiere sin rebajarse recurrir a pequeños elementos. Además esta buena. No le sobra ni le falta nada. Viene bien de arriba, de abajo, de adelante y de atrás. Pero es una mujer segura y en un mundo de idiotas como son una gran cantidad de hombres, Laura esta sola, es decir no esta en pareja. “Mejor sola que mal acompañada”, se repite a si misma.
Un día como cualquiera, Laura viaja en tren. Destino Olivos, Buenos Aires. Todo está tranquilo hasta que la puerta de acceso al público se abre de golpe. Centenares de personas pasan. Así es todos los días. Cada uno en busca de llegar. El tren siempre fue pueblo, el único medio que en las peores condiciones climáticas puede entrar y salir de una ciudad, algo que no puede hacer un auto, ni un camión, ni un colectivo. El tren está subsidiado en todas partes del mundo y la Argentina no es la excepción porque posee tarifas económicas al ser el principal medio de locomoción de la gente.
Aparece en la escena Juan quien no es muy habitué del ferrocarril. El es amante del bondi pero ese día, tomó el tren que va también va a Beccar. Juan se sintió impotente, con esa sensación amarga de no saber que hacer cuando observó como se desplomaba la pasajera circunstancial de enfrente, Laura. Esa vez la puerta no se abrió de golpe. La gente se sucumbió en pánico; ningún médico, nada. ¿Como aceptar que en un simple desmayo por calor pueda causar la muerte de una persona por no recibir atención primaria?. Ese día esa mujer circunstancial en la vida de Juan se salvó por gracia del destino; Juan se juró que nunca más volvería a enmudecer ante el desconocimiento. Se juró que aprendería primeros auxilios.
El tiempo pasó y Juan sólo se decidió cuando conoció a su amiga Paola, quien con la fuerza de un toro le sugirió donde aprender y que son los primeros auxilios. El lugar: la Cruz Roja Argentina; el método, cursar siete sábados de cinco horas de clases prácticas y teóricas.
La Cruz Roja Argentina tiene su escuela en la calle Moreno las clases las brinda desde hace 25 años, Antonio, asistido por dos docentes más; Santiago y Ezequiel. “El problema estará siempre, ahí afuera, en la calle o adentro, pero ahora sabemos como podemos resolver ese problema” fueron algunas de las primeras palabras de Antonio que a Juan le quedaron grabadas.
La experiencia es única; los profesores entregan dos manuales; uno en el se tratan temáticas sobre que hacer ante desmayos, convulsiones, quemaduras, lesiones, golpes, sangrado de nariz, hemorragias, confección de vendajes y el otro, ante el denominado RCP (recuperación cardio pulmonar) lo que en la jerga se conoce como “respiración boca a boca”. Esta teoría y más va a acompañada de práctica con muñecos especiales, además de improvisación de camillas, traslado de víctimas, contención, manejo de la situación y la memorización de dos teléfonos: 107 (emergencias) y el 911, siempre en este orden.
Antonio es un gran coordinador. Un buen docente, entrenado a la vieja usanza. Se trabaja en equipo con los otros alumnos/as. La experiencia única.
Y así Juan cumplió esa promesa que se hizo. Mucho tuvo que ver Paola. Ambos se llevaron lo que es quizá una de las mejores cosas que le pueden pasar a un ser humano: tener la herramienta para salvar una vida.
Hay una regla sin excepción:cuidar el factor sorpresa para encarar el curso; mucho nosé apuntara sobre su trabajo. Pero a grandes rasgos las clases tratan sobre esa primera asistencia en hemorragias, heridas, vendajes, pérdida de conocimiento, lipotimias, asfixias, picaduras de insectos, mordeduras, obstrucciones por alimentos, simulacros de tragedias.
Paula aprendió también la lesión. Nadie está exento de que pase algo. Un día te levantas y amaneces mareado, o sin poder caminar o con los músculos paralizados de la cara. El problema esta. Juan, Paola, Laura y tantos otros, tenemos al menos una herramienta, ese primer auxilio, para enfrentarlo. Cursos de primeros auxilios, son pocas clases, donde sea. Para Apuntar para siempre.

9/2/10

B & T; amistad

Los años de muerte, retroceso político y económico, la peor entrega del Estado a potencias extranjeras, la mayor traición a la Patria, el aniquilamiento de la mejor generación, el flagelo a ese noble ejército sanmartiniano, hundir a un país, asesinar a cientos de jóvenes en una guerra absurda, fue y es más, mucho más, de lo que causó la peor dictadura militar entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983,
Por aquellos años, el músico Ramón “Palito” Ortega, uno de los artistas más populares junto al cantante Sandro (Doc) y al actor Leonardo Favio, producía películas a favor de la dictadura militar. Obras de mal gusto, como Brigada en Acción o Locos en el aire, que tenía a Carlitos Balá como protagonista. El otro director vocero de esa Junta castrense era el recientemente fallecido Emilio Vieyra.
En el cine setentoso no todo era negro. Una pareja de artistas tan talentosos en su trabajos actorales como en su vidas personales, sacudía la pantalla grande. Hablar de Bud Spencer y Terence Hill suele ser un ejercicio que se queda en la superficie de su talento y su aportación al mundo del cine. Renovadores absolutos de la comedia, los amigos Spencer y Hill se inscriben en la lista de nombres que renovaron el género cómico. Para algunos, son los herederos directos de tipos de la talla de Blake Edwards o Jerry Lewis.
Bud Spencer es el pseudónimo de Carlo Pedersoli. El “grandote” nació en Nápoles en 1929. Fanático del equipo futbolero Napoli y de Diego Maradona. Bud es abogado y de adolescente disputó campeonatos de natación, consiguiendo ser durante diez años campeón de Italia en los 100 metros libres. También representó a su país en 1952, durante los Juegos Olímpicos de Helsinki, la capital de Finlandia, cuatro años después en Melbourne, la ex capital de Australia y en de Roma de 1960.
Bud, que habla seis idiomas, aterrizó en la pantalla grande por un casting en 1967, a cargo del director italiano Giuseppe Colizzi. Fue así que Carlos se puso artísticamente el nombre y apellido: Bud Spencer
Terencie Hill padeció grandes problemas. Antes de hacerse amigo de Bud, tuvo una vida marcada por la tragedia, lo que se trasladaría a la pantalla.
Terence nació en Venecia en 1939. Estudió Literatura Clásica Latina en la Universidad de Roma durante tres años, y tras perder un hijo en un accidente de autos, canalizó el dolor haciendo teatro. Tras pasar el casting para la película “Tú perdonas… yo no”, el cartel que compartió con Bud Spencer, cambió su vida para siempre. Luego vino el éxito, “Le llamaban Trinidad”, de Enzo Barboni.
Estudiosos de las películas de Chaplin, Keaton, Stanleu Laurel y Oliver Hardy, en el Gordo y el Flaco, Bud Spencer y Terence Hill lograban convertirse en los Asterix y Obelix del cine. Porque sus películas eran bombas de relojería cargadas de mensajes subversivos y revolucionarios. Eran un grito en silencio. Sobre todo en esa Argentina censurada por la dictadura. No eran puro entretenimiento como las películas yanquis.
Al éxito de “Le llamaban Trinidad” le siguieron una serie de películas en que el humor de ambos se iba haciendo más complejo y, también, ciertamente más melancólico y desesperado. Así se estrenó “Y si no, nos enfadamos”, “Par impar”.
Valores como el triunfo del trabajo y la voluntad, la amistad, el persevera y triunfara, el afán de justicia, fueron los ejes de sus películas.

Para los años los 80, coincidente con el regreso de la democracia en la Argentina, Terence Hill y Bud Spencer revindican su propios mensajes, rescatando el valor de la amistad por encima de todo, la familia, los códigos de barrio, desde el film ”Quien tiene un amigo, tiene un tesoro”), o la defensa al medio ambiente y la ecología, en pelis como ”Estoy con los hipopótamos” o ”Dos superpolicías en Miami”.

La década del 90 no fue menor a los batalladores Spender y Hill. Menos en la Argentina de la entrega menemista. Películas como Rambo o Arma Mortal, pos guerra fría y el neoconservadurismo yanqui, pegaron fuerte en los intentos de los viejos amigos Terence Hill y Bud.

Pero lo que no mata, fortalece. Y entre tanto picapiedra y mal gusto, algunos directores buscan reconocer esos mensajes de las pelis de Bud y Terence. Como una especie de un reconocimiento a dos luchadores. La historia de siempre vuelve a repetirse. En grandes festivales europeos como Cannes o Venecia se homenajeará a dos ancianos. Los aportes a la comedia moderna han sido tantas por parte de Bud Spencer y Terence Hill que sería una pena que tuviésemos que lamentarnos, todos los amantes del cine, con reconocimientos póstumos. En este Apunte, el recuerdo a los mensajes de Bud y Terence.