29/10/07

Nacimiento del Coco te convoca… historia de un sentimiento de amistad


Nacimiento del Coco te convoca… historia de un sentimiento de amistad, por Doc 9


Todo comenzó en las cenizas de un día del mes de julio. Hacía poco que Italia se consagraba en Alemania campeón mundial de fútbol. Pero mucho más tiempo hacia que ellos, no estaban jugando al fútbol. El calor del esa competencia todavía latía, y muchos de esos muchachos se reencontraban con el sentimiento de hinchar por la “Selección”, aunque lejano, que sólo salpicaba el recuerdo del Mundial de Italia 90, insultos al aire del Diego, de Cani y los penales del Goyco.
“Tenemos que hacer algo; no puede ser que estemos sin jugar tanto tiempo, donde quedó ese espíritu futbolero que nos caracterizó desde siempre”, sentenció sin vueltas uno de ellos. El lugar. El departamento de Alejandro, en San Justo. Los testigos y protagonistas: Emiliano, Walter, Eduardo (Sapo) y Gusti.
Hacia meses que no jugaban. Eran como fotografías viejas en sus memorias los partidos desafíos contra los Tonys, Parodi, Leandro Dogs, Fedes Team, los torneos en Vieytes, San José con Germán, y más cercanos, los partidos contra los Dragones y los Gallegos.
Pero había una espina clavada en algunos de ellos, mientras que otros prefirieron resumirla al mínimo detalle. Es que el último torneo jugado por Jovellanos, -nombre final de esa fusión que en tiempos “prehistóricos” agrupaban dos bandos diferenciados, por edad y juego, Temperley y Vélez-, no había terminado en las mejores condiciones. Si bien las competencias en torneos elevan las dosis de adrenalina mucho más que en los Desafíos, cuestión que dio lugar a más de una discusión y algo más entre quienes integran Jovellanos, ese último torneo cobraría ribetes de mayor ferocidad que no hacen al corazón de estas líneas, pero cabe mencionar.
El hecho de jugar en un lugar tan lejos cercano al estadio Monumental de River Plate –acostumbrados a la comodidad de Vieytes para un grupo que es cómodo por naturaleza- fue el primer error. El otro sería invitar a Claus y a su inefable hermano mayor. El resultado: caras largas, agachadas y traiciones, y una única víctima: el equipo madre de Jovellanos.
“Yo me sentí muy mal, había viajado seguido hasta allí muchas veces, tarde, con frió, los llame a todos, y me pagaron así; por atrás me la dieron. Nunca más organizaré nada, espero que lo entiendan”. Las palabras envueltas de dolor y bronca de Walter no fueron carcomidas por el olvido. El principal organizador de partidos entre amigos, desafíos, torneos, enojado, no olvidaba la traición. Y renunciaba a organizar algo. Claus, su inefable hermano y su socio en el armado de participar en ese torneo, lo traicionaban armando otro equipo, que años después dirigiría el mismo Walter… pero esa es otra historia que no tuvo lugar en esa noche gris de julio, en la casa matanzera de Alejandro.
“Entendemos tu bronca, pero nos castigaste a nosotros, quienes siempre sostuvimos que para un grupo cómodo como el nuestro que durante años se manejó en el barrio e iba a bailar al mismo boliche –el desaparecido High de Avellaneda- no era una buena idea jugar lejos. Y encima, Eduardito le dio entidad a la traición de Claus y compañía”, disparó otro de ellos ante la mirada atenta del grupo.
Sin querer, ese encuentro de ese invierno de julio del 2006, que sólo apuntaba ser una visita formal al “lejano” Ale, se convertía en el trampolín de una nueva idea, de una idea que nunca dejo de latir, a pesar de los taimados… volver a jugar al fútbol, reencontrarse con los más amigos en una cancha, volver a los orígenes que la prehistoria de la memoria demuestra que aún late en el potrero de la esquina de Suárez y Hornos… de Termperley y Vélez.
Sólo faltaba definir una fecha consuetudinaria, un horario, alguien que coordine y que se imponga la idea. “El. Miércoles, ese es el día. Justo esta en el medio de la semana”, pergeño Alejandro con la misma velocidad que pensaba como conseguiría el eterno 504 para vencer el trayecto Matanza/Barracas.
¿Y el lugar? Los precios por las nubes de la histórica Vieytes, estadio natural de Jovellanos tras la desaparecida Ribera y Good Game, ahora transformada más en un estadio de Recoleta que de la zona Sur porteña apuraba a pensar en otro escenario.
“¿Por qué no vuelven a la Barraca? si vos Emi, pasas el ridículo con el tango, jaja”, oportuno sonó Gustavo, distante al fútbol pero no a las buenas ideas.
Así fue como poco a poco, Jovellanos fue armándose y reencontrándose nuevamente. Se armó un elenco, Emiliano se encargó de la coordinación con el apoyo de todos, y de ese modo, se convirtió en una tradición jugar los miércoles a las 22 o 22.30 en la cancha de 5 regentada por Omar, “Bigote”, de la Barraca. Así, se cumplió un año…
Faltaba un detalle: un nombre a la flamante tradición…
Por esos días de agosto del año pasado, los ecos de la opaca participación de la Selección Nacional en el Mundial obligaban a realizar un cambio radical. Los popes de la AFA sabían que sólo una persona podía en una de esas devolver la mística que se esfumó en el Mundial de1994 y el tema del Diego. Ya no quedaban jugadores en actividad de esos años; su último mohicano, el entonces entrenador del Boca campeón de todo y contra todos: Alfio “Coco” Basile quien así, doce años después volvía a dirigir la Selección Nacional.
“Coco te convoca” fue la denominación que eligió quien por ahora coordina estos encuentros. Quizá homenajeando así a un hombre que dice ser abanderado de los códigos de barrio, pero mucha más, quizá destacando a quienes miércoles tras miércoles conforman, en un manto de amistad y respeto, de muchachos en algunos de ellos mayores de treinta años, el culto a la amistad a través del deporte que los unió hace muchos años: el fútbol. Los taimados, llorones y especuladores abstenerse… el Coco te Convoca es sólo para amigos. Desde hace un año así lo cumplen.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me hiciste emocionar guachin... doc 9... pero porqe no vuelve el
Coco?, dale... yo nose de esas internas, pero quiero jugar con ustedes, dale doc 9, salute y besos

Anónimo dijo...

Que vuelva EL COCO!!!Que vuelva EL COCO!!!Que vuelva EL COCO!!!Que vuelva EL COCO!!!Que vuelva EL COCO!!!Que vuelva EL COCO!!!Que vuelva EL COCO!!! CARAJO!!!!

Anónimo dijo...

yo entiendo el mensaje que nos dejó el Coco. no es muerto el perro se acabo la rabia. Aca tenemos que tomar lo que se comenzo hace un año atrás. no lo podemos dejar morir, no podemos depender de uno, que somos nenes? y eso que el coco me dejo afuera, yo siempre le agradecere este año... luchemos porque vuelva Coco, aunque organice un bianchi o Bielsa, los Russo y los ramón