
Las churrerías son las preferidas de cientos de jóvenes que las eligen para desayunar o cenar luego de ir a bailar. Hace años que funcionan en las ciudades de la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires, en la Argentina. En los años oscuros de la dictadura militar, muchos militantes se escondían en ellas. Los veintisiete años de democracia permiten que estos locales, generalmente regentados por los vecinos que habitan las ciudades, contengan a los chicos
En el partido de Villa Gesell, sobre el extremo este de Buenos Aires, que agrupa las localidades de Colonia Marina, Mar de las Pampas, Las Gaviotas y Mar Azul y fuera culminado por Carlos Gesell en 1978, funcionan ampliamente estos comercios.
La racha se cortó en este verano 2010. Duelen los motivos, en el año del bicentenario argentino. El apunte es el siguiente.
La empresa McDonald, sin lugar a dudas junto con Coca-Cola los voceros naturales del poderío yanqui, instaló una sucursal en la calle peatonal -Avenida Número 3, entre 104 y 105- a contramano del pedido de los vecinos dueños de las churrerías. Así en este 2010, luego de batallar por casi dos décadas, la empresa norteamericana logra pisar suelo gesellino. ¿Cómo fue?, quien ayudó el enemigo?, quien traicionó a los vecinos de la ciudad balnearia?
Muchos recuerdan las maniobras fraudulentas que hicieron perecer a la nacional Pumper Nic y la presión de los medios de comunicación, a principio de los años noventa, en pleno menemismo, para que McDonald acapare las principales ciudades argentinas, comenzando por capital federal. Fueron las mismas agachadas que se hicieron en empresas nacionales como YPF; Gas del Estado, ENTEL, Aerolíneas, tanto desde adentro como hacia fuera. En estos días, la Argentina reclama ante el mundo la presión de Inglaterra por explotar petróleo en las Malvinas en desmedro argento.
El actual gobierno ncional propone políticas y una constante diferencia de esas propuestas de los noventa que vaciaron patrimonio nacional y fuentes de trabajo. Esto no se da en Villa Gesell. El actual intendente, el kirchenrista Jorge Rodriguez Erneta, no parece seguir ese camino.
El actual jefe comunal de la ciudad, venció al intendente saliente, el radical Luis Baldo, en la misma boleta y mismo día que Cristina Kirchner se convirtió en Presidenta argentina. Prometió defender y seguir trabajando por sus vecinos. Mintió.
A fines del año pasado, Erneta autorizó el modus operandi legal para que la empresa yanqui se adueñe de la peatonal veraniega. Consciente de que las churrerías iban a seguir siendo elegidas por los comensales, entra gallos y medianoches, dio forma a una especie de ordenanza que acortaba la carga horaria y apertura de las churrerías, todo a espalda del Consejo Deliberante de la ciudad. No sólo eso, Erneta fue personalmente a la inauguración del local norteamericano, con el corte de tijera incluido. Encima, el local esta armado para cobrar e irse a fines de febrero, ya que reposa en un trailer de camión. El poder aprieta por todos lados, pero no cambia a la gente, la delata: Erneta al paredón; traicionó a sus vecinos.
Por cuestiones menos duras que estas, treinta años atrás se acribillaba a balasos o se le quemaba a la casa. Traidor a la Patria (doc9). La democracia es el mejor sistema a pesar de sus fallas. Un abogado presentó un recurso de amparo ante la Justicia, que es una garantía de rango constitucional.
Por ende las churrerías pudieron seguir trabajando, pero perdieron mucha plata. McDonald siempre estalla de gente, personas que desconocen todo, que ni les va ni les viene. No son culpables si los medios sólo muestra a Tinelli o a "Roque" Fort. Seguro que los hijos de Erneta van a comer ahí. El y su familia debieran agradecer que no es la década del 70. Lo mismo Tinelli y Fort.
Llama la atención que un hombre del mismo partido que el gobernador y la presidenta de la Nación haya desilusionado a sus votantes. Y más que ningún funcionario de alto rango diga algo. En los medios grandes como Clarín o La Nación, nada se publicó de esta historia, salvo la conquista en Gesell de McDonald.
Doc 9 seguirá de cerca como culmina esta tilinguería del intendente Erneta, el papel que juega el Consejo Deliberante, la Justicia, que medida adoptarán en la lucha los vecinos y dueños de las churrerías. Nada hay que esperar de tipos como este Ernerta, que serían fusilados por traidores en otros tiempos. Ojala el intendente se ilumine, pero es tarde. La Argentina (doc9) no quiere más, a 200 años (de dejar de ser?) colonia, desilusiones y traiciones como esta.
*Foto de Mar de las Pampas (Villa Gesell, febrero 2010)