9/10/10

Calzones 211



Primavera de año 2001. En el medio del continente americano, en una ciudad calurosa de un país caribeño, Juan comenzaba su primer día de trabajo. Así fue que Gonzalo y Luis recibieron al nuevo compañero. La bajada de línea fue ayudar a Juan a reconocer su labor y las duras tareas que lo esperaban. En realidad, Juan debía ingresar a su nuevo trabajo al otro día pero lo pareció necesario reconocer de ante mano el lugar, la llamada “Chola”, que era nada más y nada menos que una cárcel; la peor de todas. Juan era por pasión, un boxeador frustrado fruto de una piña mal curada en su retina ocular izquierda. Por oficio laboral, el reciente empelado de la Chola es plomero. Ni guantes ni herramientas habría en el nuevo trabajo. No tuvo otra opción cuando Elena, su flamante mujer quedó embarazada. A los 30 cumplidos, aceptó el difícil puesto de guardián en la Chola, ese instituto carcelario que recibía a la peor raza humana, entre violadores, asesinos y criminales.
Otoño 2001. Gonzalo y Luis no paran de hablar. Juan toma nota de todo. Son las siete de esa mañana de más de 35 grados. La mayoría de los cientos de presos duermen…o eso parecía. Un ladrillazo rompe varias capas de vidrio y golpea a los tres guardias. El que lleva la peor parte es Juan. Una marea roja invade su frente; se desvanece en los brazos de sus futuros compañeros. Al mismo tiempo, los reos abren las puertas de sus celdas y toman el control. La Chola comienza a arder. Gonzalo y Luis saben que les espera si son tomados de rehenes. Hace nueve años que trabajan en ese infierno, ahora a manos de los diablos. El cuerpo de un Juan desmayado es una carga. Tampoco pueden dejarlo abandonado. La celda 211, la única vacía, ahí lo depositan con promesas de volver por él. La Chola es arrasada por un ejército de hombres furiosos y resentidos contra su propia vida y el sistema carcelario. Responden a un calvo musculoso de provinente barba candado, de unos cuarenta años apodado, Mala Madre. Luis y Gonzalo logran escapar por la puerta interna que es en realidad un ascensor a la superficie. La Chola es una tumba, una cloaca subterránea. Comienza el motín ante la entrega total de las autoridades de la cárcel más violenta del Caribe. La Chola pasa a tener un nuevo jefe.
Despertando de su letargo por el golpe, Juan es consciente de lo que pasa fuera de la celda 211. Sabe que si lo encuentran no deseará haber nacido. Rápido de reflejos, se saca los cordones de los zapatos, el cinturón, tira por el inodoro sus documentos, plata, alianzas y sobre todo, su alta laboral de guardián de La Chola.
De pronto, entra un despojo humano oliente a puro vino. “de donde saliste vos rata, arranca para afuera¡”. Las palabras eran escupidas por un lugarteniente de Mala Madre, el ahora amo de la Chola, título edificado a fuerza de piñas, fracasos y más desastres.
Juan improvisó ante cientos de presos (link/Doc9) cuando fue llevado ante su nuevo “jefe”. Ocultó su condición de trabajador guardián. Dijo ser un asesino. Salpicado de sangre por el golpe en la cabeza, Juan, de uno metro ochenta, flaco, cara de ángel, seguía interpretando el papel obligado de pesado. No iba a ser fácil pasar a Mala Madre quien le ordenó que se desnude delante de todos. Las palabras de sus futuros compañeros latieron en su cerebro más que nunca: “siempre míralos a los ojos a estos, nunca le demuestres miedo aunque lo tengas”. Juan se desnudó, banco la situación ante las risas de todos cuando vieron sus calzoncillos…
Vacaciones en Buenos Aires, la República Argentina. Juan, uruguayo, decidió viajar al país argento. En una milonga de tango conoce a Elena. Se casó con ella a fines de 1999. Dos años después esperaban a su primer hijo que iba a nacer en ese país caribeño donde Elena terminaba su beca de estudios. La Chola pagaba bien. Ingenuo y confiado en su personalidad, Juan, creyó que podía manejar cualquier situación. Esa mañana antes de ir a recorrer su nuevo trabajo, hizo el amor con su mujer embarazada. La mejor ocasión, pensó para estrenar ese calzón celeste furioso, decorado con caritas de elefantes. Ahora frente a Mala Madre, era el as de risa de cientos de los peores hombres…Calzones, su nuevo nombre.
La cara hundida del director de la Chola, Osvaldo Méndez resume el presente de la cárcel. Sus empleados tratan de consolarlo. Lo acompañan, el contador Armando y el jefe de Guardianes, el duro Iturriera, que dicen era un ex torturador de la dictadura argentina de 1976. Luis y Gonzalo también cargan con culpa de haber dejado a Juan tirado en la 211?.
Mala Madre sigue con su instrucción de romper todo. Ordena pero no conduce.
“Deja las cámaras de seguridad¡, que te vean. Pone condiciones, exigencias, que vengan a negociar¡”… una voz cruza como un rayo la sala principal de la Chola. Quien se atrevía a dar una orden a Mala Madre, quien era ese que iba camino a un suicido?. Juan, tenía las cartas echadas, sintió que tenía que hacer algo para volver a sentir a Elena y su figura redonda, como cuando la tenía abajo hoy a la mañana, la madre de su futuro hijo. El líder carcelario fulminó con la mirada a Juan, ahora llamado Calzones…que venía, un facaso, una violación?…nada de eso Mala Madre entendió que Calzones pensaba. Todo líder tiene su mejor asesor.
Calzones pasó a ser en ese día de motín, la mano derecha del jefe. Siempre ocultando su identidad, era la cabeza pensante del líder. Fue él quien recomendó no destruir las cámaras, quién escribió la lista de condiciones cuando el Dr Slotik, el reemplazante en las negociaciones del inoperante del director Méndez. Fue Juan el ideólogo de utilizar de rehenes a los recientes llegados, aunque eran de paso fugaz por la Chola, ex etarras, terroristas a punto de ser extraditados para ser juzgados en España.
Las horas se sucedían. Juan, Calzones, mantenía informados, de incógnito, a las autoridades administrativas y de la superficie de la Chola, cada movimiento de Mala Madre. Era una especie de espía en el infierno. Afuera, otra toma de la cárcel no se hizo esperar. En poco tiempo, cientos de familiares rodearon la cárcel preocupados por las imágenes que mostraba la televisión. Elena y su embarazo de casi ocho meses no fue la excepción. Había que despejar. Algunos policías sólo saben reprimir. “Saque a los etarras salvos, no podemos darnos el lujo que sean asesinados en una cárcel de mierda y latina” fue la orden de desde la presidencia de La Nación. ¿Porque tuvo que encomendarle al jefe Ituerrita, golpeador, liberar la zona de los familiares? ..,,que error de Slotik.
Parte de las negociaciones eran los plasmas y televisores, además de videos porno, comida, alcohol. Cruel y más que dura fue ver al propio Ituerrita moler a palos a todos. Elena llevó la peor parte.
Los ojos de Juan se transformaron. Las imágenes desnudaban la paliza que recibía esa mujer embarazada. Fue más Calzones que nunca cuando luego de que Mala Madre le prestó el handy de negociaciones, Gonzalo le confesó que Elena había muerto. Mala Madre, ciego de furia, ordenó a Slotik que Iturrieta bajara a dar explicaciones a Juan. El ex represor tenía su fama bien ganada y tomo la apuesta. Bajó y frente a Juan confesó que no quiso matar a su esposa y madre de su futuro hijo. El viudo lo mató a facasos ante los ojos de los de arriba. Juan se recibió de Calzones definitivamente. En un último aliento, Ituerrita gritó: “Mala Madre, idiota, te esta engañando. Calzones es un guardia como yo”. Que iba a pasar cuando Mala Madre se enterara que su mano derecha, Calzones, era en realidad un futuro guardia de la Chola y no otro como él. El líder se apiadó el ahora también viudo
Juan se encerró en la celda 211, el mismo lugar donde comenzó su infierno. Interno quitarse la vida. Falló la soga improvisada, que era su propio calzoncillo, esos de elefantes que le había regalado Elena. Juan salió de la celda 211 desnudo. Confeso a todos quien era. Mala Madre lo molió a golpes pero lo perdonó. Ambos entendieron que sea como sea iban a morir porque el Ejército estaba afuera esperándolos. Los dos, acribillaron a los etarras a y los reos traidores. Muchos se habían dado vuelta. Los dos líderes se inmolaron en una lucha desigual ante la mirada de los de arriba.
Meses después, la Justicia condenó al Dr Slotik a más de cinco años de cárcel por mal desempeño de sus funciones. El director Mendez fue obligado a retirarse de toda la función pública estatal. Luis y Gonzalo renunciaron. La viuda de Iturriera y los padres de Elena tienen un juicio millonario contra el Estado por daño moral. Calzones y la celda 211, son una leyenda en los pasillos de la Chola o lo que quedó de ella…y Mala Madre, a pesar de las severas heridas sufridas, ya está casi recuperado para volver a cumplir su condena…y vengarse.

Este Apunte es fruto de una película que pronto se estrenara en breve …

7 comentarios:

MamaBeKer dijo...

que historia Doc, de donde saca estos relatos?que triste todo, yo por las dudas tengo calzones negros o azules siempre, abrazo

MamaBeKer dijo...

que historia Doc, de donde saca estos relatos?que triste todo, yo por las dudas tengo calzones negros o azules siempre, abrazo

Radio Bemba dijo...

Soreprendente relato, espero q pases los datos de la peli

El Doc 9 dijo...

Radio, gracias, si, la peli se llama Celda 211,es española, y el director es un tal Rodrìguez, pero es nuevo.
Beker; fenòmeno, gracias por tus apuntes siempre bienvenidos

Anónimo dijo...

Solo habia que hacerte un tiron de orejas.
Muy bien Doc!!! Como veras te sigo...

Bacio.

La candorosa dijo...

Impresionante historia!
Era para tener una película, obviamente!!

Saludazossssssss!!

El Doc 9 dijo...

Ya saldrá Cando¡un beso grande gracias por apuntar