Carlos Quirós nació en San Rafael, Mendoza, en 1940. Es periodista desde hace más de cuatro décadas. Trabajó en el diario mendocino Los Andes, fue corresponsal provincial para La Prensa, en La Opinión y en el diario Clarín. Este Apunte es su historia que quería compartir.
La influencia de su madre italiana, artista en pintura de caballete, tuvo mucho que ver en su San Rafael natal de la provincia de Mendoza. También de su tío Ciro. Carlos Quirós proviene de una familia de artistas; su padre había sido un gran disertador en teatros. Carlos recuerda que cuando comenzó a incursionar en el teatro, su padre, un gerente de una importante bodega mendocina, le dijo al pasar: “Esta bien, pero como vas a alimentar a tu propia familia?”.
Cuenta Quirós que “desde chico, cuando imitaba las pinturas de mi madre, tenía esa necesidad de expresarme”.
Cerca de la adolescencia, Carlos comenzó a trabajar en una empresa inglesa relacionada al mundo de la carne.
Al terminar el servicio, Carlos Quirós decidió radicarse en la ciudad de Mendoza para estudiar periodismo en la Universidad de Cuyo. “Recuerdo que a pesar de tener que hacer el servicio militar, la empresa continuó pagándome la mitad del sueldo y ese dinero fue fundamental para realizar mis estudios”.
Mientras el radical Arturo Illia comandaba como podía el timón de la presidencia de la Nación, Quirós culminaba su carrera.
“A la vez que cursaba las últimas materias de periodismo, estaba haciendo una pasantía en la Radio Libertador de Mendoza. Un día me pidieron cubrir una importante sesión en la Legislatura provincial”
El día al que hace mención Quirós fue un antes y un después en su vida. En uno de los pasillos del edificio del Poder Legislativo provincial se cruzó con el destacado periodista mendocino Antonio Di Benedetto, autor de obras como Mundo Animal (1953), El pentágono, Declinación y Angel (1958), El Silenciero (1964), entre otros, quien había sido profesor suyo en la facultad.
“Antonio me ofreció trabajar en la sub corresponsalía del diario La Prensa en Mendoza. El venía de ser el director del diario Los Andes”, recuerda Quirós quien a la vez escribía en una revista que publicaba la Universidad de Cuyo, junto a Raúl Fain Binda, y otros jóvenes periodistas.
Alrededor del año 1968 llegó a la provincia de Mendoza el periodista Jacobo Timerman, tentado por el empresario Alberto Coltón para crear un diario. Experto en los temas periodísticos, Timerman sugirió que el nombre de la flamante publicación sea directamente “El Diario”.
Cuenta Quirós que don Jacobo paseando por la ciudad compró una de las publicaciones de la Universidad. Cazador de talentos, convocó a todos los jóvenes que escribían en ella.
Según Quirós, Jacobo fue contundente: “los contrato para que piensen como debería ser el mejor diario”. A las semanas se sumarían otros dos muchachos que Timerman conocía de sus revistas Primera Plana y Confirmando: Horacio Verbitsky y Luis González O’Donnell.
El flamante diario no funcionó. A poco tiempo de salir a la calle, sin respuestas del público, el empresario Colton lo cerró. “Creo que el diario al lector mendocino de esa época le quedaba grande, porque en sí el diario era bueno y preanunciaba todo lo que en unos pocos años después iba a suceder políticamente en la Argentina de los años 70”.
El periodista que late en Quirós pudo más. Renegó de su derecho a cobrar la indemnización cuando El Diario bajó las persianas a cambio de una condición: heredar el archivo, que sería la base del siguiente proyecto que abordaba: fundar la revista Claves.
“Tengo los mejores recuerdos de esa publicación. Palpitábamos muy de cerca todo el acontecer político del país. Cubríamos todo lo posible y dábamos lugar a todos los sectores. Recuerdo que a veces publicábamos, entre otros, columnas de un conservador como era Francisco Gabrielli, quien fuera dos veces gobernador de Mendoza.”, memoriza Quirós.
En un principio Claves se comercializaba por suscripción. A mitad del año 1974 comenzó su venta directa en los puestos de diarios y revistas de Mendoza. Un atentado de la Triple A –que comenzaba a poner en práctica su maquinaria del terror- en un día de impresión en los talleres, puso fin a esa publicación.
Un llamado desde Buenos Aires alertó a este periodista mendocino. “Te venís a trabajar conmigo a Buenos Aires cuanto antes”, dice Quirós que le dijo Timerman. Don Jacobo tenía información calificada que en las listas negras de la Triple A por Mendoza, figuraba el nombre Carlos Quirós.
Jacobo Timerman le ofreció cubrir Congreso de la Nación. Fue así que se acreditó como periodista en la controvertida Cámara de Diputados de ese entonces.
Un año después de gestar el golpe de Estado, en 1977 la dictadura militar expropió el diario La Opinión. Ese mismo año Jacobo Timerman fue secuestrado por una fuerza dependiente del ex general Ramón Camps. El matutino no dejó de editarse pero quedó intervenido militarme.
Al remontarse en el tiempo, Quirós recuerda que “como tenía un gran aprecio por Jacobo, en la redacción, trataba de publicar los habeas corpus que me propiciaban hombres como Hipólito Solari Yrigoyen”.
Con el Congreso Nacional clausurado, la intervención castrense en La Opinión le ofreció a Quirós la jefatura de la Redacción. La cosa duró hasta que los militares devenidos por la fuerza en periodistas censuraron una publicación de la que Quirós era autor referente al holocausto judío a manos del nazismo.
“Recuerdo - señala Quirós- que el militar me llama a su despacho y me dice para que vamos a revolver tanta mierda; le contesté que si el material no se publicaba, yo renunciaba a seguir trabajando en La Opinión”.
La nota no se publicó y el periodista cumplió con su palabra. Pronto volvería a las redacciones cuando en un encuentro de ex presidente latinoamericanos realizado en la Argentina, se topó con Avelino Porto, eterno rector de la Universidad de Belgrano, quien le ofreció dirigir la revista Vigencia que editaba la Universidad. Por ella desfilaron escritores como Félix Luna. El diseño lo hacia Hermenegildo Sabat, y el colaborados estrella era nada menos que Jorge Luis Borges.
Hasta ese año 1980, el periodismo era todo para Quirós. Pero comenzaba a mellar su vocación por la pintura. Así fue como comenzó a volver a incursionar nuevamente en el mundo de la pasta, pinceles, acrílicos y otra vez con su comprovinciano, el artista Enrique Sobisch, quien tenía su taller anclado en la ciudad de Buenos Aires, al mismo tiempo en que Marcos Cytrynblum, -quien fuera secretario de redacción del diario Clarín desde los primeros días de la década del 70-, lo convocara a formar parte de su equipo de trabajo, junto a periodistas como Joaquín Morales Solá, Roberto Guareschi, entre otros.
La derrota militar en la Guerra de Malvinas adelantó el fin de la dictadura militar. En la campaña electoral para los comicios de ese año, Carlos Quirós fue el encargado de seguir periodísticamente a lo largo y a lo ancho del país, al candidato del radicalismo, Raúl Alfonsín, quien vencería al candidato justicialista, el recientemente fallecido, Italo Luder.
Una vez que el traje de la democracia volvió a vestir a las instituciones, Quirós pidió a los jefes de Clarín volver a acreditarse en el Congreso de la Nación. Llegó el turno de cubrir el Senado. Y también de dar más lugar al artista que llevaba adentro.
“Mi incursión en la técnica digital, se originó cuando en las redacciones periodísticas se reemplaza la tradicional máquina de escribir por la computadora, la famosa PC. En ella descubrí, estimulado por los recuerdos de mi adolescencia, que se podía pintar y dibujar”.
Carlos Quirós, aclara, que en sus obras no utiliza modelos en vivo ni impresos. Que su fuente de inspiración es su propia imaginación. Entre ellas figuran temas como la inseguridad, la marginación, los cartoneros, la crisis del 2001, la tragedia de Cromañon.
“Creo que de mi mente salen los fantasmas que pueblan mis cuadros. En ellos intento reflejar, con el peso de mis cuatro décadas de periodista en las áreas políticas y sociales, éxitos y fracasos de nuestra sociedad”, dice un Quirós melancólico mientras repasa fotos como pintor, de la obra que retrata al desaparecido Julio López, Sigan buscándome, testigo crucial del juicio realizado por delitos de lesa humanidad, en abril del 2006, contra el represor Miguel Etchecolatz, inmortalizada en un cuadro de una de las paredes de la Sala de Periodistas de la Cámara de Diputados, sitio donde tantas veces estuvo como periodista.
La influencia de su madre italiana, artista en pintura de caballete, tuvo mucho que ver en su San Rafael natal de la provincia de Mendoza. También de su tío Ciro. Carlos Quirós proviene de una familia de artistas; su padre había sido un gran disertador en teatros. Carlos recuerda que cuando comenzó a incursionar en el teatro, su padre, un gerente de una importante bodega mendocina, le dijo al pasar: “Esta bien, pero como vas a alimentar a tu propia familia?”.
Cuenta Quirós que “desde chico, cuando imitaba las pinturas de mi madre, tenía esa necesidad de expresarme”.
Cerca de la adolescencia, Carlos comenzó a trabajar en una empresa inglesa relacionada al mundo de la carne.
Al terminar el servicio, Carlos Quirós decidió radicarse en la ciudad de Mendoza para estudiar periodismo en la Universidad de Cuyo. “Recuerdo que a pesar de tener que hacer el servicio militar, la empresa continuó pagándome la mitad del sueldo y ese dinero fue fundamental para realizar mis estudios”.
Mientras el radical Arturo Illia comandaba como podía el timón de la presidencia de la Nación, Quirós culminaba su carrera.
“A la vez que cursaba las últimas materias de periodismo, estaba haciendo una pasantía en la Radio Libertador de Mendoza. Un día me pidieron cubrir una importante sesión en la Legislatura provincial”
El día al que hace mención Quirós fue un antes y un después en su vida. En uno de los pasillos del edificio del Poder Legislativo provincial se cruzó con el destacado periodista mendocino Antonio Di Benedetto, autor de obras como Mundo Animal (1953), El pentágono, Declinación y Angel (1958), El Silenciero (1964), entre otros, quien había sido profesor suyo en la facultad.
“Antonio me ofreció trabajar en la sub corresponsalía del diario La Prensa en Mendoza. El venía de ser el director del diario Los Andes”, recuerda Quirós quien a la vez escribía en una revista que publicaba la Universidad de Cuyo, junto a Raúl Fain Binda, y otros jóvenes periodistas.
Alrededor del año 1968 llegó a la provincia de Mendoza el periodista Jacobo Timerman, tentado por el empresario Alberto Coltón para crear un diario. Experto en los temas periodísticos, Timerman sugirió que el nombre de la flamante publicación sea directamente “El Diario”.
Cuenta Quirós que don Jacobo paseando por la ciudad compró una de las publicaciones de la Universidad. Cazador de talentos, convocó a todos los jóvenes que escribían en ella.
Según Quirós, Jacobo fue contundente: “los contrato para que piensen como debería ser el mejor diario”. A las semanas se sumarían otros dos muchachos que Timerman conocía de sus revistas Primera Plana y Confirmando: Horacio Verbitsky y Luis González O’Donnell.
El flamante diario no funcionó. A poco tiempo de salir a la calle, sin respuestas del público, el empresario Colton lo cerró. “Creo que el diario al lector mendocino de esa época le quedaba grande, porque en sí el diario era bueno y preanunciaba todo lo que en unos pocos años después iba a suceder políticamente en la Argentina de los años 70”.
El periodista que late en Quirós pudo más. Renegó de su derecho a cobrar la indemnización cuando El Diario bajó las persianas a cambio de una condición: heredar el archivo, que sería la base del siguiente proyecto que abordaba: fundar la revista Claves.
“Tengo los mejores recuerdos de esa publicación. Palpitábamos muy de cerca todo el acontecer político del país. Cubríamos todo lo posible y dábamos lugar a todos los sectores. Recuerdo que a veces publicábamos, entre otros, columnas de un conservador como era Francisco Gabrielli, quien fuera dos veces gobernador de Mendoza.”, memoriza Quirós.
En un principio Claves se comercializaba por suscripción. A mitad del año 1974 comenzó su venta directa en los puestos de diarios y revistas de Mendoza. Un atentado de la Triple A –que comenzaba a poner en práctica su maquinaria del terror- en un día de impresión en los talleres, puso fin a esa publicación.
Un llamado desde Buenos Aires alertó a este periodista mendocino. “Te venís a trabajar conmigo a Buenos Aires cuanto antes”, dice Quirós que le dijo Timerman. Don Jacobo tenía información calificada que en las listas negras de la Triple A por Mendoza, figuraba el nombre Carlos Quirós.
Jacobo Timerman le ofreció cubrir Congreso de la Nación. Fue así que se acreditó como periodista en la controvertida Cámara de Diputados de ese entonces.
Un año después de gestar el golpe de Estado, en 1977 la dictadura militar expropió el diario La Opinión. Ese mismo año Jacobo Timerman fue secuestrado por una fuerza dependiente del ex general Ramón Camps. El matutino no dejó de editarse pero quedó intervenido militarme.
Al remontarse en el tiempo, Quirós recuerda que “como tenía un gran aprecio por Jacobo, en la redacción, trataba de publicar los habeas corpus que me propiciaban hombres como Hipólito Solari Yrigoyen”.
Con el Congreso Nacional clausurado, la intervención castrense en La Opinión le ofreció a Quirós la jefatura de la Redacción. La cosa duró hasta que los militares devenidos por la fuerza en periodistas censuraron una publicación de la que Quirós era autor referente al holocausto judío a manos del nazismo.
“Recuerdo - señala Quirós- que el militar me llama a su despacho y me dice para que vamos a revolver tanta mierda; le contesté que si el material no se publicaba, yo renunciaba a seguir trabajando en La Opinión”.
La nota no se publicó y el periodista cumplió con su palabra. Pronto volvería a las redacciones cuando en un encuentro de ex presidente latinoamericanos realizado en la Argentina, se topó con Avelino Porto, eterno rector de la Universidad de Belgrano, quien le ofreció dirigir la revista Vigencia que editaba la Universidad. Por ella desfilaron escritores como Félix Luna. El diseño lo hacia Hermenegildo Sabat, y el colaborados estrella era nada menos que Jorge Luis Borges.
Hasta ese año 1980, el periodismo era todo para Quirós. Pero comenzaba a mellar su vocación por la pintura. Así fue como comenzó a volver a incursionar nuevamente en el mundo de la pasta, pinceles, acrílicos y otra vez con su comprovinciano, el artista Enrique Sobisch, quien tenía su taller anclado en la ciudad de Buenos Aires, al mismo tiempo en que Marcos Cytrynblum, -quien fuera secretario de redacción del diario Clarín desde los primeros días de la década del 70-, lo convocara a formar parte de su equipo de trabajo, junto a periodistas como Joaquín Morales Solá, Roberto Guareschi, entre otros.
La derrota militar en la Guerra de Malvinas adelantó el fin de la dictadura militar. En la campaña electoral para los comicios de ese año, Carlos Quirós fue el encargado de seguir periodísticamente a lo largo y a lo ancho del país, al candidato del radicalismo, Raúl Alfonsín, quien vencería al candidato justicialista, el recientemente fallecido, Italo Luder.
Una vez que el traje de la democracia volvió a vestir a las instituciones, Quirós pidió a los jefes de Clarín volver a acreditarse en el Congreso de la Nación. Llegó el turno de cubrir el Senado. Y también de dar más lugar al artista que llevaba adentro.
“Mi incursión en la técnica digital, se originó cuando en las redacciones periodísticas se reemplaza la tradicional máquina de escribir por la computadora, la famosa PC. En ella descubrí, estimulado por los recuerdos de mi adolescencia, que se podía pintar y dibujar”.
Carlos Quirós, aclara, que en sus obras no utiliza modelos en vivo ni impresos. Que su fuente de inspiración es su propia imaginación. Entre ellas figuran temas como la inseguridad, la marginación, los cartoneros, la crisis del 2001, la tragedia de Cromañon.
“Creo que de mi mente salen los fantasmas que pueblan mis cuadros. En ellos intento reflejar, con el peso de mis cuatro décadas de periodista en las áreas políticas y sociales, éxitos y fracasos de nuestra sociedad”, dice un Quirós melancólico mientras repasa fotos como pintor, de la obra que retrata al desaparecido Julio López, Sigan buscándome, testigo crucial del juicio realizado por delitos de lesa humanidad, en abril del 2006, contra el represor Miguel Etchecolatz, inmortalizada en un cuadro de una de las paredes de la Sala de Periodistas de la Cámara de Diputados, sitio donde tantas veces estuvo como periodista.
16 comentarios:
como siempre Doc, impresionante, Quiroz a visto tanto que por algun lugar debe tener que dejar salir los fantasmas, buena manera de expresarlo a traves de la pintura.
Muy bueno...
Besos
Doc, cedydedecy vive con usted? nunca puedo apuntar antes que ella, jajaja... Oiga, muy lindo relato, pero dónde garcha podemos ver las pinturas de este muñeco? Le dejo un abrazo.
Jaja, la amiga Cecy es Recargada en serio, conectada siempre, gracias Cecy. Sabe Peralta, Quiros ahora no esta exponiendo, pero aqui dejo un link http://www.larazon.com.ar/notas/2008/04/24/01658173.html, sobre algo de su última exposición.
La verdad que esta entrevista la realicé un mes atrás, pero nunca me publicaron en ese portal especializado. Ya esta. Que mejor que sea un Apunte para compartir en el Doc 9. Abrazo Peralta, un honor que apunte aquí
que hermosos personaje, jaja, las vi todas; encima mendocino, los vinos que se debe chupar el hombre, o no?abrazi Doc
no lei la nota, pero igual te felicito felipin...
un abrazo..
Hola Doc, pasaba a saludarlo siga posteando asi
ay doc que haria sin vos y tus relatos/historias/biografias o lo que seas...sos un grande!!
besos!
Un fenómeno Quiros.
Saludos.
que linda historia. Creo que la pintura salvo a Quiros de muchas cosas. Y con lo que vivio como periodista lo puede dar a conocer como pintor. Cual es la tècnica, Doc 9? el doc es porque es mèdico, abogado u otra profesión?.nunca vi que uno de esas profesiones escriba tan lindo. Te encontre navegando en google.
No lo conocía. Es muy interesante lo que contás.
Yo hace unos meses entrevisté al director político de Greenpeace, y fue una entrevista reveladora y alarmante. Nunca fue publicada, así que debería publicarla en mi blog (cuando recuerde dónde la puse... qué desbolada, por dios).
Un abrazo.
(Tanto tiempo!!).
Muy buenas lineas Doc.
Saludos.
Gracias gente, Dieguito, ya era hora que pases a Apuntar, bienvenido Calígula, Gerardo -del barrio San Telmo- y los de siempre como Dani o la Arcangel. la técnica de dibujo me dijo Quiros, es la computadora en un programa especial, compus de la marca de la "manzanita", se entiende?; de esas mac. Luego, se imprime y va a un ploteado especial. Esa es la onda. La entrevista es la original, cortada un poco, que lamentablemente el portal, no publicó, aunque estaba aprobada por el editor, pero al no pagarme, ellos pensaron que publicada, podía sugerir un futuro juicio laboral. Cosa que yo, a pesar de mi condición de abogado y de estar rodeados de cuevos, no iba a hacer. abrazo de gol
E encontrado un mundo distinto con estos Apuntes; hay de todo y oara todos los gustos. No sabia de Quiros, como tampoco de Luis Firpo, y el Dìa del Boxeador. Sufrì con la historia de su abuelo Jorge, me emocionè con la historia de su amor en la Facultad, no sabìa que a Bonavena podian matarlo por su romance oculto con una vieja. O la historia peronista del 17 de octubre de 1945 de otro àngulo, o el represor Teodoro disfrazado de preceptor. Voy a pasar seguido, hay mucho para leer... y su cariño por Indiana Jones, el doctor es por su amor a la arqueologìa. Besos¡¡
Genial Doc!
Una mas de las tantas grandes personas destacables que tenemos. Ojala sigan siendo ejemplo.
Muy buen trabajo el tuyo de difundirlas.
Un Abrazo!!!
July, la verdad me pone muy feliz, me motiva lo que decís. Esa es la idea, de dar a conocer mis Apuntes, porque no tiene sentido creo, guardármelos para mi, y que todos, en democracia y libertad de expresión, respetando el derecho del otro, apuntemos lo que sentimos, lo que pensamos. La Historia, en todos sus conceptos, del mundo, del país argentino, de las personas que conocemos día a día. De Derecho me gusta Apuntar, pero desde otra óptica, para que entiendan todos, no sólo abogados, de fútbol, de boxeo, de amistad, de los códigos que el barrio y enseña. Gracias July, lo mismo para vos Leo, por estar siempre, por pasar. Abrazo de gol
No conocía la trayectoria de Quiroz. Gracias por el apunte!!!
Gran historia y gran posteo
Saludos!
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