(*)
El barco proveniente de Polonia amarró en el puerto porteño una mañana lluviosa de 1931.Los padres del pequeño Jacobo estaban huyendo de los estragos que había dejado el huracán que fue la primera Guerra Mundial en toda Europa. Así fue como en estas pampas, la familia se radicó y Jacobo aprendió a adaptarse. A pesar que sus padres eligieron para vivir el barrio porteño de Villa Luro, Jacobo se hizo hincha del Racing Club de Avellaneda y se hacia llamar Jorge. Años después nacieron sus hermanos argentinos Enrique, y las nenas Ana, Cecilia y Rosa. Cerca de los 20, el ahora Jorge conoció a Teresa, una rubia tres años menor que él. Al poco tiempo se casaron y vaya coincidencia; la futura esposa de Jacobo también era oriunda de Polonia. Las causalidades y algo más de necesidades hicieron que el barco que transportaba a Teresa no siguiera curso a los Estados Unidos y virara hacia la Argentina. De esa unión, en pleno gobierno peronista de los cincuenta, nacieron Eduardo y Susana. Los dos hermanos se criaron en la misma casa de Villa Luro, donde se habían crecido el ahora papá Jorge y los flamantes tíos. Ere era el deseo de los padres de Jorge –los abuelos de Eduardo y Susana- para equilibrar un poco la balanza. Sucede que Jorge, quien era el mayor tuvo que salir a trabajar desde muy chico, mientras que sus hermanos corrieron mejor suerte y pudieron estudiar en la Universidad. Así era la cosa; Jorge era un polaco pobre en la Argentina, pero muy feliz. Los años se sucedieron, Jorge saltaba de oficio en oficio, y naufragaba en sus proyectos laborales –como lo fue montar una de fábrica de guantes- mientras sus hermanos, la dentista Cecilia y el médico Enrique, facturaban dinero mediante el ejercicio de sus profesiones y el éxito en sus diversos comercios. Jorge no sabía lo que era le envidia. Admiraba a sus hermanos y la realidad de estos; ellos eran el espejo que Jorge quería para sus dos hijos. Que estudien. Y así fue; Eduardo y Susana entraron a la Facultad. Amigo de sus amigos, bonachón, siempre al lado de su Teresa, Jorge era un hombre feliz. Los años se sucedieron en armonía. Fines de los 70, mientras la Argentina sucumbía en las peores de las represiones de la que sería la última dictadura militar, Jorge recibiría de parte de su hija Susana una de sus últimas alegrías; recibirse de abuelo con la llegada de su primer nieto. “Soy un nono joven y feliz”, repetía hasta el cansancio con esa voz de lija que tenía por tantos años de sus cigarrillos Particulares sin filtro. Es que sentía que a los 53 años la vida le sonreía; tenía a su nieto, sus hijos avanzaban en los estudios, y ya no sentía celos, sino todo afecto hacia su yerno Mandi. De nada importaba trabajar como un condenado en la perfumería de uno de sus hermanos, que seguían cosechando éxitos, invirtiendo en negocios y en propiedades. Esa primavera de Jorge duró casi seis años, porque un día, apagaron su llama. Entre abogados y juicios de por medio, su corazón y cabeza no soportaron que sean sus propios hermanos, su misma sangre, ellos, los “exitosos”, quienes lo intimaban a abandonar la casa de Villa Luro, esa que los vio estudiar, mientras Jorge trabajaba todo el día.
- Acá no entras, rata.
- ¿Vos quien sos para impedir que despida a mi hermano?; voy a llamar a la policía, ya vas a ver.
- Llama a quien quieras, pero vos, asesino, acá no entras.
Enrique no tuvo más remedio que irse. Mandi, flaqueado por su eterno amigo José –padrino del primer nieto de Jorge- no iba a dar el brazo a torcer. Juró ante la tumba de su suegro que en su velatorio no iban a entrar sus propios verdugos… por más que tengan la misma sangre.
- Fue mi hermano. Y lo quiero despedir.
- Callate, tortillera. Si ustedes dos quisieron dejarlo en la calle. Acá no entras… repicó Mandi cuando minutos después, Cecilia quiso “despedir” a Jorge.
De esta triste historia se están por cumplir 25 años. Los nombres, al igual que el Apunte no son ficticios. Si viviera, hoy Jorge tendría unos 84 años. Muchas preguntas quedaron en el tintero. ¿Hubiese sonreído más la abuela Teresa?, ¿seguiría siendo tan compinche de su primer nieto?...Eso sí, la Justicia divina se encargó de los “hermanos exitosos”. Murieron muy jóvenes por extrañas enfermedades.
(*) La foto pertenece a la obra del artista de pintura digital, el periodista Carlos Quiros
El barco proveniente de Polonia amarró en el puerto porteño una mañana lluviosa de 1931.Los padres del pequeño Jacobo estaban huyendo de los estragos que había dejado el huracán que fue la primera Guerra Mundial en toda Europa. Así fue como en estas pampas, la familia se radicó y Jacobo aprendió a adaptarse. A pesar que sus padres eligieron para vivir el barrio porteño de Villa Luro, Jacobo se hizo hincha del Racing Club de Avellaneda y se hacia llamar Jorge. Años después nacieron sus hermanos argentinos Enrique, y las nenas Ana, Cecilia y Rosa. Cerca de los 20, el ahora Jorge conoció a Teresa, una rubia tres años menor que él. Al poco tiempo se casaron y vaya coincidencia; la futura esposa de Jacobo también era oriunda de Polonia. Las causalidades y algo más de necesidades hicieron que el barco que transportaba a Teresa no siguiera curso a los Estados Unidos y virara hacia la Argentina. De esa unión, en pleno gobierno peronista de los cincuenta, nacieron Eduardo y Susana. Los dos hermanos se criaron en la misma casa de Villa Luro, donde se habían crecido el ahora papá Jorge y los flamantes tíos. Ere era el deseo de los padres de Jorge –los abuelos de Eduardo y Susana- para equilibrar un poco la balanza. Sucede que Jorge, quien era el mayor tuvo que salir a trabajar desde muy chico, mientras que sus hermanos corrieron mejor suerte y pudieron estudiar en la Universidad. Así era la cosa; Jorge era un polaco pobre en la Argentina, pero muy feliz. Los años se sucedieron, Jorge saltaba de oficio en oficio, y naufragaba en sus proyectos laborales –como lo fue montar una de fábrica de guantes- mientras sus hermanos, la dentista Cecilia y el médico Enrique, facturaban dinero mediante el ejercicio de sus profesiones y el éxito en sus diversos comercios. Jorge no sabía lo que era le envidia. Admiraba a sus hermanos y la realidad de estos; ellos eran el espejo que Jorge quería para sus dos hijos. Que estudien. Y así fue; Eduardo y Susana entraron a la Facultad. Amigo de sus amigos, bonachón, siempre al lado de su Teresa, Jorge era un hombre feliz. Los años se sucedieron en armonía. Fines de los 70, mientras la Argentina sucumbía en las peores de las represiones de la que sería la última dictadura militar, Jorge recibiría de parte de su hija Susana una de sus últimas alegrías; recibirse de abuelo con la llegada de su primer nieto. “Soy un nono joven y feliz”, repetía hasta el cansancio con esa voz de lija que tenía por tantos años de sus cigarrillos Particulares sin filtro. Es que sentía que a los 53 años la vida le sonreía; tenía a su nieto, sus hijos avanzaban en los estudios, y ya no sentía celos, sino todo afecto hacia su yerno Mandi. De nada importaba trabajar como un condenado en la perfumería de uno de sus hermanos, que seguían cosechando éxitos, invirtiendo en negocios y en propiedades. Esa primavera de Jorge duró casi seis años, porque un día, apagaron su llama. Entre abogados y juicios de por medio, su corazón y cabeza no soportaron que sean sus propios hermanos, su misma sangre, ellos, los “exitosos”, quienes lo intimaban a abandonar la casa de Villa Luro, esa que los vio estudiar, mientras Jorge trabajaba todo el día.
- Acá no entras, rata.
- ¿Vos quien sos para impedir que despida a mi hermano?; voy a llamar a la policía, ya vas a ver.
- Llama a quien quieras, pero vos, asesino, acá no entras.
Enrique no tuvo más remedio que irse. Mandi, flaqueado por su eterno amigo José –padrino del primer nieto de Jorge- no iba a dar el brazo a torcer. Juró ante la tumba de su suegro que en su velatorio no iban a entrar sus propios verdugos… por más que tengan la misma sangre.
- Fue mi hermano. Y lo quiero despedir.
- Callate, tortillera. Si ustedes dos quisieron dejarlo en la calle. Acá no entras… repicó Mandi cuando minutos después, Cecilia quiso “despedir” a Jorge.
De esta triste historia se están por cumplir 25 años. Los nombres, al igual que el Apunte no son ficticios. Si viviera, hoy Jorge tendría unos 84 años. Muchas preguntas quedaron en el tintero. ¿Hubiese sonreído más la abuela Teresa?, ¿seguiría siendo tan compinche de su primer nieto?...Eso sí, la Justicia divina se encargó de los “hermanos exitosos”. Murieron muy jóvenes por extrañas enfermedades.
(*) La foto pertenece a la obra del artista de pintura digital, el periodista Carlos Quiros
23 comentarios:
Asi es, la maldad se paga acá mi querido...
Historia triste pero con muchas enseñanzas.
besos recargados mi querido doc.
INTERESANTE HISTORIA...AUNQUE DE CONTENIDO DENSO..MUY BUENA...
NADIE ESCAPA A SU DESTINO...
LOS MALA LECHE NO LLEGAN A DISFRUTAR NUNCA PLENAMENTE DE LA VIDA...
AUNQUE SE ESCONDAN DETRÁS DE DISCURSOS PEDORROS...
no hay peores conflicos que los que nacen en el seno familiar. y los ams complejos, y los tristes y los mas abusurdos.
Jorge es el famoso abuelo de Racing!!!!????? Historia muy buena y particular, ya q mi abuelo era tambien de Polonia (y q queres con mi apellido!!), y tambien de Racing. obviamente, y como si faltara poco........muchos problemas en la flia.
PERO TODO SE PAGA EN LA VIDA DOC, TODO SE PAGA.
ABRAZO.
yo no estoy tan segura que todo se pague,...... si algunos tendrian que estar bien muertos y ahi los tenes vivitos y coleando y tanta gente buena si se muere, nose si la vida es justa, no lo creo.... como tampoco creo en la justicia divina..... sera ficticia tu historia pero a veces la realidad supera la ficcion doc,..... besos
Hay veces que es peor la familia que los de afuera, por eso se dice que la familia a uno le toca y los amigos unos los elige, cualquier cosa pregunteme algún día sobre mi tío y como la abandonó a la Lala.
Saludos y pasate por el blog.
A te tengo que contar algo!!!
Atila
Muy buena historia Doc,una pena lo que le paso a Jorge,abrazo.
Gracias chicos, Ceceu, Iluso, Atila, Ely. ES verdad Wal, ese jorge existe, por eso Cuervo o Cuerva, te aclaro que la historia no es ficticia, es real. Solo Dios sabrá si el Jorge hubiese vivido, en cuanto bien hubiese influenciado en mi. Hasta seria de Racing seguramente. Bienvenido Paranoid, aunque creo que usted ya se paso por aca
Porque siempre será, que el buen chato, el buen tipo termina de víctima de los mas agujones, supongo que se escudriñas en las vidas de muchos inmigrantes encontrarás historias similares.
Lo lamentable es cuando tu propia no te deja ser feliz, en fin, algo tristona, pero más real por eso.
besazos
Pd: te contesté en mi blog ;)
Hay muchos hijos de puta, en todos lados, la ambición lo puede todo. imagino cuanto sufrio usted Doc, y se perdio de conocer a su abuelo, algo lo recuerda seguramente, abrazo
Yo, como cuerva, no estoy segura que todo se pague en vida. Sería como decir que la vida es justa y mirando a nuestro alrededor solamente, y ni que decir con tanta tragedia y miseria humana pululando en el mundo,la verdad dudo mucho de que haya algún tipo de justicia gratuita. Hay que trabajar (quienes podemos hacer algo) por ella, porque la maldad también construye, lamentablemente.
Y la verdad Beker, que recuerdo desde mis 5 años casi 6, no entender esa muerte; es decir a esa temprana edad, conoci lo que era la muerte de un ser tan querido para mi, en el sentido que yo estaba mucho tiempo con èl, que era un Nono joven de 58 y 59 años. Lo que dice Bitter y DEB es verdad. En la vida combinan personas buenas, hijos de puta y boludos y siempre se cruzaran en nuestros caminos. Y yo creo en que eso de que si no pagaras en esta vida, lo pagaras en otra. Abrazo de gol
¿Por qué lo echaron de la casa al abuelo Jorge?
Arquerito, te cuento aunque en el Apunte esta. La casa era de los padres de Jorge y sus hermanos. Como él fue el mayor, y los demas todos estudiaron y eran profesionales, la voluntad de los padres era que jorge, el único que no estudió y era pobre, se quedara con la casa. no hubo Testamento ológrafo, ni el cerrado ni por acto público; creo que Jorge no hubiese tenido problema de vivir en otro lado; la casa se venia abajo, pero lo mató la traición de sus hermanos. La venganza fue terrible. El recuerdo de Jorge, como abuelo, sólo late en algunas salidas, como flechasos borrosos que guardó mi memoria. mi hermano si se acuerda de él, y al cementerio no lo visitamos desde hace 10 años.
yo que vos los mando a la mierda a los que serian no se que carajo, los hijos de esas lacras, tipo primos segundos o lago asi; contales esta historia de lo que eran abrazo grande
leí el post,y llegué al comment de "cuerva",y me quedé porq coincido,no todos los q hacen daño pagan, hay gente q no sé si alcanza con morise para pagar ya q nos toca a todos(morirnos)entonces se me ocurre q tendría para ellos tener un plus,pero no sé cual,igual,no repara lo q hacen..
En cada flia hay un muerto en el placard..
Los lazos sanguíneos no aseguran un buen sentimiento,tampoco un título universitario, eso esta claro.
saludos
Totalmente de acuerdo con tu comment en mi post y mi amor reaccionaría como vos..aja ja ja .
somos de barrio,solo fue un chiste ni ahi pienso asi,por otra parte no es mio, es de un hombre.
beso
No, mi duda era si durante un tiempo le habían dejado la casa y después un día decidieron sacársela. Supongo que deben de haber sido los tiempos de sucesión, nomás. ¿Vio cómo los abuelos se resisten a desaparecer aun cuando uno los haya conocido poco? Yo a veces me acuerdo de mi abuelo José, y eso que se murió antes de que yo naciera. Mérito de mi mamá, porque de mi abuelo Fermín no me acuerdo.
Hola no sé cómo llegue, pero leí y entré.. Cada familia es un mundo, no? y cada uno también. Es dificíl tratar de hallar el por qué le hicíeron eso a Jorge, y eso es bueno, porque presupone que uno es buena gente.
Con respecto a que todo lo malo vuelve creo que si, todo lo malo que uno realiza tarde o temprano vuelve, lo mismo pasa con las cosas buenas.
Algunas personas me dijeron que la mayoria de las personas buenas se van antes porque son muy especiales para estar acá y merecen algo mejor, a veces sirve de consuelo pero duele como la puta madre!
Te mando un beso, un gusto!
Amigo doc, la vida es muy injusta, y se empecina en cagarnos, siempre. Por eso, todo lo que nosotros hacemos tiene que apuntar a cambiarla. Nunca vamos a sacarnos a todos los hijos de puta de encima, pero no hay que abandonar la lucha. Ese día estaremos muertos. Abrazo de gol
mmm deja mucho de que pensar
muy buena muy buena saludos!!!
Excelente Blog...
Y encuentro algunos temas de coincidencia importantes , entre ellos el Derecho y el Fútbol.
El único problema , real o imaginario , es que a veces querría mandar un palazo para el lado de su gallinero - a efectos de instalar el debate fecundo - y eso es generalmente tergiversado en la web. Más aún no conociéndolo.( La falta de tuteo es sólo un artificio ).
Incluso este Post tan intenso me merece algún reparo, pero no me gustaría pasar por aguafiestas.
Ud dirá, Doctor....
Anonimo, el debate, siempre y cuando sea con altura y respeto, sera bienvenido. presentese y dialogaremos. Los Apuntes son para eso, abrazo
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