Siempre el mismo

El lugar pertenece a un importante sindicato. El motivo de reunión es reconocer a un gran periodista que por cumplir con la edad que impone la ley, se retira del diario que pertenece a un grupo de empresarios que sacan y ponen presidentes.
En el ambiente hay muchos hombres y mujeres de la política. El clima es de festejo y conmoción a la vez: es que al mismo tiempo miles de personas están despidiendo los restos del ex Presidente Raúl Alfonsín. El periodista agasajado trabajó más de cuarenta años cubriendo la tarea legislativa del Congreso de la Nación. Tuvo algunos intervalos sobre todo en tiempos de Parlamento censurado por la dictadura militar. Entre esos políticos hay un puntano, que supo ser leal a Juan Perón que se dio el lujo de echar a patadas a Domingo Cavallo en plena era menemista. Que promovió jueces y juezas honorables. Que se hizo cargo de varios ministerios en el gobierno de urgencia que antecedo al de Eduardo Duhalde.
Ese ex legislador peronista, ex ministro, y ex sindicalista ferroviarios de los viejos tiempos contó algo para Apuntar:
Corrían los primeros años del gobierno de Alfonsín. El justicialismo aún experimentaba un gran dolor nuevo que había sido esa primera gran derrota ante los radicales y aún no surgían sus nuevos líderes. Este político era uno de los impulsores de una cercanía a la UCR. Dice que querían convencer a un destacado abogado peronista para que acepte el cargo que le proponía el flamante Gobierno alfonsinista. La charla de convencimiento fue en la propia casa del abogado. Palabra va, palabra viene, el letrado de extracción peronista estaba por aceptar la propuesta que no era nada fácil porque si bien en estos días es muy común cambiar de color político e ideología como de camiseta, estilo Felipe Solá o Chacho Álvarez en su momento, este abogado era un producto de la vieja guardia. Y si decía ser un “misionero de Perón”, como formar parte de un gobierno “contrera” radical?
Sin embargo, y a instancias de este ex legislador puntano la idea de que este honorable abogado laboralista acepte el cargo propuesto por la UCR poderosa de ese 1984, no era nada descabellada.
Atenta a la charla estaba la esposa del abogado que si bien no era una mujer interesada en la política, sólo le importaba la vida de militancia de su pareja.
Los hombres sabemos de la importancia de nuestras mujeres. Ella deciden, hacen y deshacen y nosotros aceptamos en la mayoría de los casos para que la cosa, sea cual sea, no se ponga densa. En la casa de ese abogado no era la excepción. Pero para ese peronismo herido que el letrado acepte ese cargo, era primordial.
- Yo no quiero que tomes el cargo, cielo. Vos sos un gran peronista, y te vas a quemar al lado de esos inútiles radicales; vociferó a gritos pelados ante la cara atónita de los presentes, entre ellos este ex legislador puntano. Al toque, la mujer remató con lo siguiente:
- Además, porque no aceptan ustedes ese puesto, eh?
La política es el arte de lo posible. El político puntano lo supo en su momento, lo sabe ahora. Rápido de reflejos contestó:
- Sabe que pasa señora, usted con el tiempo se va a cansar de acostarse con un abogado; yo le sugiero que comience a dormir junto a un ministro.
Magia, chamuyo, oficio, calle peronista, sea lo que sea, el abogado acepto el cargo ofrecido por la contra, ejerció bien frente al Ministerio, y cuando su partido fue gobierno nuevamente, siguió dignamente un tiempo más.