31/10/10

Resumen


No hay lugar para grises, tibios. La muerte de Néstor Kircher adelantó la pelea final por el objetivo principal que es que país queremos los argentinos. En el tercer aniversario de este espacio, apunté esta nota del diario Página 12 del jueves 28 de octubre, que quiero compartir, resumen del fallecimiento de Kirchner, en el día de cumpleaños número tres de los Apuntes del Doc9.
El año pasado, describí mi elección (link), mi compromiso. Sigo en esa línea, sólo que ya no podemos tener más alternativa frente a los que quieren una República hundida, funcional a las corporaciones. ¿Cristina en Nación; Pino Solanas en la Ciudad?; ¿el peronismo que tengo en la sangre, y más aún mi amor por la Argentina, me obliga a comrpometerme más con ese movimiento llamado "kirchnerismo"?...si estar de la vereda de enfrente de estas corporaciones vende patria, es ser kirchnerista, entonces soy eso, un soldado de Néstor Kirchner, a cambio de nada, sólo de un país mejor, para el futuro, para los hijos que aún no tengo y los hijos de mis amigos; para el pasado, a los argentinos y argentinas que murieron peleando y soñando otra Argentina.

Aquí la nota de Página 12 de Luis Bruschtein.

Jueves 28 de octubre de 2010
Despido al hombre que dijo cuando asumió la Presidencia que “todos somos hijos de las Madres de Plaza de Mayo”. Porque soy hijo de una Madre de Plaza de Mayo y me sentí su hermano. Y porque esa frase le hizo ganar el odio de todos los amigos y cómplices de los genocidas, empezando por el director de La Nación José Claudio Escribano. Despido al hombre que obligó al bloque parlamentario de su partido a votar el proyecto de la izquierda para anular las leyes de la impunidad, lo que le ganó el odio del ex presidente Eduardo Duhalde, que trataba de impedirlo presionando a los legisladores sobre los que todavía tenía influencia. Lo que también le ganó el odio de la cúpula de la Iglesia Católica.

Despido al hombre que algunos pícaros acusaron de “robar con los derechos humanos” y es al revés: los derechos humanos están en deuda con Néstor Kirchner. En cambio, los que lo acusaron usaron los derechos humanos para hacerse famosos. Y cuando fueron famosos cambiaron de bando para defender a los monopolios mediáticos y criticar a los defensores de los derechos humanos. Despido al hombre que habló de la vergüenza de la Corte menemista y arremetió democráticamente hasta conseguir la conformación de una Corte independiente –la primera en decenas de años–, que incluso le falló varias veces en su contra.

Despido al hombre que en Mar del Plata le dijo a George Bush “no nos van a patotear”, cuando querían imponer el ALCA a través de los gobiernos que en ese momento eran mayoría en América latina. Se habían ido Tabaré y Lula y sólo quedaban Kirchner y Chávez y entre los dos impidieron la concreción del tratado de libre comercio continental que impulsaba el presidente norteamericano. Y ese “no nos van a patotear” le ganó el odio de los adoradores locales del “american way of life”, que lo acusaron de populista y autoritario. Despido al hombre que con la presencia en la Argentina del presidente norteamericano organizó un acto donde el principal orador fue el presidente Hugo Chávez, el latinoamericano más odiado por Bush y a quien había tratado de voltear con un golpe de Estado.

Despido al hombre que apenas asumió la presidencia reivindicó la entrega desinteresada y la lucha de una generación masacrada, lo que le ganó el odio de la mediocridad ochentista de los dos demonios y de los acomodaticios. Despido al hombre que el mismo día que asumió realizó un gesto de soberanía inédito y permitió que Fidel hablara en un acto masivo en la Facultad de Derecho que fue transmitido por la televisión. Era el momento de mayor aislamiento de la Revolución Cubana, cuando muy pocos gobiernos tenían la valentía de recibir a Fidel en sus países. Despido al hombre que le dio una mano a Cuba, cuando Cuba estaba aislada.

Despido al hombre que vio la importancia de la alianza con Lula y Chávez, que impulsó como pudo el triunfo de Tabaré en Uruguay y después de Mujica, el hombre convencido de la necesidad de la unidad latinoamericana y el que la impulsó como ningún otro político argentino, primero como presidente de la República y después como secretario de la Unasur. El primero en organizar la solidaridad con Ecuador cuando fue el intento de golpe contra Rafael Correa, el que se ofreció como mediador de paz en Colombia, el que impulsó la defensa de Evo Morales contra los intentos separatistas de la derecha boliviana en Santa Cruz de la Sierra.

Despido al insólito presidente que no quiso nunca reprimir la protesta social, que ordenó a las policías hacer la seguridad de las marchas sin llevar armas de fuego. Y lo hizo cuando las protestas piqueteras se repetían en Buenos Aires y sectores de la clase media pedían frenéticamente mano dura. El hombre que convocó a los piqueteros a su gobierno y los designó en funciones estratégicas en la gestión de políticas sociales, internacionales y de derechos humanos. Los piqueteros eran los dirigentes sociales más demonizados por los medios y por ese sector de las capas medias urbanas.

Despido con el alma al hombre que alivió la espalda del país de la carga más pesada de su historia: la deuda externa y el Fondo Monetario Internacional. El que se peleó con su ministro de Economía, Roberto Lavagna, que quería aflojar en la negociación. El hombre que negoció con fiereza en defensa de los intereses de su país y logró la quita más grande en la historia de la deuda externa mundial. Con el que disentí pensando que era mejor declarar la deuda inmoral e ilegítima, pero que el desarrollo de los hechos demostró que el mejor camino era el que había elegido Néstor Kirchner. Despido al hombre gracias al cual no hay más monitoreos del FMI sobre la economía argentina exigiendo ajustes, enfriamientos y flexibilización laboral.

Y despido al hombre que decía con ironía “¿Qué te pasha Clarín? ¿Estás nerviosho?”. El gran polemista, el que entendió que la verdadera paz está en la polémica y en poner las contradicciones sobre la mesa. El que entendió que los falsos consensos entre los poderosos solamente provocan más violencia reprimida que en algún momento explota.

En un país donde cada gobierno había acrecentado la cantidad de pobres, desocupados y excluidos que dejaba el anterior, su gobierno fue el único que hizo disminuir esas cifras, el único que aumentó a los jubilados y decretó el retorno de las paritarias.

Hasta el día anterior, cada una de estas cosas parecía imposible. En mi caso, creí que nunca vería el juicio a los represores o la salida del país de la pesada carga de la deuda y el cepo del FMI. No lo esperaba y en lo personal traté siempre de mantener una mirada profesional y periodística, lejos de la obsecuencia, de la adulación o de la alabanza fácil. Pero ahora lo despido como a un hermano, con todo el dolor del alma.

28/10/10

Experiencias de un censista



Nadie contestaba. O eso parecía. Eran las 9 del miércoles de uno de los grandes eventos que se realizan en un país que se crea serio. De pronto, la luz. Marta, una señora con detalles de maestra de escuela abrió la puerta. – Como estas, pasá¡; dijo con mucho entusiasmo y más compromiso. Que palabra; compromiso, una especie de pacto que más argentinos debían tener presente.
La construcción de un país se hace comprometiéndose, estudiando, leyendo, no criticando desde la casa. Marta, su esposo Luis, fueron los primeros que dieron la bienvenida a Felipe, el censista .
El lugar del censo, es Barrancas de Belgrano, zona de alto poder adquisitivo de la Ciudad de Buenos Aires, distrito capital de la República Argentina.
Fue su amiga Verónica quien le pasó la idea. El compromiso en el año del Bicentenario argentino. Felipe se capacitó en el curso sobre como censar. Con Manual del Censo en mano, los formularios y las planillas fue a cumplir con lo que en la jerga de la estadística se conoce como segmento, que es una porción de una o dos manzanas, las que a su vez forman parte del radio o fracción de una comuna en el caso capitalino o Departamento o Partido si se trata de una provincia.
Felipe avanza de la mano de Marta quien le presenta, tras ser la primera censada junto con su marido, al resto de los vecinos, en una vivienda estilo PH de tanta hermosura como calidad humana.
Las viviendas A, B y C estaban vacías. Tras Marta y Luis, llegó el turno de Mercedes, una reciente viuda cuyo hogar lo completaban sus dos hijos.
La armonía se interrumpió cuando una batería de mensajitos de celular comenzó a hacerse oír en el bolsillo de Felipe. “Murió Kirchner”, decía uno; el otro “Estoy triste, fiambre es Kirchner”. Otro: “falleció el pingüino Kirchner”. Ya nada fue igual.
-Atendé el cel, dijo amablemente desde su mirada en sombras Mercedes.
- Es que me dicen mis amigos que murió Kirchner. Mercedes prendió la tele saliendo del letargo. La historia es conocida...
Barrancas de Belgrano no es un barrio de vertiente peronista sino todo lo contrario. Igual, la mayoría de los censados no ocultaron su preocupación tras la muerte del dirigente más importante de los últimos años desde 1974, cuando murió Juan Domingo Perón.
Ese lugar le toca a Kirchner. No es para Carlos Menem a pesar de ser anfitrión una década en la Casa Rosada y ser vencedor en tres elecciones presidenciales. El riojano liquidó las conquistas peronistas y fue un traidor al movimiento peronista. Fernando de la Rúa, un traidor a los argentinos y Raúl Alfonsín una gran promesa y más recuerdo.
Similar al 74, el presidente Perón moría siendo el político más popular dejando en el gobierno a su vice, su esposa Isabel. La historia no se repite, ni como tragedia ni como comedia. Kirchner deja el espacio a la actual presidenta argenta, su esposa Cristina.
Felipe continuó su censo que trasciende a cualquier gobierno de turno. Los mismos perversos funcionales a sus intereses, que desde los medios escupían que no debía abrirse la puerta al censista, por “inseguridad”, decían que se suspendía por la muerte del ex presidente. Nada más lejano. El censo continuó y se hizo bien. Todos los vecinos ofrecieron a Felipe, un café, un vaso de agua entre pregunta y respuesta. Todos trabajaron bien, como Felipe, Verónica, Jazmín, Iván y Mercedes y tantos otros que se comprometieron. Tras culminar la primera vivienda, su segmento tenía dos locales comerciales que no tenían que ser censados. A las 4 de la tarde culminó el trabajo con el tercer piso del edificio continuo al cálido PH.
Durante los primeros días de este año 2010, Doc 9 se apuntó sobre el primer gesto sin quererlo de amor, tras la muerte del ídolo popular Sandro (link/Doc9), en el año del Bicentenario argentino.
Son casi la 1 de la noche. Los diarios y editoriales aún no cerraron. La muerte de Kirchner coptará todos los titulares por sobre el censo. Este Apuntador tiene esperanza. Con el traje de censista como Felipe, cree que Cristina será fuerte, ganará las elecciones presidenciales del año que viene y contará con una oposición encolumnada en la maduración de los 27 años de democracia ininterrumpida. Los diarios, como Clarín, mejorarán. Programas como 6, 7 y 8 también. No será como en los 70. Cristina no es Isabel como Kirchner no es Perón.
Los argentinos saben ahora quien es la candidata para el 2011. El interrogante será quien ordenará el siempre revoltoso partido peronista junto a ella. Y la mayor certeza: Julio Cobos (link/Doc9), traidor y miserable tanto para con su partido, como para el Gobierno, es el gran derrotado.
En este Apunte el recuerdo, el respeto de alguien que censó en tiempos de la primer mujer elegida presidenta y de ese gran estadista que fue Néstor Kirchner, ex presidente de la democracia, peronista, con mil errores, pero mucho más aciertos, quien resumió la frase "si la muerte te alcanza cargando la mochila de tus convicciones, habrá tenido sentido tu vida. ...


Apuntes para tener en cuenta
Kirchner, presidente (link/Doc9)
Ecos: elecciones 2009 (link/Doc9)

...si queres, más Apuntes en Sección: Perlitas de la Política

9/10/10

Calzones 211



Primavera de año 2001. En el medio del continente americano, en una ciudad calurosa de un país caribeño, Juan comenzaba su primer día de trabajo. Así fue que Gonzalo y Luis recibieron al nuevo compañero. La bajada de línea fue ayudar a Juan a reconocer su labor y las duras tareas que lo esperaban. En realidad, Juan debía ingresar a su nuevo trabajo al otro día pero lo pareció necesario reconocer de ante mano el lugar, la llamada “Chola”, que era nada más y nada menos que una cárcel; la peor de todas. Juan era por pasión, un boxeador frustrado fruto de una piña mal curada en su retina ocular izquierda. Por oficio laboral, el reciente empelado de la Chola es plomero. Ni guantes ni herramientas habría en el nuevo trabajo. No tuvo otra opción cuando Elena, su flamante mujer quedó embarazada. A los 30 cumplidos, aceptó el difícil puesto de guardián en la Chola, ese instituto carcelario que recibía a la peor raza humana, entre violadores, asesinos y criminales.
Otoño 2001. Gonzalo y Luis no paran de hablar. Juan toma nota de todo. Son las siete de esa mañana de más de 35 grados. La mayoría de los cientos de presos duermen…o eso parecía. Un ladrillazo rompe varias capas de vidrio y golpea a los tres guardias. El que lleva la peor parte es Juan. Una marea roja invade su frente; se desvanece en los brazos de sus futuros compañeros. Al mismo tiempo, los reos abren las puertas de sus celdas y toman el control. La Chola comienza a arder. Gonzalo y Luis saben que les espera si son tomados de rehenes. Hace nueve años que trabajan en ese infierno, ahora a manos de los diablos. El cuerpo de un Juan desmayado es una carga. Tampoco pueden dejarlo abandonado. La celda 211, la única vacía, ahí lo depositan con promesas de volver por él. La Chola es arrasada por un ejército de hombres furiosos y resentidos contra su propia vida y el sistema carcelario. Responden a un calvo musculoso de provinente barba candado, de unos cuarenta años apodado, Mala Madre. Luis y Gonzalo logran escapar por la puerta interna que es en realidad un ascensor a la superficie. La Chola es una tumba, una cloaca subterránea. Comienza el motín ante la entrega total de las autoridades de la cárcel más violenta del Caribe. La Chola pasa a tener un nuevo jefe.
Despertando de su letargo por el golpe, Juan es consciente de lo que pasa fuera de la celda 211. Sabe que si lo encuentran no deseará haber nacido. Rápido de reflejos, se saca los cordones de los zapatos, el cinturón, tira por el inodoro sus documentos, plata, alianzas y sobre todo, su alta laboral de guardián de La Chola.
De pronto, entra un despojo humano oliente a puro vino. “de donde saliste vos rata, arranca para afuera¡”. Las palabras eran escupidas por un lugarteniente de Mala Madre, el ahora amo de la Chola, título edificado a fuerza de piñas, fracasos y más desastres.
Juan improvisó ante cientos de presos (link/Doc9) cuando fue llevado ante su nuevo “jefe”. Ocultó su condición de trabajador guardián. Dijo ser un asesino. Salpicado de sangre por el golpe en la cabeza, Juan, de uno metro ochenta, flaco, cara de ángel, seguía interpretando el papel obligado de pesado. No iba a ser fácil pasar a Mala Madre quien le ordenó que se desnude delante de todos. Las palabras de sus futuros compañeros latieron en su cerebro más que nunca: “siempre míralos a los ojos a estos, nunca le demuestres miedo aunque lo tengas”. Juan se desnudó, banco la situación ante las risas de todos cuando vieron sus calzoncillos…
Vacaciones en Buenos Aires, la República Argentina. Juan, uruguayo, decidió viajar al país argento. En una milonga de tango conoce a Elena. Se casó con ella a fines de 1999. Dos años después esperaban a su primer hijo que iba a nacer en ese país caribeño donde Elena terminaba su beca de estudios. La Chola pagaba bien. Ingenuo y confiado en su personalidad, Juan, creyó que podía manejar cualquier situación. Esa mañana antes de ir a recorrer su nuevo trabajo, hizo el amor con su mujer embarazada. La mejor ocasión, pensó para estrenar ese calzón celeste furioso, decorado con caritas de elefantes. Ahora frente a Mala Madre, era el as de risa de cientos de los peores hombres…Calzones, su nuevo nombre.
La cara hundida del director de la Chola, Osvaldo Méndez resume el presente de la cárcel. Sus empleados tratan de consolarlo. Lo acompañan, el contador Armando y el jefe de Guardianes, el duro Iturriera, que dicen era un ex torturador de la dictadura argentina de 1976. Luis y Gonzalo también cargan con culpa de haber dejado a Juan tirado en la 211?.
Mala Madre sigue con su instrucción de romper todo. Ordena pero no conduce.
“Deja las cámaras de seguridad¡, que te vean. Pone condiciones, exigencias, que vengan a negociar¡”… una voz cruza como un rayo la sala principal de la Chola. Quien se atrevía a dar una orden a Mala Madre, quien era ese que iba camino a un suicido?. Juan, tenía las cartas echadas, sintió que tenía que hacer algo para volver a sentir a Elena y su figura redonda, como cuando la tenía abajo hoy a la mañana, la madre de su futuro hijo. El líder carcelario fulminó con la mirada a Juan, ahora llamado Calzones…que venía, un facaso, una violación?…nada de eso Mala Madre entendió que Calzones pensaba. Todo líder tiene su mejor asesor.
Calzones pasó a ser en ese día de motín, la mano derecha del jefe. Siempre ocultando su identidad, era la cabeza pensante del líder. Fue él quien recomendó no destruir las cámaras, quién escribió la lista de condiciones cuando el Dr Slotik, el reemplazante en las negociaciones del inoperante del director Méndez. Fue Juan el ideólogo de utilizar de rehenes a los recientes llegados, aunque eran de paso fugaz por la Chola, ex etarras, terroristas a punto de ser extraditados para ser juzgados en España.
Las horas se sucedían. Juan, Calzones, mantenía informados, de incógnito, a las autoridades administrativas y de la superficie de la Chola, cada movimiento de Mala Madre. Era una especie de espía en el infierno. Afuera, otra toma de la cárcel no se hizo esperar. En poco tiempo, cientos de familiares rodearon la cárcel preocupados por las imágenes que mostraba la televisión. Elena y su embarazo de casi ocho meses no fue la excepción. Había que despejar. Algunos policías sólo saben reprimir. “Saque a los etarras salvos, no podemos darnos el lujo que sean asesinados en una cárcel de mierda y latina” fue la orden de desde la presidencia de La Nación. ¿Porque tuvo que encomendarle al jefe Ituerrita, golpeador, liberar la zona de los familiares? ..,,que error de Slotik.
Parte de las negociaciones eran los plasmas y televisores, además de videos porno, comida, alcohol. Cruel y más que dura fue ver al propio Ituerrita moler a palos a todos. Elena llevó la peor parte.
Los ojos de Juan se transformaron. Las imágenes desnudaban la paliza que recibía esa mujer embarazada. Fue más Calzones que nunca cuando luego de que Mala Madre le prestó el handy de negociaciones, Gonzalo le confesó que Elena había muerto. Mala Madre, ciego de furia, ordenó a Slotik que Iturrieta bajara a dar explicaciones a Juan. El ex represor tenía su fama bien ganada y tomo la apuesta. Bajó y frente a Juan confesó que no quiso matar a su esposa y madre de su futuro hijo. El viudo lo mató a facasos ante los ojos de los de arriba. Juan se recibió de Calzones definitivamente. En un último aliento, Ituerrita gritó: “Mala Madre, idiota, te esta engañando. Calzones es un guardia como yo”. Que iba a pasar cuando Mala Madre se enterara que su mano derecha, Calzones, era en realidad un futuro guardia de la Chola y no otro como él. El líder se apiadó el ahora también viudo
Juan se encerró en la celda 211, el mismo lugar donde comenzó su infierno. Interno quitarse la vida. Falló la soga improvisada, que era su propio calzoncillo, esos de elefantes que le había regalado Elena. Juan salió de la celda 211 desnudo. Confeso a todos quien era. Mala Madre lo molió a golpes pero lo perdonó. Ambos entendieron que sea como sea iban a morir porque el Ejército estaba afuera esperándolos. Los dos, acribillaron a los etarras a y los reos traidores. Muchos se habían dado vuelta. Los dos líderes se inmolaron en una lucha desigual ante la mirada de los de arriba.
Meses después, la Justicia condenó al Dr Slotik a más de cinco años de cárcel por mal desempeño de sus funciones. El director Mendez fue obligado a retirarse de toda la función pública estatal. Luis y Gonzalo renunciaron. La viuda de Iturriera y los padres de Elena tienen un juicio millonario contra el Estado por daño moral. Calzones y la celda 211, son una leyenda en los pasillos de la Chola o lo que quedó de ella…y Mala Madre, a pesar de las severas heridas sufridas, ya está casi recuperado para volver a cumplir su condena…y vengarse.

Este Apunte es fruto de una película que pronto se estrenara en breve …